Vinicius no es suficiente

El fin de gira del Madrid confirma una certeza, que Vinicius es energ¨ªa at¨®mica, y deja demasiadas incertidumbres: el equipo es mejor fuera de las ¨¢reas que dentro, siembra mucho para recoger muy poco y le duele el repliegue. Mbapp¨¦ puede reparar parte de la aver¨ªa. El resto es cuesti¨®n de Ancelotti. En Orlando volvi¨® a comparecer al partido con mucho retraso y luego, siendo superior a la Juventus, fue incapaz de arreglarlo. Vinicius al margen, Camavinga y Fran Garc¨ªa mantuvieron el notable. El resto tendr¨¢ que recuperar antes de que los resultados comiencen a importar, en San Mam¨¦s la pr¨®xima semana.

Kroos, Modric y Bellingham juntos. Un canje de ma?a por fuerza respecto al Cl¨¢sico en el Madrid, con la cara B de la defensa y un nueve, Joselu, para evitar otro tiroteo al pianista. El culto a un centro del campo inacabable que funcion¨® con bal¨®n y pinch¨® sin ¨¦l ante la Juventus, m¨¢s que nunca vieja se?ora, con m¨¢s linaje que presente, alteza en horas bajas, fuera de Europa por otra de sus gamberradas contables, que son c¨ªclicas en el club. Y de momento con solo un fichaje, Timothy Weah, hijo de una leyenda. Pero con poco m¨¢s de lo que tuvo el a?o pasado sorprendi¨® de inicio a un Madrid pasmado, reincidente en sus borrones en la salida del bal¨®n. A los 49 segundos ya estaba en desventaja. Modric perdi¨® un bal¨®n en terreno volc¨¢nico y la Juve movi¨® luego la pelota para desactivar a la descolocada zaga blanca (azul esta vez). McKennie estrell¨® el primer remate en el palo y Kean acert¨® a la segunda a puerta vac¨ªa.

Otro inicio desastroso

Cierto es que la victoria del Bar?a en el Cl¨¢sico desafi¨® la ley de la gravedad, pero dej¨® tambi¨¦n detalles inquietantes en el Madrid: la incapacidad para salir de la presi¨®n cuando es m¨¢s mordedora que ladradora y un despiporre defensivo en el repliegue. Se repiti¨® ante la Juve, con Kroos de centrocampista escoba, Modric y Camavinga de interiores y los centrales suplentes, tan desajustados como los titulares. Sucedi¨® en un partido que sali¨® como un tiro: ocasiones en las dos ¨¢reas y un posible penalti a Vinicius, que siempre encontr¨® escapatorias. El Madrid est¨¢ volcado escandalosamente sobre ¨¦l. Szczesny le sac¨® un remate colocado, preludio de otras buenas oportunidades de R¨¹diger y Camavinga.

Las idas, como ante el Bar?a, quedaban en nada, y las venidas eran de infarto. En una de ellas repiti¨® tanto la Juve. Chiesa y McKennie prepararon el gol para Weah, que lleg¨® ante un Courtois indefenso. La zaga del Madrid era una cama deshecha ante las contras turinesas. El centro del campo cl¨¢sico, un coladero. Y arriba abundaba el humo y faltaba el fuego: a Joselu se le fue un gol cantado, Szczesny estuvo en su sitio ante un zurdazo de Bellingham, que tard¨® media hora en hacerse presente, y Vinicius sigui¨® encelado con la madera: una vaselina suya se columpi¨® en el larguero. Un minuto despu¨¦s tuvo mejor suerte. Kroos le lanz¨® por su banda, Danilo sac¨® bandera blanca en el esprint y el 7 de Ancelotti resolvi¨® con frialdad para un recorte de distancia. Un gol que desat¨® al Madrid, que tambi¨¦n ha dejado en esta gira otro dato: su capacidad para huracanarse ante la adversidad. En apenas un instante, la Juve hab¨ªa pasado del dominio al martirio, torturada por la genial insistencia de Vinicius.

El segundo gol de la Juventus

Otra vez el palo

Allegri cambi¨® medio equipo en el descanso, pero eso no modific¨® la t¨®nica menguante de su equipo, sometido al oleaje ofensivo del Madrid. Fran Garc¨ªa, Bellingham y Joselu rozaban el empate. Nadie era capaz de parar a Vinicius. Ancelotti tambi¨¦n se apunt¨® a la rotaci¨®n masiva, ahora con el viento a favor y m¨¢s m¨²sculo: Tchouameni, Alaba, Militao, Valverde... El uruguayo se estren¨® con un zapatazo al larguero, una condena para los de Ancelotti.

A partir de ah¨ª la cosa fue a menos y, sin Vinicius, sustituido por Brahim, a casi nada. A¨²n as¨ª, pudo empatar en un penalti clar¨ªsimo de Barrenechea a Rodrygo que Elfath sac¨® fuera del ¨¢rea. El momento del Madrid hab¨ªa pasado y la Juventus, como el Bar?a d¨ªas antes, se apunt¨® el final, con un gol de Vlahovic, ante un equipo que a¨²n no acierta con la espada ni con el escudo.

El golazo de Vinicius