Vinicius insiste en perseguir

No hay partidos de avituallamiento para Vinicius, el jugador que nunca descansa. El plan del Espanyol para sobrevivir al Bernab¨¦u, misi¨®n imposible desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, era ponerle bajo la custodia de dos laterales diestros y crearle ah¨ª un cortocircuito al Madrid. No result¨®. El brasile?o cambi¨® a un equipo que empez¨® mal y le dej¨® a seis puntos del Bar?a a la espera de lo que dicte San Mam¨¦s. El Espanyol solo tuvo vuelo al principio y el Madrid solo se solt¨® el pelo cuando pintaron bastos. Con el regreso a la normalidad de la victoria puso el piloto autom¨¢tico camino de la Champions, el sue?o eterno.

Vinicius es el gran detonador de la LaLiga y, probablemente, el ¨²nico futbolista del campeonato que obliga a gran parte de sus rivales a cambiar de ruta para evitarle, Bar?a incluido. Tambi¨¦n el Espanyol, que reorden¨® su defensa con una doble vigilancia sobre el brasile?o, ?scar Gil m¨¢s Rub¨¦n S¨¢nchez, en una banda en la que se han detectado fugas esta temporada. Enjaular a Vinicius es desactivar en gran medida a un Madrid medio hu¨¦rfano de Benzema y en peligro de que se fosilice el problema del 9, pero con el paso de los minutos el brasile?o sabe escapar, y cuando las piernas ajenas flaquean va recogiendo cad¨¢veres. Tambi¨¦n sucedi¨® esta vez.

Ancelotti volvi¨® a auxiliarle con Camavinga en la izquierda por distraer a los centinelas, por hacerle un hueco y por mantener a Tchouameni, que hasta ahora hab¨ªa jugado m¨¢s por lo que cost¨® que por lo que val¨ªa. Esta vez dej¨® una gran asistencia, que por algo se empieza una rehabilitaci¨®n.

Joselu madruga

El caso es que los dos franceses aparecieron en la foto del gol que adelant¨® al Espanyol. A Tchouameni le birlaron el bal¨®n por exceso de confianza y Camavinga se trag¨® el pase diagonal de Sergi G¨®mez a Rub¨¦n S¨¢nchez por exceso de vista. Lo que vino despu¨¦s fue esperable: centro raso del exterior espanyolista y remate de primeras de Joselu con la izquierda a la escuadra contraria. Fue el duod¨¦cimo tanto de un ariete cl¨¢sico, mitad Patrulla ?guila, mitad Leopard, imprescindible en este y en cualquier equipo.

La alineaci¨®n de Ancelotti no tuvo al Liverpool en la cabeza, pero el equipo s¨ª en el inicio, porque la primera puesta en escena fue poco presentable, con descuidos en el centro del campo y errores gruesos en defensa. Antes del gol, Militao hab¨ªa evitado otro de Braithwaite. Despu¨¦s, Courtois salv¨® el segundo al rechazar un cabezazo sin oposici¨®n de Vinicius Souza. Incluso en el bal¨®n parado comparec¨ªa un Madrid de cristal. Aquel desbarajuste alcanzaba a todos menos a Vinicius, un jugador que vive al margen de los partidos, incluso circula en direcci¨®n contraria a ellos, pero es el m¨¢s capacitado para cambiarlos. Empat¨® sin preaviso y sin ayudas, como en Liverpool y como tantas veces. Recibi¨® pegado a la banda izquierda y fue culebreando hasta entrar en el ¨¢rea y meter un disparo de derecha con precisi¨®n quir¨²rgica junto al palo. Nadie pudo darle el alto.

A aquel redoble respondi¨® el resto. El gol acab¨® con aquella glaciaci¨®n y el Madrid se torn¨® en vendaval desde los lugares m¨¢s habituales: la omnipresencia de Modric y esa lluvia fina que es Rodrygo, un delantero para muchas cosas que necesita meter m¨¢s ruido.

Para entonces el ¨¢rbitro hab¨ªa metido al p¨²blico en el ajo al mostrar una amarilla a Vinicius por una falta del mont¨®n. El exceso de celo de Figueroa V¨¢zquez se produc¨ªa dos horas despu¨¦s de una nota del Madrid preavisando de que se personar¨¢ en el Caso Negreira, causa del pasado que provoca mucha turbaci¨®n en el presente. La nueva actitud del Madrid le dio para irse ya con ventaja al descanso. El segundo gol lleg¨® en un centro de Tchouameni con el exterior, modelo Modric, culminado con un cabezazo de Militao, que se ve¨ªa como nueve ante un Espanyol tan sometido.

Nacho, a los postres

Despu¨¦s de volar de palo a palo en la primera mitad, el duelo se qued¨® en un punto medio en la segunda. Mand¨® el Madrid sin la contundencia anterior y respondi¨® el Espanyol sin llegar a ser la amenaza de los comienzos. Qued¨®, pues, una composici¨®n m¨¢s precavida y tambi¨¦n m¨¢s aburrida.

Diego Mart¨ªnez extrem¨® el marcaje a Vinicius y en cuanto ?scar Gil vio la amarilla, cambi¨® la guardia con Pierre-Gabriel. Una maniobra que se torn¨® desgraciada porque el reci¨¦n llegado se lesion¨® al intentar cortar un pase 14¡ä despu¨¦s. En cualquier caso, el periodo de m¨¢xima actividad hab¨ªa pasado ya en el Madrid, que daba por buena la victoria m¨ªnima. En modo ahorro, Ancelotti cambi¨® a sus tres centrocampistas, a los que necesitar¨¢ el mi¨¦rcoles de punta en blanco.

Los que entraron no cambiaron la inercia de un equipo en el que solo Rodrygo ten¨ªa ya verdadero inter¨¦s en mejorar las cosas. Un magn¨ªfico lanzamiento de falta suyo golpe¨® en el larguero de Pacheco.

El Espanyol tambi¨¦n quiso ir a mejor en ataque con Denis Su¨¢rez y Puado. Incluso retras¨® a Vinicius Souza como central para componer un centro del campo m¨¢s creativo. Acab¨® en campo del Madrid, pero solo le sirvi¨® para desabrigarse atr¨¢s y encajar un tercer gol, de Asensio, tras espectacular galopada de Nacho, que rasg¨® en diagonal ese tel¨®n defensivo blanquiazul. Lo de ejemplar hace tiempo que se le qued¨® muy corto.