Veiga es un hurac¨¢n

Tard¨® cuarenta segundos en meter el miedo en el cuerpo al Valladolid. Literalmente. Gabri Veiga arranc¨® su moto en campo propio para poner la directa hacia la porter¨ªa rival, con una marcha inalcanzable y una conducci¨®n propia de Valentino Rossi. Lleg¨® a las inmediaciones del ¨¢rea, donde a la mayor¨ªa se les nubla la vista, para encontrar al socio perfecto, un tal Iago Aspas. Maestro y aprendiz. Seferovic pudo culminar la jugada perfecta, pero el remate se fue rozando el poste. Primer minuto y primera amenaza local. Fue el preludio de lo que se ven¨ªa, el hurac¨¢n Veiga.

Aspas estuvo a punto de inaugurar el marcador al cuarto de hora, s¨®lo el poste impidi¨® que su sutil zurdazo acabara en la red. El gol celeste parec¨ªa cuesti¨®n de tiempo y de hecho poco hubo que esperar para ver el primero. Mallo centr¨® desde la derecha y Seferovic cabece¨® en el coraz¨®n del ¨¢rea. Eso s¨ª, para la conexi¨®n de las dos novedades en el once fue imprescindible la colaboraci¨®n de Gabri Veiga. El porri?¨¦s pein¨® el servicio del lateral marinense para que el ariete suizo marcase a placer. Es la tercera asistencia de este joven talento en lo que va de curso.

Una vez incrementada la estad¨ªstica de pases de gol, Veiga se focaliz¨® en aumentar su n¨®mina de goles. Avis¨® con dos derechazos que no se marcharon muy lejos y a la tercera fue la vencida. De nuevo una internada de Mallo por la derecha, Aspas conecta con Carles P¨¦rez y ¨¦ste se va directo hacia la porter¨ªa, pero la zaga pucelana le corta el paso. Entonces aparece el hurac¨¢n Veiga para arrasar con todo. Sin pens¨¢rselo dos veces, m¨ªsil al fondo de la porter¨ªa. El Valladolid era incapaz de contener al Celta, que ya mandaba 2-0 a la media hora merecidamente.

Todo el peligro que no cre¨® el Valladolid en la primera parte, s¨ª lo gener¨® en el minuto de descuento. Larin estuvo atento para aprovechar un resbal¨®n de Aidoo, pero entonces apareci¨® Villar para cerrar el idilio del canadiense con el gol. El meta morracense tuvo que sacar una mano prodigiosa en la acci¨®n inmediatamente posterior, cuando El Yamiq cabece¨® con potencia el saque de esquina. Pudo meterse de lleno el Pucela en el partido antes del descanso, fue Villar quien le neg¨® esa posibilidad.

El paso por el vestuario le sent¨® mejor a los visitantes que a los locales. Tambi¨¦n el triple cambio de Pacheta. Tanto es as¨ª que uno de ellos, Amallah recort¨® distancias a los quince minutos de la segunda parte con una buena finalizaci¨®n tras un pase con la cabeza de ?scar Plano. Sin embargo, el VAR corrigi¨® a De Burgos e invalid¨® el tanto por fuera de juego. Bala¨ªdos lo celebr¨® como si fuese un gol (en parte as¨ª era) y Veiga tom¨® nota. El porri?¨¦s liquid¨® el partido en la siguiente jugada. Gal¨¢n penetr¨® por su costado para conectar con De la Torre, que oblig¨® a Asenjo a emplearse a fondo. El rechace del meta qued¨® dentro del ¨¢rea y adivinen quien lleg¨® primero. Efectivamente, Gabri Veiga.

Este golpe aniquil¨® definitivamente al Valladolid, comparsa en la fiesta de Veiga. El porri?¨¦s estuvo a punto de certificar el hattrick en la siguiente acci¨®n, con un zurdazo que repeli¨® el poste cuando Asenjo ya estaba batido. Le falt¨® el broche de oro, pero ya no hac¨ªa falta, su exhibici¨®n hab¨ªa traspasado todas las fronteras. Tambi¨¦n rozaron el sello de la goleada, y que hubiera supuesto ganar un golaverage que ahora queda empatado, Larsen y Sotelo. El noruego estuvo a punto de marcar con una extraordinaria chilena, mientras que el disparo del canterano roz¨® literalmente el palo derecho de Asenjo. Esta victoria a¨²pa al Celta al decimotercer puesto y mete al Pucela en el l¨ªo, saliendo perjudicada de una jornada en la que ganaron casi todos los de abajo.