Un Titanic llamado Atl¨¦tico
El equipo rojiblanco sigue acumulando decepciones con la sensaci¨®n de tropezar siempre en los mismos males. Fuera de puestos Champions y de Europa, viene la Copa.

Si la alegr¨ªa rejuvenece y la tristeza envejece, el ¨²ltimo mes ha cargado de a?os al aficionado del Atl¨¦tico. El equipo rojiblanco ha chocado con su iceberg particular y se hunde lentamente sin que nadie sea capaz de remediarlo. En las ¨²ltimas dos semanas se han evaporado las opciones europeas, quedando fuera de la Champions tras empatar contra el Bayer Leverkusen, con penalti fallado en el ¨²ltimo segundo incluido, y tambi¨¦n de la Europa League con la derrota en Oporto. Y si en Liga se pod¨ªa reenganchar a las posiciones de cabeza y a la pelea por el t¨ªtulo, las derrotas ante C¨¢diz y Mallorca y el empate en casa frente al Espanyol han dado con el equipo fuera de las cuatro primeras posiciones durante el par¨®n mundialista.
Aquello de si algo puede salir mal saldr¨¢ mal siempre tiene un giro de vuelta m¨¢s en el Atl¨¦tico. Y el s¨¢bado se estrena en Copa del Rey ante el Almaz¨¢n, equipo de la Tercera RFEF que ya asusta y atemoriza a los seguidores colchoneros pese a competir en una categor¨ªa inferior al Atleti B. Mientras se pone en riesgo el futuro econ¨®mico del club, la sensaci¨®n en los partidos del Atl¨¦tico es un d¨ªa de la marmota constante. Siempre el mismo guion. Salir a que no ocurra nada, como han dejado patentes los propios protagonistas y Simeone en sus comparecencias p¨²blicas, fallar atr¨¢s en la primera llegada del rival, encajar gol, apretar en los ¨²ltimos minutos y coleccionar ocasiones sin gol, haciendo merecedores del Guante de Oro a cada portero rival. En Mallorca fue una repetici¨®n m¨¢s de la pel¨ªcula del curso rojiblanco.
Dec¨ªa John Benjamin Toshack que ¡°los lunes pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos, y el s¨¢bado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones de siempre¡±. Y en el Atl¨¦tico no hay tanto tiempo para reflexionar. Entre el empate contra el Espanyol jugando una hora con superioridad num¨¦rica y la derrota en Mallorca pasaron tres d¨ªas y repitieron nueve futbolistas en el once inicial, todos salvo Gim¨¦nez por sanci¨®n y Kondogbia por lesi¨®n. Un esquema titular con siete probables mundialistas y que quiz¨¢s tenga muchas de sus preocupaciones en Qatar afectando a su rendimiento en Madrid. La sensaci¨®n de chocar siempre con la misma piedra y las mismas situaciones en los partidos. No apretar en la presi¨®n, en la intenci¨®n de da?ar al rival hasta que el marcador est¨¢ en contra, siempre con regalo defensivo de por medio, y fallar de cara a puerta cuando eso ocurre.
En tiempos melanc¨®licos, no se sabe hasta que punto ser¨ªa bueno para la salud mental de los atl¨¦ticos ponerse partidos del inicio del cholismo. Esos equipos que mord¨ªan arriba, eran agresivos, dominantes en defensa, certeros en ataque, mandones en los planes de partido y que consegu¨ªan una identificaci¨®n total con sus aficionados. Poco queda hoy en d¨ªa de lo de entonces. Sin embargo, este Atl¨¦tico ha sido capaz de ganar este mismo curso en Mestalla, San Mam¨¦s o el Benito Villamar¨ªn. Hay aptitud y puede que un problema en actitud si caes siempre contra equipos a priori inferiores. El Mallorca, por su parte, suma su tercera victoria consecutiva ante los rojiblancos echando la vista a un curso pasado donde los rivales de abajo siempre pon¨ªan en complicaciones a los colchoneros. Es imposible no sentir cierta envidia de la viveza, intensidad y planteamientos como el del Mallorca o viendo a equipos como el Rayo salir a morder al Real Madrid en el pasado derbi. Aquello que se tuvo y se perdi¨®.
Es imposible buscar un ¨²nico culpable a la situaci¨®n del Atl¨¦tico. Desde la planificaci¨®n deportiva, con un ¨²nico lateral derecho en la plantilla que se presentaba como toda una inc¨®gnita y no est¨¢ consiguiendo acercarse al jugador que vino a suplir, un Trippier que maravilla semana tras semana en el Newcastle y dej¨® un socav¨®n con su marcha en enero, dos centrales suplentes a a?os luz de los de anta?o (en 2019 eran Savic y Lucas Hern¨¢ndez las alternativas a God¨ªn y Gim¨¦nez), un jugador cedido por un a?o y que no puede debutar hasta noviembre o cinco delanteros internacionales a los que les frustra el banquillo, pero donde ninguno alcanza las cifras anotadoras de los Muriqi, Joselu o Chimy ?vila, puntas llamados a pelear por la permanencia.
Un t¨¦cnico que parece falto de energ¨ªas e ideas para darle la vuelta a una situaci¨®n y unos errores que se repiten partido tras partido. Aquello de que el ser humano es el ¨²nico capaz de chocar constantemente con la misma piedra. No ir a por los partidos desde el principio, ceder terreno cuando ya no se defiende como anta?o, tener desconectados a jugadores como Jo?o F¨¦lix o Cunha, falta de intensidad, de propuesta... Unos jugadores que est¨¢n muy lejos de su mejor nivel (Savic, Gim¨¦nez, Carrasco, Llorente...), otros que no han entendido la filosof¨ªa e idiosincrasia del club desde su incorporaci¨®n y que dejan la triste sensaci¨®n de poca intensidad y pasi¨®n por el escudo.
E incluso una afici¨®n dividida y que en lugar de arrimar el hombro pone desde ciertos sectores m¨¢s peso sobre la mochila en los encuentros de casa. Aquel ambiente que se qued¨® en el Vicente Calder¨®n. El par¨®n ser¨¢ un momento de reflexi¨®n y calma para aquellos que se quedan en Madrid trabajando, mientras que la mitad de la plantilla e incluso el Profe Ortega viajan a Qatar para concentrarse con sus selecciones nacionales. Ya la llegada de la pandemia pill¨® al equipo fuera de los puestos europeos y sirvi¨® para reflotar y animar a un conjunto por entonces tocado y ¨²nicamente animado por la victoria en Anfield. No entrar en la pr¨®xima Champions ser¨ªa un golpe dur¨ªsimo para las arcas y la estabilidad del club. De momento, no avanzar a octavos ni tener la rev¨¢lida de la Europa League ya costar¨¢ ventas en enero. Eso s¨ª, antes de pensar en Mundiales, parones y mercados invernales hay que centrarse en frenar la sangr¨ªa antes de que sea demasiado tarde. Un ¡®Almazonazo¡¯ ser¨ªa la puntilla para la afici¨®n colchonera.