Un l¨ªder en el alambre

Llegar¨¢ l¨ªder el Barcelona al Cl¨¢sico del domingo en el Bernab¨¦u, pero la tabla clasificatoria no refleja las sensaciones de un equipo que acab¨® pidiendo la hora contra el Celta. Los gallegos tiraron la primera parte y Pedri aprovech¨® para marcar el gol que decidi¨® un duelo que el Bar?a se llev¨® de milagro.

Los partidos del Bar?a en el Camp Nou tras una asamblea de nueve horas son dif¨ªciles de digerir para los socios, que llegan al estadio ya hartos de barcelonismo. Pasa un poco como en Navidad, cuando despu¨¦s de la op¨ªpara comida con toda la familia no se adivina el momento de salir por patas, pero alguien convoca una nueva concentraci¨®n en torno a la mesa. Son momentos confusos que se acometen con entusiasmo, pero que acaban pasando factura en forma de digesti¨®n pesada, de esas, que el bicarbonato alivia.

El ¡®efecto bicarbonato¡¯ (mucha espuma de entrada y relajaci¨®n gaseosa posterior) defini¨® una primera parte del Barcelona que fue de menos a m¨¢s ante un Celta que sali¨® al campo demasiado t¨ªmido.

Los primeros minutos del partido fueron de un Bar?a que aportaba las novedades de Balde como lateral derecho (quien sabe si en un ensayo de cara al Cl¨¢sico para enfrentarle a Vinicius) y de Ferran para dar descanso a Demb¨¦l¨¦.

Pero por muchas variaciones que introduzca Xavi, el equipo se sigue moviendo al ritmo de la clase de Pedri y el coraje de un Gavi que no permite que el ritmo baje en ning¨²n momento.

Otra cosa es que el equipo catal¨¢n volviera a fracasar de entrada en la asignatura del disparo lejano, con Raphinha y Ferran impotentes ante Marchesin.

La insistencia del Bar?a tuvo premio en una equivocaci¨®n gallega cuando Unai fue a cortar un bal¨®n al que llegaba su portero y se lo dej¨® franco a Pedri para fusilar el primer gol, que, en teor¨ªa deb¨ªa allanar el camino de los locales. No obstante, la ventaja del Bar?a dio paso a un partido espeso en el que los de Xavi no sab¨ªan atacar y los de Broggi dejaron de pasar penurias.

La ¨²nica acci¨®n rese?able fue un supuesto penalti de Gal¨¢n a Raphinha que no se pit¨® porqu¨¦ el colegiado consider¨® que hizo m¨¢s el delantero por buscarlo que el defensa por hacerlo. Y en el penalti se ve que no sirve la m¨¢xima que es para el que se lo trabaja.

El efecto efervescente del Bar?a qued¨® patente en el inicio de la segunda parte, cuando el Celta, a diferencia de lo que hizo en el inicio del partido, sali¨® a presionar al Barcelona y puso el miedo en el cuerpo a los locales. No empat¨® el equipo gallego de milagro, porque mira que el Bar?a le puso todas las facilidades.

Ante un Camp Nou estupefacto, Xavi meti¨® tres cambios para frenar esa hemorragia. Entraron Ansu, De Jong y Demb¨¦l¨¦ por Ferran Torres, Raphinha (l¨®gico) y Pedri (todo un riesgo). Nada cambi¨®. Es m¨¢s, empeor¨® para el Bar?a y sigui¨® el rodillo para el celta, que marc¨® en el 70 un tanto en fuera de juego que premiaba el ba?o que le estaba dando a los blaugrana en la segunda parte.

Cuando el Celta parec¨ªa que ten¨ªa al Bar?a a punto de caramelo, el equipo blaugrana resisti¨® gracias a la garra de Gavi y al estado de gracia de un Ter Stegen que salv¨® el gol ya programado de antemano de Aspas con un parad¨®n de esos que vale tanto como un gol.

Un sufrimiento que fue el preludio de la pasi¨®n de unos minutos finales en los que un Bar?a ¨ªnfimo que sufr¨ªa como n¨¢ufrago que tiene el agua al cuello. Se salv¨® y sigue l¨ªder, pero es un l¨ªder menguante.