Tchouameni, la hora de la verdad

Dos hombres y un puesto. Tchouameni-Camavinga: libertad y fraternidad, pero sobre todo igualdad. S¨®lo uno puede acompa?ar a Kroos y, con ambos ya recuperados de sus lesiones (el Madrid estuvo cinco partidos sin los dos, ocho en total sin Tchouameni y, otros ocho, sin Camavinga), llega la hora de la verdad. La etiqueta de ¡®titular¡¯ busca due?o, en un pulso que el Metropolitano ha puesto al rojo vivo. Aur¨¦lien sali¨® del banquillo y sembr¨® nerviosismo por donde pas¨®, una imagen ant¨®nima de lo que ven¨ªa ofreciendo (su final de la Supercopa fue de matr¨ªcula de honor). Fue un peque?o paso en falso, pero en la exigencia del Madrid, eso puede ser un mundo. Y con Camavinga al alza, la carrera se iguala. ?Qui¨¦n ser¨¢ el titular de aqu¨ª a mayo? Uno, s¨®lo puede serlo uno.

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Todo apunta a Tchouameni, convertido en indiscutible esta temporada. Hay un dato esclarecedor: Camavinga s¨®lo le ha sentado en dos partidos (la visita liguera al Metropolitano, una noche que no rema a favor del relevo y en el viaje a Braga). En el resto de los envites, si Tchouameni ha estado disponible, Tchouameni ha jugado. Disput¨® los seis primeros partidos de la temporada, par¨® en el derbi (¡°quer¨ªa darle descanso¡±, aleg¨® Ancelotti), encaden¨® cinco partidos, cogi¨® aire en Braga y volvi¨® en Montju?c. Esa fue la secuencia. Hasta que ah¨ª, bajo el pebetero de Antonio Rebollo, hizo crack. Literal. Sufri¨® una fractura -incompleta- en el segundo dedo del pie izquierdo: ocho semanas de baja.

Hasta entonces, Tchouameni estaba reluciendo un nivel notable. A¨²n a un paso del sobresaliente que se le exige, pero correcto en defensa, s¨®lido en el juego y con guinda goleadora (marc¨® en Montilivi). Promediaba un 92% de acierto en pases (95% en campo propio) y recuperaba m¨¢s de tres balones por partido. Empez¨® la temporada jugando con Camavinga y cuando Kroos reencontr¨® su mejor versi¨®n, continu¨® con el alem¨¢n. El intocable era ¨¦l. Pero esa lesi¨®n le tuvo sin ser titular hasta 2024 (volvi¨® a un once en la visita del Mallorca, d¨ªa 3). Se agit¨® el mar de dudas. Pero todo lo contrario: a partir de ah¨ª, supernova.

Arabiazo

Tchouameni fue oro puro en Arabia. Recuper¨® el pulso, sentando a Camavinga tanto en las semifinales, como en la final, cuando cuaj¨® uno de sus mejores partidos con el Real Madrid. El propio Ancelotti lo reconoci¨® en rueda de prensa: ¡°La final de la Supercopa ha sido uno de los mejores, si no el mejor partido que ha jugado. En Copa no jug¨® desde el principio y... ?Pod¨ªa haberlo hecho mejor en el gol de Griezmann? S¨ª. Pero no hay dudas¡±. La noche del derbi fue una mancha en su curr¨ªculum: sali¨® desde el banquillo, transmiti¨® una inseguridad constante y no defendi¨® como es debido el 3-2. Patinazo.

Ancelotti se mantiene alejado del cortoplacismo: una mala actuaci¨®n no puede echar por tierra meses de notable. Pero el gran nivel de Camavinga abre el debate por decreto. Y Aur¨¦lien lo sabe. Que debe recuperar su mejor versi¨®n y espantar los fantasmas del Metropolitano desde este mismo domingo, porque si no, perder¨¢ el puesto. Su compatriota puja con fuerza. Es la hora de la verdad: ambos est¨¢n recuperados de sus lesiones y, junto a Kroos, s¨®lo puede jugar uno. Cartas sobre la mesa.

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