Su¨¢rez aprieta la soga a Quique y al Getafe

El orgullo final del Getafe y el miedo del Almer¨ªa cambiaron la perspectiva de un partido en el que los visitantes fueron muy superiores hasta el minuto setenta. Rubi ley¨® el partido a la perfecci¨®n, encontr¨® espacios en los costados azulones y proporcion¨® a su equipo superioridad en el centro del campo. Los tres puntos le valen media permanencia y aprietan la soga de Quique y su Getafe, que s¨®lo reaccion¨® a la desesperada. Ya sabe lo que les toca comer hasta el final de temporada.

A los seis minutos ya hab¨ªa quedado claro de que iba la cosa. Duarte estuvo bland¨ªsimo y se comi¨® un amago simpl¨®n, Milla contempl¨® y Luis Su¨¢rez se larg¨® un tiro que dio ventaja y tranquilidad a su equipo, que hab¨ªa salido mejor. Todo el primer tiempo fue un querer y no poder del Getafe que tuvo muchos acercamientos, pero todos de una timidez desesperante. Fernando los iba atajando sin despeinarse y el Almer¨ªa daba m¨¢s sensaci¨®n de peligro con Embarba y Baptistao siendo un dolor de muelas para los carriles azulones y el goleador Su¨¢rez buscando espacios entre la mara?a de centrales de Quique.

El colombiano encontr¨® ese espacio y su acci¨®n volvi¨® a ser decisiva provocando la expulsi¨®n de Djen¨¦. Con todo en contra el Geta fue gui?apo en manos del Almer¨ªa que le zarande¨® sin complejos. Otra vez golpe¨® Luis Su¨¢rez a buen centro de Centelles. Pareci¨® la sentencia que pudo llegar antes, porque el arranque de la segunda parte fue un chorreo ind¨¢lico sobre un Getafe desquiciado. Quique recompuso dejando defensa de cuatro e igualando un poco el centro del campo, del que los azulones se hab¨ªan olvidado. Por eso, o por simple orgullo, los locales volvieron al partido cuando parec¨ªa imposible. Alderete se encontr¨® con Fernando y unos minutos despu¨¦s Borja con la red. Hab¨ªa partido.

La inferioridad num¨¦rica acab¨® pesando. Rubi sac¨® a Portillo que record¨® al Coliseum lo bien que sabe guardar un bal¨®n y el Almer¨ªa enfri¨® el final. Todav¨ªa las tuvieron Alderete e Iglesias, defensas llegando al ¨¢rea a la desesperada. No tocaba milagro.

¡°?Quique vete ya!¡±

Los gritos en contra del entrenador del Getafe, que parec¨ªan olvidados en la segunda vuelta, volvieron al Coliseum Alfonso P¨¦rez. Al descanso, durante el inicio del segundo tiempo y al final, el t¨¦cnico tuvo que sufrir la ira de su propia afici¨®n, muy decepcionada con su equipo y con los planteamientos de su entrenador.