Rompecabezas infinito, Copa finita
Decidida fue la apuesta de Diego Mart¨ªnez por un once titular¨ªsimo, no as¨ª el despliegue del Espanyol, irreconocible ante el Athletic. Joan Garc¨ªa, certero, fue la pieza que mejor encaj¨®.

El s¨ªndrome Wolverhampton. Aplaudida fue, al conocerse la alineaci¨®n titular¨ªsima, la apuesta total de Diego Mart¨ªnez por la Copa. Sin reservar nada, a tres d¨ªas de un Espanyol-Betis trascendental. Ahuyentando lo que podr¨ªamos bautizar como s¨ªndrome de Wolverhampton, por la retah¨ªla de suplentes con la que Abelardo tir¨® la Europa League en 2020 sin que ello le sirviera para puntuar en la Liga el fin de semana siguiente: aquello fue un desastre total. Hab¨ªa que ver en La Catedral, donde el desenlace depar¨® una eliminaci¨®n copera ante un Athletic de Ernesto Valverde implacable en el torneo del KO, as¨ª como en la secuela liguera del s¨¢bado.
Nada es lo que parece. Ni siquiera el llamado once de gala es sin¨®nimo de ¨¦xito, igual que tampoco garantiza el triunfo el hecho de repetir el sistema implantado felizmente en Getafe, con cinco defensas. Nada es lo que parece. Los mismos jugadores y el mismo planteamiento pueden brindar un domingo un juego alegre y, el mi¨¦rcoles siguiente, parecer un autob¨²s instalado dentro del ¨¢rea propia, hasta el punto de tener que desmontar el dibujo en el descanso, con Aleix Vidal por Cabrera. El rival tambi¨¦n juega. Y la valent¨ªa, el arrojo, la mentalidad ganadora expuesta en la pizarra puede desembocar en una pel¨ªcula de terror. As¨ª de imprevisible es el f¨²tbol. Y el ¡°rompecabezas infinito¡±, que dir¨ªa el entrenador perico, equilibrista en semanas de tres partidos con una plantilla todav¨ªa tan corta.
Joan, una carrera en 90 minutos. No era un examen para Joan Garc¨ªa, avisaba Diego Mart¨ªnez en la previa. Y llevaba raz¨®n: era una carrera, un M¨¢ster acelerado y a?os de ejercicio de su profesi¨®n en solo una noche. En el asedio inicial, pr¨¢cticamente fue el ¨²nico perico que toc¨® el bal¨®n, en un contexto complej¨ªsimo para ¨¦l, que pasaba de no jugar nunca a hacerlo en la Copa, irrumpir en La Catedral y tener a¨²n en fr¨ªo que multiplicarse para salvar a su equipo. 14 disparos logr¨® aguantar en menos de media hora hasta que recibi¨® el 1-0. Ni siquiera su s¨¦quito de amigos, acomodados en la grada de San Mam¨¦s ataviados con camisetas de Joan, pod¨ªan prever tanto protagonismo.
Un tac¨®n contra la resistencia. Porque 27 minutos dur¨® la resistencia, entre numantina y sonrojante, de un Espanyol irreconocible, que vio c¨®mo un ¡®simple¡¯ taconazo de Sancet desarbolaba a un equipo con diez jugadores a menudo tras el bal¨®n, para abrir a De Marcos la alfombra roja hacia el gol. Delante, como una isla, se desesperaba Joselu, que incurr¨ªa en m¨¢s fueras de juego de lo habitual e incluso probaba de volea un tiro desde el mediocampo, mucho m¨¢s imposible que el de su golazo el domingo en el Coliseum.

El guion (no) original. Lo mejor de todo, deb¨ªa de pensar Diego Mart¨ªnez, es que el plan de partido no marchaba tan desencaminado, pues iban transcurriendo los minutos para el Espanyol con una derrota por la m¨ªnima que, en el fondo, no hac¨ªa sino repetir una constante de esta temporada, que no ganar¨ªa el Oscar a mejor guion original: gol en contra, incapacidad de anotar en el primer tiempo y la obligaci¨®n de remontar.
El rompecabezas infinito. Ven¨ªa el entrenador de realizar un solitario cambio en Getafe, que adem¨¢s fue tard¨ªo; y le funcion¨®. Pero no le tembl¨® el pulso en San Mam¨¦s, donde los acontecimientos le llevaron a meter en la reanudaci¨®n a Vidal por Cabrera, retornando a la defensa de cuatro tradicional. Y a la hora de partido ya hab¨ªa introducido a Nico Melamed, por un Sergi Darder que se dol¨ªa en los instantes previos. Antes del 70¡ä, quienes entraron fueron Pol Lozano y Luca Koleosho, tratando abiertamente de resolver ese ¡°rompecabezas infinito¡± que tiene al Betis en el horizonte.
Un escenario casi milagroso. Entr¨® con otro aire el Espanyol, que sin embargo no acab¨® de morder, y que obviamente arriesg¨® m¨¢s, aunque sin fomentar que atacara tanto y con tanta claridad el Athletic como en el arranque del encuentro, si bien sus revulsivos eran unos tales I?aki Williams y Muniain. El runr¨²n general era incre¨ªblemente esperanzador para un Espanyol que en un combate de boxeo habr¨ªa ca¨ªdo en el primer o segundo asalto, pero que en el cuadril¨¢tero del f¨²tbol conservaba sus opciones milagrosamente casi intactas.

El capit¨¢n Sergi G¨®mez y los retornados. Pero una cosa es el marcador y otra, las posibilidades reales. Muy poco ara?aron los pericos a los leones, ni siquiera leves magulladuras, de modo que la eliminaci¨®n fue cayendo por su propio peso a pesar de lo corto del resultado. Termin¨® de capit¨¢n un Sergi G¨®mez a quien le seguir¨¢ persiguiendo su sambenito, pues encadena 29 partidos jugados sin ganar con el Espanyol. Rompen los pericos su buena racha desde un retorno a la competici¨®n en que estaban invictos. Y, como aspectos positivos, retorn¨® a su plenitud Rub¨¦n S¨¢nchez tras cuatro meses lesionado, reaparecieron Lozano y Koleosho despu¨¦s de otro calvario y, hasta en los momentos de agobio, Vinicius constat¨® su constante crecimiento. Que deber¨¢ seguir solamente en la Liga. La Copa, un a?o m¨¢s, ya es historia para el Espanyol.