Radiograf¨ªa de una crisis
Autocomplacencia, baj¨®n f¨ªsico, fallos en la elogiada defensa en l¨ªnea, falta de efectividad, cambios extra?os, goles encajados en minutos clave, falta de confianza e irregularidad. El fallo multiorg¨¢nico que explica el t¨²nel en el que vive metido el Bar?a.
Cinco puntos de los ¨²ltimos 18 posibles contra rivales te¨®ricamente asequibles. Dos derrotas injustificables en casa contra Las Palmas y Legan¨¦s. Los canarios, que no ganaban en campo azulgrana desde 1971. Los pepineros, que no lo hab¨ªan hecho nunca. Una derrota m¨¢s en el Reale Arena y dos empates contra Celta y Betis, respectivamente, entregados en los ¨²ltimos minutos. La realidad del Bar?a en la Liga es la de una crisis galopante que han ocultado las victorias de la Champions; y que empez¨® despu¨¦s de la semana fant¨¢stica (5-1 al Sevilla, 4-1 al Bayern y 0-4 en el Bernab¨¦u).
En ocasiones, hay crisis que resultan dif¨ªciles de explicar por los caminos inescrutables que tiene el f¨²tbol. En la de este Bar?a, sin embargo, saltan los chivatos y las luces rojas por todas partes. Es un c¨®ctel perfecto para un fallo multiorg¨¢nico. Por ir a lo m¨¢s reciente, la primera causa de la ca¨ªda tiene que ver con la autocomplacencia. Los cinco primeros minutos contra el Legan¨¦s son un bot¨®n muy evidente. Pero no el ¨²nico. Despu¨¦s del Cl¨¢sico, en la victoria por 3-1 en el derbi contra el Espanyol, el equipo de Flick ya dio s¨ªntomas de una relajaci¨®n excesiva que le hizo perder el hilo y casi le mete en complicaciones. En Donosti, el gol anulado a Lewandowski le confundi¨®, porque la falta de actividad de la defensa de la Real, que llegaba en un mal momento, le hizo pensar en una noche pl¨¢cida. Termin¨® barrido por los txuri-urdin. En Vigo se vio ganador despu¨¦s del 0-2 y contra el Betis tambi¨¦n pens¨® en un partido pl¨¢cido por el dubitativo momento que atravesaban los verdiblancos. Eso por no hablar del partido ante Las Palmas, donde regal¨® la primera parte. Esa autocomplacencia conecta con la irregularidad de un equipo que, a medias por la juventud y a medias por elegir partidos y seleccionar como importantes unos m¨¢s que otros, pasa de ganar en uno de los campos m¨¢s dif¨ªciles de Europa, como Dortmund, a perder en casa contra el Legan¨¦s.
Pero el socav¨®n cul¨¦ tiene m¨¢s razones. Seguramente, unas enlazan con otras. M¨¢s all¨¢ de los 16 balones a los palos que lleva esta temporada, y de que sigue siendo el equipo m¨¢ximo goleador del campeonato, el Bar?a ha perdido efectividad. Ese d¨¦ficit de instinto matador y de claridad ante la porter¨ªa contraria podr¨ªa estar relacionado con un baj¨®n del tono f¨ªsico de un equipo que empez¨® lanzado la temporada, con segundas partes demoledoras en Valencia, Vallecas o el Bernab¨¦u; o contra el Athletic en casa. Esa ca¨ªda en la energ¨ªa repercute directamente en el entrenador, que ha demostrado honestidad y valent¨ªa prescindiendo, si es necesario, de las vacas sagradas, pero que encadena partidos desfigurando al equipo con cambios extra?os que, adem¨¢s, cuestionan su nivel de imaginaci¨®n e improvisaci¨®n. El Bar?a ha sido un ejemplo de desorganizaci¨®n en los ¨²ltimos partidos. En Dortmund sali¨® cara y este domingo, cruz. En Heli¨®polis la moneda cay¨® de canto y el Bar?a empat¨®. Terminar todos los partidos por sistema sin las vacas sagradas se hace extra?o. Especialmente si los cambios atentan contra la l¨®gica. Es evidente que, a sus 36 a?os, el f¨ªsico le falla a Lewandowski, pero es discutible que no pueda compaginar minutos y aprovecharse de los espacios que genera Ferran. Es s¨®lo una muestra. Pero la foto t¨¢ctica del equipo en los minutos finales de los ¨²ltimos partidos le dejan en mal lugar. Un Bar?a an¨¢rquico y con el rumbo perdido.
A Hansi Flick, sancionado con dos partidos por su expulsi¨®n en el Benito Villamar¨ªn, otro s¨ªntoma de nerviosismo, no s¨®lo se le ha desorganizado el equipo. Tambi¨¦n se le ha ca¨ªdo la defensa en l¨ªnea. En San Sebasti¨¢n y Dortmund encaj¨® dos goles id¨¦nticos. El equipo equivoc¨® los automatismos y quiso salir cuando el tsunami rival ya ven¨ªa en su direcci¨®n. Contra el Legan¨¦s, Munir volvi¨® a burlarlo con facilidad en la jugada que dio origen al 0-1. Lo mismo hab¨ªa hecho Vitor Roque en Heli¨®polis cuando el Bar?a estaba en ventaja. Salta la vista que la crisis de resultados del Bar?a es de todo menos casual. Por suerte para Flick y la comisi¨®n deportiva que ha apostado por ¨¦l, encabezada por Deco, es diciembre y el Bar?a est¨¢ a tiempo de reaccionar. Ha fracasado en su intento de establecer una distancia de seguridad para ganar la Liga. Pero no la ha perdido.
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