Optimismo Confidencial
Laporta cumple cuatro a?os en el cargo y lo que m¨¢s ha cambiado en el club es el estado de ¨¢nimo de la afici¨®n. Al frente de un optimista radical como ¨¦l, la afici¨®n ha ido abandonando el gesto de reserva con el que observaba sus anteriores proyectos (incluso cuando ganaban LaLiga) y ahora el cul¨¦ anda con cierta pose laportiana por el mundo. Un estado de ¨¢nimo que se resume en la improvisaci¨®n, en ser consciente de tus carencias, pero con el convencimiento de que si le pones entusiasmo, al final todo saldr¨¢ bien.
As¨ª est¨¢ a d¨ªa de hoy un Barcelona que vive en lo que se podr¨ªa denominar Optimismo Confidencial. El pueblo cul¨¦ en el fondo no es tan diferente como el resto de aficiones. Si la pelota entra y lo que ven sobre el campo es estimulante, las miserias de las gestiones del d¨ªa a d¨ªa se pueden esconder bajo la alfombra. Ya sean comisiones a Darren Dein, acuerdos con empresas de las que nadie hab¨ªa o¨ªdo hablar, retrasos en las obras, las asambleas telem¨¢ticas que aprueban n¨²meros que no pasar¨ªan el control de una escuela de contabilidad o la ¨¦gida de los ejecutivos. Con su entusiasmo y esa especia de aura que acompa?a a Laporta que siempre cae de pie, el barcelonismo ha comprado un estilo de vida que s¨®lo desaprueba una oposici¨®n atomizada que clama en el desierto de la confidencialidad.