Ni una denuncia del Espanyol ni los Mossos frenan la revoluci¨®n de las banderas
Un socio gu¨ªa la protesta contra el propietario del club, al idear y distribuir 800 ense?as con el lema ¡®Chen, Go Home¡¯, que le causaron una detenci¨®n de pel¨ªcula y que se mostrar¨¢n ante Legan¨¦s y Valladolid.
Como tant¨ªsimas historias, ¨¦sta comenz¨® en un bar. En la previa de un partido del Espanyol, apurando los minutos junto al RCDE Stadium. Marc Aymerich, socio perico, le expres¨® a un amigo la necesidad que sent¨ªa de mostrar su descontento hacia la propiedad del club, el cual se extiende por toda la masa social, ¡°viendo tambi¨¦n que las protestas de la afici¨®n del Valencia tienen su repercusi¨®n. No tenemos un l¨ªder, a nadie que tenga la iniciativa¡±, lamenta, en conversaci¨®n con AS.
As¨ª que, humildemente, la tom¨® ¨¦l. Curiosamente, la empresa de su amigo se dedica a personalizar bufandas, camisetas y banderas, as¨ª que el veh¨ªculo de la protesta no pod¨ªa ser otro: banderas con el lema ¡®Chen, Go Home¡¯. ¡°Pero el precio se disparaba¡±, detalla. As¨ª que Aymerich, ingeniero de profesi¨®n, sonde¨® primero a trav¨¦s de la red social X cu¨¢l pod¨ªa ser la aceptaci¨®n de estas ense?as y, cuando vio que era total, buce¨® hasta dar con un fabricante a precio de saldo: ¡°Encontr¨¦ por Aliexpress a un chico que las fabricaba por unos tres euros¡ y que era de China¡±. Compatriota de Chen Yansheng, paradojas de la vida.
Por si las moscas, hizo un pedido de 50 unidades, que llegaron en perfectas condiciones y se adjudicaron al instante entre aficionados. Las reparti¨® el pasado 14 de diciembre, en los proleg¨®menos del partido de Liga entre Espanyol y Osasuna. Y ah¨ª, de repente, aparecieron los problemas. Un enorme susto.
Cuatro ¡®lecheras¡¯ de los Mossos para detenerle
¡°Resulta que me sobraron cinco banderas, y decid¨ª ir a dejarlas en el coche para no entrar con todas al estadio y que me pudieran reprender por ello en los tornos. Pero, de camino al coche, de pronto un Mosso d¡¯Esquadra me cogi¨® por detr¨¢s y me puso de cara a la pared. ¡®Ap¨¢rtate, que ahora vamos a hablar t¨² y yo, y ve sacando la documentaci¨®n¡¯, me dijo. Y, cuando me pude girar, ten¨ªa un despliegue de cuatro furgones de los Mossos delante, con un mont¨®n de efectivos, cortando incluso la calle¡±, relata, a¨²n sorprendido.
Todo un dispositivo policial montado para detenerle, como as¨ª le hicieron saber. ¡°Me dijeron que alguien del club les hab¨ªa informado de que yo estar¨ªa repartiendo las banderas y que pod¨ªan incitar al odio¡±, rememora. ¡°Yo me prest¨¦ l¨®gicamente a ense?¨¢rselas, a colaborar en lo que quisieran¡±, a?ade Aymerich.
¡°Y entonces vino el caporal de la brigada, vio que ni el mensaje de las banderas, ni mi apariencia, ni mi ausencia de antecedentes eran nada malo, de modo que se acab¨® disculpando a la media hora, dej¨¢ndome a las claras que esa bandera no incita al odio, ni atenta contra ninguna de las pol¨ªticas de LaLiga, as¨ª que se pueden introducir al estadio y ense?ar, sin ning¨²n problema¡±, afirma. Y apostilla: ¡°Me dijo incluso que, si yo quer¨ªa, pod¨ªa realizar una denuncia¡±, aunque se neg¨® para dar por zanjado el desagradable asunto.
Curva y Juvenil las desplegar¨¢n
La ¨²nica condici¨®n que debe cumplir Aymerich para poder seguir repartiendo las banderas pasa por no sacar un r¨¦dito econ¨®mico de ellas. Como en aquellos momentos ya hab¨ªa realizado un pedido de otras 200, decidi¨® regalarlas. Y, en paralelo, organiz¨® un crowdfunding con el que ha recaudado 350 euros para, a su vez, reinvertir en m¨¢s unidades, lo mismo que ha sumado con algunos aficionados que han aglutinado grandes donaciones.
¡°Ahora sumamos entre 750 y 800 banderas¡±, recapitula este socio del Espanyol, que ya tiene asegurada la presencia de las mismas en la grada de animaci¨®n, entre la Curva y la Penya Juvenil, para este s¨¢bado, ante el Legan¨¦s, y tambi¨¦n la siguiente jornada contra el Real Valladolid, dos rivales directos por la permanencia en Primera. ¡°Y una hora antes del Espanyol-Legan¨¦s estar¨¦ reparti¨¦ndolas ante la estatua de la afici¨®n, si la polic¨ªa me deja y no me pone pegas, que en teor¨ªa no debe haberlos¡±, recalca.
¡°Mi objetivo modesto es que la gente no se quede parada, que se apunte y se anime, porque el club va camino otra vez de Segunda Divisi¨®n, y como Rastar (el conglomerado que ostenta el 99,6 por ciento del club) es una empresa que cotiza en Bolsa, no se pueden permitir el lujo de tener una mala imagen en Europa, no les interesa. A ver si lo conseguimos¡±, culmina Marc Aymerich, el l¨ªder de la revoluci¨®n de las banderas.
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