Mucha alerta, poca lluvia
La previsi¨®n de diluvio por la tarde en Madrid que cancel¨® el Atl¨¦tico-Sevilla se qued¨® en nada, con los trastornos que eso ha supuesto a aficionados, clubes...
A las seis y media de la tarde, hora a la que estaba previsto el comienzo del Atl¨¦tico-Sevilla en el Metropolitano, no ca¨ªa del cielo ni una gota de lluvia en Madrid. En realidad hac¨ªa ya una hora y media que hab¨ªa dejado de llover en Madrid. Salvo a mediod¨ªa que arreci¨® fuerte pero solo lluvia intensa sin m¨¢s. Sin inundaciones ni colapso. Pero la decisi¨®n ya estaba tomada.
LaLiga hab¨ªa emitido un comunicado a las dos de la tarde con el anuncio del aplazamiento del partido. ¡°Ante la alerta roja de AEMET, las recomendaciones del Ayuntamiento y conversaciones con la Federaci¨®n, el Consejo Superior de Deportes y ambos clubes¡±, precisaba. Un comunicado que suspend¨ªa el Atl¨¦tico-Sevilla para evitar que sesenta mil personas se vieran atrapadas en el colapso de lo que Madrid se iba a convertir. As¨ª al menos lo pronosticaba la alerta roja de la AEMET que auguraba una Filomena de agua, con precipitaciones de 200 litros por metro cuadrado, como aquella de nieve el 8 y 9 de enero de 2021 que paraliz¨® la capital con cincuenta cent¨ªmetros de nieve en el suelo. Y de aquellos polvos, estos lodos.
Alerta a nivel nacional
El alcalde de la ciudad, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, publicaba a las 09:46 un tuit pidiendo a los madrile?os que, en lo posible, evitaran salir de casa: ¡°Pedimos extremar la precauci¨®n y limitar al m¨¢ximo desplazamientos. Los servicios municipales est¨¢n trabajando para minimizar las posibles consecuencias de la DANA¡±. Los clubes, en ese momento, manten¨ªan la previsi¨®n de jugar el partido. El Sevilla viajaba a Madrid. El Atleti miraba al cielo, pendiente de las nubes negras henchidas sin acabar de descargar. Desde LaLiga se deslizaba que, en ese momento, la decisi¨®n de suspender el partido la tomar¨ªa el ¨¢rbitro (Alberola Rojas) si las condiciones metereol¨®gicas as¨ª lo marcaban. Madrid cerr¨® sus comercios, sus t¨²neles y tambi¨¦n el partido en el Metropolitano. Las autoridades del f¨²tbol y de la ciudad, bajo esa alerta de la AEMET que pintaba de rojo infierno el d¨ªa de agua en Madrid, quer¨ªan evitar que ese diluvio llegara con sesenta mil personas atrapadas en el estadio como en una trampa.
Pocos minutos despu¨¦s del anuncio de la suspensi¨®n, los tel¨¦fonos m¨®viles de toda Espa?a vibraban a la vez y de repente como una sirena de ambulancia para avisar ¡°del riesgo extremo de tormentas en la Comunidad de Madrid, en el nivel 1 del Plan de Inundaciones¡±. Era de Protecci¨®n Civil y, como el alcalde, recomendaba no utilizar los coches y permanecer en casa. En ese momento llov¨ªa en Madrid (sobre todo en Fuenlabrada, donde la estaci¨®n de Metro de Loranca se cerraba, con 451 salidas de los Bomberos registradas a media tarde en toda la Comunidad) pero pronto pas¨®. La DANA arreciaba, pero no en Madrid, ciudad sobre la que la AEMET, casi a la hora de comienzo del partido que ya no se jugar¨ªa, emit¨ªa otra alerta. Sin rojo esta vez. No se preve¨ªan m¨¢s lluvias en lo que quedaba de tarde.
En los aleda?os del Metrop¨°litano se concentraban varios aficionados que ya hab¨ªan viajado de lejos, desde puntos de toda Espa?a, ya de viaje cuando la lluvia de alertas arreciaba en sus m¨®viles m¨¢s que desde el cielo, con un lamento, mirando un cielo del que las nubes negras se hab¨ªan ido y entre los que se colaban hasta rayos del sol y los bares, como el campo, segu¨ªa con sus trapas bajadas, y los alimentos comprados para servir las numerosas comidas reservadas para este d¨ªa llenando la neveras, con dos semanas sin f¨²tbol nacional por delante para poder servirlas. Mientras los clubes afectados y LaLiga miran un calendario sin hueco para encontrarle el sitio a un partido que, a esta hora de la noche, envuelve una sola sensaci¨®n: perfectamente se pod¨ªa haber jugado. Pero, claro, tal y como hab¨ªa amanecido el d¨ªa con el aviso de la AEMET, hab¨ªa que parar. Por si acaso. Por si s¨ª. Porque siempre es mejor prevenir que curar.