Montilivi, un problema para Europa
La UEFA proh¨ªbe ocupar las gradas supletorias que hay instaladas y el club tiene varios contratiempos para construirlas de obra
El Girona jugar¨¢ la temporada que viene competici¨®n europea. Esto es un hecho. Todav¨ªa no matem¨¢tico (le falta sumar un punto en el caso de que el Betis sumara los 24 que quedan) pero est¨¢n virtualmente clasificados para la Conference. Aspiran a la Champions, un objetivo factible, pero todos en el club trabajan ya sabiendo que la pr¨®xima temporada viajar¨¢n por Europa. Y ah¨ª hay un problema grande: el estadio de Montilivi no se adec¨²a a las normas de la UEFA para participar en competiciones europeas. Al menos no tal y como est¨¢ actualmente.
En lo que es propiamente el estadio no hay ning¨²n problema: podr¨ªa participar con un aforo inferior a los 10.000 espectadores ocupando las gradas normales del recinto. Pero el Girona hace tiempo ya que instal¨® unas gradas supletorias para llevar el aforo por encima de los 14.000 espectadores y ah¨ª nace el gran problema: la UEFA proh¨ªbe ocupar gradas supletorias en las competiciones continentales. Hay varias soluciones al respecto, pero al Girona se le acaba el tiempo.
La primera, y la que menos problemas generar¨ªa, ser¨ªa que la UEFA les permitiera gestionar el estadio tal y como lo est¨¢n haciendo esta temporada, es decir, ocupando las gradas supletorias. En este caso no har¨ªa falta ninguna remodelaci¨®n, ning¨²n cambio, para que todos los que acuden regularmente a Montilivi puedan hacerlo la temporada que viene. Es una misi¨®n complicada, no imposible, y el club est¨¢ en ello. Es la soluci¨®n evidentemente preferida por el club. La segunda, l¨®gica, es construir gradas de obra. Que dejen de ser supletorias. Eso zanja el problema de una vez por todas pero esta alternativa tiene much¨ªsimos inconvenientes. Quiz¨¢s demasiados.
El primero, l¨®gico, el tiempo. La temporada arranca en agosto y es pr¨¢cticamente imposible que al Girona le d¨¦ tiempo a acometer todas las obras necesarias, que no son peque?as. La segunda, el dinero. Con una concesi¨®n del ayuntamiento por 50 a?os, el coste de la reforma correr¨ªa a cargo del club. La tercera, los permisos. En caso de superar el actual per¨ªmetro del estadio necesitar¨ªan el preceptivo permiso del ayuntamiento, algo que no se antoja ni f¨¢cil ni mucho menos r¨¢pido. Pero es que los problemas no acaban ah¨ª: seg¨²n avanz¨® TV3 el suelo bajo algunas partes del estadio est¨¢ formado principalmente por arcilla, lo que complica sobremanera las obras. Es un suelo inestable por definici¨®n y construir una grada sobre ¨¦l, algo t¨¦cnicamente posible, dispara los tiempos y los costes. En otras palabras, las obras, a d¨ªa de hoy y en los plazos marcados por la UEFA, son casi imposibles de realizar.
La tercera opci¨®n es jugar en Montilivi pero sin ocupar las gradas supletorias. Esto causar¨ªa varios problemas. El primero, l¨®gico, con los abonos. El Girona tiene m¨¢s socios que asientos hay en Montilivi (sin contar las supletorias) lo que generar¨ªa un problema may¨²sculo entre su masa social: no todos los abonados podr¨ªan acudir a los partidos europeos. El segundo, que en esas gradas supletorias se instal¨®, por ejemplo, la tribuna de prensa por lo que deber¨ªa haber una reestructuraci¨®n de los asientos asignados.
Finalmente, el club descarta por ahora la cuarta opci¨®n posible, que ser¨ªa jugar los partidos europeos en otro estadio. En este sentido s¨®lo ser¨ªa posible jugarlos en Barcelona, un extremo que el club quiere evitar a toda costa.
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