Media hora de impulso y una mand¨ªbula de cristal
De nuevo, los amarillos se derrumban al primer golpe tras una buena media hora.
Volv¨ªan a vivir los amarillos una derrota con un componente y un desarrollo de sensaciones similares a las del pasado fin de semana ante el Celta de Vigo. En esta ocasi¨®n, al igual que en Bala¨ªdos, los amarillos entraron al partido mucho mejor que su rival. Dominaban el tempo, impon¨ªan su criterio y el juego se disputaba mucho m¨¢s cerca del tercio defensivo del Girona que en el de los insulares.
Tal fue as¨ª que incluso antes del minuto diez los gran canarios tuvieron la posibilidad de adelantarse en el marcador, Moleiro quebraba a David L¨®pez en el ¨¢rea y el central tocaba al tinerfe?o quien cay¨® al suelo. Penalti, previa consulta al VAR. Ah¨ª cambi¨® la suerte de los amarillos, Sandro golpeaba la pelota y el bal¨®n no lleg¨® a la red sino a la cara de Gazzaniga, su rebote no lo conect¨® el nueve y se disip¨® la ocasi¨®n.
Los amarillos siguieron con el mando del partido pero los catalanes poquito a poco fueron a?os arrebat¨¢ndoselo. En estas, Kirian agarraba a Eric Garc¨ªa en el ¨¢rea en un c¨®rner y ya el viento termin¨® de girar en contra de Las Palmas. Artem Dovbyk lanzaba la pena m¨¢xima y encontraba, al igual que Sandro, a Valles, Sin embargo David L¨®pez, en situaci¨®n dudosa tras el golpeo, se adelant¨® a toda la saga amarilla y puso el cero uno.
La diferencia estuvo en la reacci¨®n ¡ªy buen el tino¡ª al rechace. Y esto puede servir de met¨¢fora de la vida en Las Palmas. Los amarillos ido perdiendo en esta racha de seis derrotas su rapidez de levantarse tras besar la lona. A partir del penalti el gui¨®n del encuentro fue muy similar al del Celta. Ese momentum creado por los amarillos durante esa primera media hora se vino abajo con el primero de los golpes.
Y, aunque en defensa s¨ª que hubo una mejora clara frente al encuentro en Bala¨ªdos, a nivel ofensivo el gol en contra pr¨¢cticamente volatiliz¨® el ataque insular. Si a eso se le a?ade el segundo tanto gerundense, la amenaza de una jugada solitaria que empatara el encuentro se perd¨ªa entre las manos. Una jugada que bien pudo llegar de nuevo en los pies de Moleiro con un tiro al larguero y en los d Munir cuando se encontr¨® una pelota en el coraz¨®n del ¨¢rea y la tir¨® fuera.
Si algo deja esta racha de seis derrotas consecutivas, es como es normal la sensaci¨®n de suma fragilidad al contrario de lo que ven¨ªa siendo Las Palmas en los dos ¨²ltimos a?os desde la victoria en casa del Valladolid, tras aquella derrota ante el Girona la que vino despu¨¦s de una primera media hora formidable.
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