Mbapp¨¦ respira, el Madrid aprieta

El Bar?a del s¨¢bado sole¨® el domingo del Madrid. Fue como si Anfield y los debates sobre la desaparici¨®n de Mbapp¨¦ o las decisiones de Ancelotti nunca hubieran estado ah¨ª. Un borr¨®n y cuenta nueva inesperado del Bernab¨¦u que ya no quiso juzgar, sino celebrar, mientras el equipo iba recuperando todos los maillots perdidos: el de la combatividad, el de la regularidad (en la Liga, no exageremos) y hasta el amarillo, que vuelve a tener al alcance. Casi todo le sali¨® bien sin presumir: Mbapp¨¦ hizo un gol de Mbapp¨¦ (y fall¨® luego tres del Mbapp¨¦ de los ¨²ltimos tres meses) y se acerc¨® a su mejor versi¨®n, Asencio ha llegado para quedarse, Fran Garc¨ªa est¨¢ en pleno ¡®sorpasso¡¯ de Mendy y Valverde es el fontanero del a?o, bueno en todos los campos y en todas las zonas del campo. El Getafe estir¨® lo que tiene, pero no le dio para sobrevivir a un Madrid que vuelve a salir de caza.

Para el equipo blanco, el partido era un zarzal. Casi siempre los son ante el Getafe, al que Bordal¨¢s puso piel de elefante con un central, Alderete, ascendido a mediocentro (al lesionado Djen¨¦ ya se le ha visto en esas varias veces) y con Nyom como lateral por delante del lateral. Vista la falta de eficacia ofensiva del equipo, la opci¨®n es acorazarse, ahorrar atr¨¢s lo que no ganar¨¢ delante. Sus equipos no son bonitos, pero s¨ª muy funcionales, hacen una presi¨®n hambrienta muy elevada, procuran ser cortos, con poca distancia entre l¨ªneas para reducirle el espacio ¨²til al rival, y falta a falta acaban bajando la pulsaci¨®n a cualquiera.

La imprudencia de Nyom

Eso se encontr¨® de salida un Madrid con los cambios l¨®gicos tras una derrota dolorosa. Liverpool se llev¨® por delante a Mendy, al que Ancelotti calific¨® hace menos de un a?o como ¡°el mejor lateral defensivo del mundo¡± y con el que el club pact¨® la renovaci¨®n este mismo oto?o. Pero las derrotas provocan crisis de fe. Y en Anfield Ancelotti vio lo que vimos todos. Lo cierto es que Fran Garc¨ªa estuvo muy por encima del franc¨¦s en Liverpool y tambi¨¦n ante el Getafe en iniciativa, intensidad y entusiasmo.

Ancelotti retom¨® el modelo original del tridente, con Brahim por Vinicius, Mbapp¨¦ en la banda que le conforta y Rodrygo en papel de nueve. El italiano no es t¨¦cnico de acrobacias y menos ahora, en que el equipo est¨¢ obligado a volar, mientras no recupere lesionados, con un solo motor.

Durante casi media hora triunf¨® el plan azul¨®n, basado en que lo ¨²nico que pasara fueran los minutos hasta que Nyom le hizo un penalti de persistencia a R¨¹diger a la salida de un c¨®rner. El exterior del Getafe ya hab¨ªa visto una amarilla minutos antes por agarrar al alem¨¢n en el ¨¢rea. Le salv¨® de la pena m¨¢xima que la pelota a¨²n no estaba en juego. A la segunda no anduvo tan vivo. Con el bal¨®n en pleno vuelo sobre el ¨¢rea se amarr¨® a la camiseta de R¨¹diger demasiado ostensiblemente, demasiado insistentemente, demasiado cerca de Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez. Bellingham transform¨® el penalti con sangre fr¨ªa. Mbapp¨¦ ni siquiera se postul¨® por si llov¨ªa sobre mojado, aunque el p¨²blico hab¨ªa coreado su nombre en un lance anterior, cuando se aturull¨®, una vez m¨¢s, en la desembocadura de una contra.

No hab¨ªa otra cosa que contar en la primera mitad m¨¢s que ese lance. El Madrid aparentaba un dominio que se quedaba en nada cuando se acercaba al ¨¢rea y el Getafe solo exist¨ªa en su medio campo, refugiado en un orden inofensivo. Y entonces lleg¨® la redenci¨®n. Mbapp¨¦, precipitado y atropellado hasta entonces, volvi¨® a ser el Mbapp¨¦ que conocieron Florentino y el mundo durante un instante. Recibi¨® de Bellingham en la izquierda, se solt¨® del agarr¨®n de Iglesias y larg¨® desde fuera del ¨¢rea un derechazo raso, preciso, imparable, que se col¨® tras pegar en el palo. No fue un tanto de confirmaci¨®n sino de alivio, calmante, qui¨¦n sabe si el principio de algo.

La otra cara de Mbapp¨¦

Al Getafe ya no le val¨ªa el formato inicial y Bordal¨¢s tir¨® por fin de Uche, ese nueve que se ha inventado por necesidad y con acierto, para que el partido empezar¨¢ a circular en las dos direcciones. Tambi¨¦n lleg¨® al choque Arda G¨¹ler, otro de los imputados en Anfield, por Bellingham, que se qued¨® en el vestuario mareado tras un choque con David Soria. En un partido m¨¢s abierto, Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez vio un penalti por mano de Berrocal donde solo hubo toque de espinilla. El VAR demostr¨® su utilidad como tribunal de apelaci¨®n. Y Mbapp¨¦ le mand¨® un magn¨ªfico pase de cuchara a Brahim, que se vio sin sitio para que le quedara redonda la vaselina que intent¨®. Tambi¨¦n Carles P¨¦rez prob¨® a Courtois y Uche, en una media vuelta, mand¨® su remate al poste. Se lesion¨® en el gesto. Una l¨¢stima, porque al Bernab¨¦u entr¨® entre fanfarrias. Tambi¨¦n Coba, otro producto de la agudeza visual de los ojeadores del Getafe (hace seis meses estaba en III Federaci¨®n con el Conquense). El partido, definitivamente, ten¨ªa m¨¢s salsa, aunque menos incertidumbre.

A partido descamisado, Mbapp¨¦ tuvo el doblete: bueno el pase de Brahim, bueno el desmarque del franc¨¦s, bueno el quiebro a David Soria... y demasiado cruzado el tiro a puerta vac¨ªa. Y de inmediato, otro mano a mano que muri¨® en los pies del meta del Getafe. M¨¢s tarde se le fue un tercer tren en el ¨¢rea peque?a. Por una raz¨®n o por otra, a Mbapp¨¦ casi siempre le falta el broche. El Bernab¨¦u le premi¨® el empe?o y obvi¨® la falta de acierto. No mejor¨® su punter¨ªa, pero s¨ª su humor. En ese partido sin precauciones tambi¨¦n pudo marcar Patrick, en uno de esos tiros caprichosos que golpean en el larguero y el palo, porque el Getafe no quiso irse del partido. Mereci¨® el gol por su capacidad para no resignarse, una virtud muy madridista. Miren la tabla, con el equipo de Ancelotti a un punto del l¨ªder y con un partido menos, y lo entender¨¢n.

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