EL CL?SICO | REAL MADRID - BARCELONA
Madrid, recuperaci¨®n expr¨¦s
Fisios y recuperadores trabajan de sol a sol para sanar el desgaste de M¨¢nchester. Pese a la fatiga, en el vestuario se transmite mucha hambre por ¡®matar¡¯ al Bar?a. Conjura para hacer ¡°un esfuerzo m¨¢s¡±.
Es la hora del pundonor. Porque la fatiga acumulada en las piernas, adem¨¢s del tsunami emocional que ha supuesto M¨¢nchester, tienen al equipo mermado. Es inevitable. Y se contaba con ello. Pero en el vestuario del Real Madrid nadie prepara excusas. Ni est¨¢n yendo por ah¨ª los tiros, ni ir¨¢n. Todo lo contrario: se transmite un hambre extraordinario por, ahora, engullir al Barcelona. Una unidad absoluta por hacer ma?ana ¡°un esfuerzo m¨¢s¡±, ambicionando dar un jaque a la Liga que, si ya no es mate, se le parecer¨ªa mucho.
Porque lo de esta noche es un partidazo en may¨²sculas, un combate que puede cambiarlo absolutamente todo, una final. La diferencia entre ambos, ahora mismo, es de ocho puntos, quedando s¨®lo 21 por decidirse (que ser¨¢n 18 tras el Cl¨¢sico). As¨ª pues, el Barcelona tiene que ir a coraz¨®n abierto: si no gana, es casi imposible. Un empate le obligar¨ªa a ganar todo y esperar que el Madrid pierda el 50% de los partidos restantes. Ut¨®pico. Y una derrota le sentenciar¨ªa. Pero una victoria apretar¨ªa el asunto en cinco puntos, algo posible, muy real. En la ciudad condal s¨®lo vale el triunfo.
Dar la ¡®puntilla¡¯
En este escenario, la tendencia natural es abrir la mano con el Madrid, del cual podr¨ªa pensarse que un empate es un resultado notable (ocho puntos a falta de seis jornadas sigue siendo m¨¢s de media Liga). Pero el planteamiento en el vestuario no es ese en absoluto. Ni mucho menos: hoy quieren liquidar el t¨ªtulo, enterrar al eterno rival, culminar una semana gloriosa. Por euforia, pero tambi¨¦n por orgullo, componente indispensable que un Cl¨¢sico, como taurina, potencia. En el Madrid el sentir es que tienen una oportunidad de dar la puntilla al Barcelona, un gigante herido del que Ancelotti siempre sospecha: incluso cuando peor estaba, hace algunos meses, se?alaba que segu¨ªa siendo el Barcelona. Nada de relajaciones. Con ellos, jam¨¢s.
Horas agitad¨ªsimas
Est¨¢n siendo horas absolutamente fren¨¦ticas en Valdebebas: fisioterapeutas trabajando a destajo, innumerables ba?os en agua helada y m¨¢quinas de presoterapia por las noches. El protocolo habitual para recuperar piernas, pero elevado al cubo. Porque se quiere al equipo con el cuchillo entre los dientes para esta noche. Tambores de otra gran batalla y en las trincheras, no valen excusas. Es una bala dorada para sentenciar la Liga, gritar al planeta que la superioridad con el Barcelona, en estos momentos, es m¨¢s que evidente y afrontar el pulso con el Bayern sin distracciones. Con la tranquilidad de saber que los deberes nacionales est¨¢n hechos. Hay fatiga en el Madrid, pero tambi¨¦n hambre. Much¨ªsima.