Los gladiadores de Simeone
El Atlético vuelve a sobrevivir en inferioridad desde la primera mitad y con marcador en contra. Un empate que es un diez para el técnico. Sorloth, otra vez decisivo.
Más de 90 minutos con un jugador menos (contando los a?adidos). Penalti y marcador en contra. Un guion que hundiría a cualquiera. Pero con la fe de un estadio en su equipo. “Los futbolistas se transformaron en hombres, jugadores fuertes, gladiadores para combatir contra lo que estaba sucediendo y la inferioridad que teníamos”, expresaba Simeone a la conclusión del partido. En esta ocasión la remontada no pudo ser total. Las piernas dieron hasta el empate, con lo sucedido ante el Leverkusen en la retina donde sí había fiesta final.
Pero, a corazón, a este Atlético no le gana nadie. Y el técnico le da un diez a la actuación rojiblanca pese a no completar el asalto al liderato. De nuevo con Barrios como triste protagonista, dejando al equipo con uno menos en la primera mitad por una entrada temeraria. Contra el Celta fue en el minuto 5 de encuentro. Cuando todavía se estaban asentando las piezas en el tablero. Una semana entera preparando un encuentro que cambió por completo nada más comenzar. Desvirtuado, con Lino sustituido por Koke y la obligación de replegarse en campo propio.
Sin sufrir en exceso, pero sin poder mostrar el Atlético ofensivo y capaz de morder en campo rival. Pero Simeone opta por la vía optimista. Quedarse con el apartado positivo. La lucha de sus gladiadores. La presión de Giuliano solo contra el mundo. Ir a morder a Guaita y recuperar su sitio para llegar a ayudar a Llorente. Un portento físico. Las coberturas de Julián Alvarez en la izquierda, una estrella que trabaja como el que más. Unas cualidades para ser un referente rojiblanco durante a?os. La versión enormemente comprometida de De Paul. Giménez sano y fuerte. El ida y vuelta de Llorente... Todo el bloque a una.
Y el banquillo. Todo el equipo sano y preparado para sumar. Desde Koke, aceptando su papel como suplente pero entrando en sintonía a los diez minutos para ocupar ese vacío en el timón dejado por Barrios. Reinildo saltando al césped para ser el rojiblanco con más recuperaciones (cinco) y varias acciones claves. Sorloth con su pegada. Un golazo en su carrera al espacio en desventaja, aprovechar el balón largo de Giménez, fajarse con Starfelt, controlar con el pecho y rematar con la derecha, su pierna menos hábil. El decimosegundo tanto del curso, siete de los últimos nueve saliendo como suplente. Oro en el banquillo para cambiar la cara al partido. También Correa y Gallagher, saltando con pierna fuerte y energía. La resistencia contra la adversidad. Los gladiadores que, si no pueden ganar, empatan. Pero se dejan todo en la arena. Y siguen creyendo por el título.
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