Los fantasmas vuelven al Espanyol

El peor Espanyol. El Espanyol de las peores ocasiones, el que ni juega ni compite (hasta el tramo final), apareci¨® por primera vez en la temporada con Diego Mart¨ªnez ante la Real Sociedad en un RCDE Stadium semivac¨ªo, v¨ªctima de la desafecci¨®n y del fr¨ªo lunes de febrero, d¨ªa 13 para aquellos agoreros. Fueron los blanquiazules un mu?eco de trapo en manos de un s¨²per equipo que se pase¨® por Cornell¨¤ con el aplomo, el juego y la determinaci¨®n de un grande. Un club que hace cinco a?os estaba en las mismas condiciones sociales, deportivas y econ¨®micas que el Espanyol y ahora se comporta como un Goliat ante un David, que fue el Espanyol, pero sin la inteligencia necesaria para poder superar a su adversario. La derrota, la m¨¢s contundente del curso, y la imagen, la m¨¢s p¨¦sima, devuelven los fantasmas, que nunca se fueron desde todos los hechos que rodearon a la temporada 2019-20.

Un agujero negro. Si el f¨²tbol es una especie de ajedrez, aunque el Espanyol en ocasiones juegue al rugby cuando ataca (bal¨®n largo y a la ca¨ªda), Imanol Alguacil fue Magnus Carlsen. La disposici¨®n de la Real cuando ten¨ªa la posesi¨®n provoc¨® un cortocircuito en el sistema de Diego Mart¨ªnez. Los laterales a poca altura para atraer a los extremos del Espanyol, el tres contra dos en mediocampo que favorec¨ªa que los interiores recibieran entre l¨ªneas y el insistente ataque especialmente a ?scar Gil, habitual tal¨®n de Aquiles, quien vivi¨® una pesadilla en 45 minutos fijado por Oyarzabal y fue sustituido. Cuando un equipo de tanta calidad y tan trabajado como el donostiarra encuentra un resquicio, lo convierte en un agujero negro. La primera parte acab¨® 0-1 pero pudo quedar resuelta.

Arbitraje sin criterio. Tard¨® 40 minutos en corregirlo el t¨¦cnico gallego, justo antes de una segunda parte en la que todo parec¨ªa que iba a cambiar. Los partidas de ajedrez pueden ser otras con distintas piezas y cuando se intentan otras jugadas, despu¨¦s de un primer tiempo en el que ?lvaro Fern¨¢ndez no estuvo demasiado acertado y Calero sum¨® una nueva molestia. Hasta el colegiado Mu?iz Ruiz tuvo un criterio en contra del Espanyol al mostrarle tarjeta a ?scar Gil y no a dos jugadores de la Real en dos acciones claras, en las que cortaron un contraataque de Braithwaite y golpearon la mano a Vinicius antes de sacar una falta. Situaciones inexplicables, que acompa?aron el criterio arbitral durante todo el choque.

Un maquillaje irreal. Con Rub¨¦n S¨¢nchez y Denis Su¨¢rez en el campo, el Espanyol intent¨® ser otro. No solo por los jugadores, sino por el paso adelante que dio el equipo en la presi¨®n. Pero la Real tiene m¨¢s argumentos, como Sorloth, un gigante que baja todo lo que recibe. Si no se puede jugar en corto, se juega a su cuerpo, que es un im¨¢n y un facilitador, y se inicia la jugada. Entre esa nueva estrategia y la improvisaci¨®n constante del Espanyol, la Real Sociedad oli¨® sangre y se encontr¨® con el 0-3 en un abrir y cerrar de ojos. Quedaban 32 minutos y el partido estaba ya decidido. Los c¨¢nticos t¨ªmidos pero clarividentes de ¡°directiva dimisi¨®n¡± se escucharon procedentes de la Grada Canito. La gente, no se sabe si del fr¨ªo o del tedio, permaneci¨® muda hasta que Darder se encontr¨® ese bal¨®n suelto para anotar el 1-3 y el golazo de Brian, que levant¨® a un Espanyol y a una grada que estaba sin fe. Es lo que tiene el f¨²tbol, a diferencia de la ajedrez y del rugby, aunque Cabrera se lanzar¨¢ como en una mel¨¦ en su expulsi¨®n innecesaria.

Un mercado a¨²n intrascendente. Las urgencias del mercado y la insistencia de Diego Mart¨ªnez en los fichajes no se han correspondido con las ¨²ltimas alineaciones. Los cinco refuerzos que llegaron en enero no participaron este lunes, solo C¨¦sar Montes con problemas musculares. El estreno de Pacheco se hace esperar, mientras que Gragera ha participado en momentos puntuales y Denis Su¨¢rez est¨¢ a¨²n extra?o en un Espanyol sin automatismos en ataque ni intenci¨®n de hacer posesiones largas. 22 jornadas despu¨¦s, el Espanyol sigue en una eterna construcci¨®n, caliente por las llamas.