Los dos perdieron, aunque ambos sumaran

Los dos perdieron aunque sumaran un punto que le supo mejor al Atleti. El Celta tuvo en la mano una victoria que hace 18 a?os se escapa. Los rojiblancos pudieron recuperar la corona de esta Liga que, a 395 kil¨®metros, el 1-1 entre Osasuna y Madrid le tend¨ªa. Pero en el minuto 4:19 el partido a los del Cholo se les puso tan cuesta arriba que ya les toc¨® remar en el oc¨¦ano de su propio ¨¢cido l¨¢ctico el resto del tiempo. Sin que los de Gir¨¢ldez supiesen aprovecharlo.

Fue en la disputa de una pelota en el centro. Fue Barrios, que impact¨® en la pierna de Dur¨¢n con los tacos a dos palmos del suelo. Fue que el ¨¢rbitro sac¨® primero amarilla pero recibi¨® un aviso de VAR, pas¨® por pantalla y corrigi¨®: roja. El rojiblanco tropezando otra vez con la misma piedra. A la ducha de nuevo por no medir. Por ir a por un bal¨®n con m¨¢s ¨ªmpetu que cabeza. Otra vez dejando a su equipo con diez cuando no hace ni un mes de la del Leverkusen. Nada m¨¢s comenzar, Simeone se ve¨ªa obligado a sacrificar a Lino mientras daba entrada a Koke. El plan de partido trabajado toda la semana ya no val¨ªa. Para ganar al Celta primero deb¨ªa sobrevivirse a s¨ª mismo jugando con diez hora y media.

Un Celta con novedades en todas sus l¨ªneas y sin Aspas (aunque con Fer L¨®pez, llamado a coger su testigo como bien demostr¨®) que enseguida tom¨® el bal¨®n para construirse una casa en la pradera rojiblanca: all¨ª vivir¨ªa desde ese momento ante un Atleti obligado a encerrarse. Si del t¨²nel hab¨ªa salido con el traje de gala, su once tipo con la pareja Le Normand-Gim¨¦nez, ya lo ten¨ªa por completo manchado de barro. Las l¨ªneas juntas, el esfuerzo desmedido de ser uno menos cuando el rival no estaba ni un poco cansado. El Celta mov¨ªa y mov¨ªa la bola buscando c¨®mo asaltar esa muralla de ocho hombres que el Cholo levant¨®, sin ser capaz de introducir una pelota con malicia hacia sus hombres de ataque. El Atleti no sufr¨ªa, ordenado serio en su 4-4-1, mientras Gir¨¢ldez remov¨ªa sus piezas buscando hacer valer ese +1 que entonces no se notaba: Dom¨ªnguez se iba a la ducha para dar paso a Mingueza en el carril.

Oblak sacaba la manopla para detener un centro-chut de Marcos Alonso que se fue envenenando, aunque la principal amenaza del Celta fuese el heredero del Pr¨ªncipe, ese Fer L¨®pez que busc¨® el gol de volea o con un pase elevado que Dur¨¢n remat¨® sin tino. Giuliano y De Paul merodearon a Guaita, pero poco, el Atleti siempre muy lejos. Ser¨ªa Gir¨¢ldez, sin embargo, el que regresar¨ªa al partido con otros dos cambios, buscando m¨¢s p¨®lvora con la entrada del Panda y Losada.

Los del Cholo segu¨ªan como si ese reposo no hubiera pasado por su cuerpo. Ovillados a los pies de Oblak. El Celta repiqueteaba sobre su madera como un buen gallego, acostumbrado al goteo de agua. Volv¨ªa a sacar el portero el paraguas ante un centro-chut de Carreira. Un saque de puerta suyo hacia la carrera de Grizi se convirti¨® en ocasi¨®n para cambiar el tercio en un Metropolitano que, brazos en molinillo del Cholo, sub¨ªa la voz. El Atleti, perfecto en el repliegue, lanzaba de inmediato otra contra que De Paul corri¨® y Llorente pate¨® a las manos de Guaita para dejar como muesca.

El Celta no terminaba de amenazar de verdad aunque Fer L¨®pez llenara de brillo cada pelota. Cuando su tiempo se termin¨® comenz¨® el de Aspas, a quien Le Normand recibi¨® pisando a Borja Iglesias en el ¨¢rea. Penalti. El Pr¨ªncipe de las Bateas lo marc¨® mientras Gim¨¦nez parec¨ªa querer arrancarse la camiseta, a lo Montoya, de desesperaci¨®n pura. La cuesta ya era ocho mil. El m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa. Remontarle a un Celta que, la ¨²ltima vez que le hab¨ªa ganado al Atleti en su casa, el Metropolitano se llamaba Peineta.

Reinildo salvar¨ªa el 0-2 ante Dur¨¢n y despu¨¦s Gim¨¦nez ante Mingueza mientras Gir¨¢ldez agotaba los cambios y Simeone hac¨ªa los tres ¨²ltimos de una: Gallagher, Sorloth y Correa. Todo al gol. A ese gigante que pele¨® un bal¨®n en largo de Gim¨¦nez entre tres, para controlar y patear imparable. 1-1 a nueve del final m¨¢s el a?adido, el tiempo de este Atleti. Pero la ¨²ltima la acarici¨® el Celta en la bota del Panda y un c¨®rner. La ¨¦pica esta vez fue el aullido del ¨¢cido l¨¢ctico mientras la corona vuelve a escaparse, en bandeja hacia Barcelona.

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