Llopis, a Lunin: ¡°En uno de los penaltis, qu¨¦date quieto...¡±
El preparador de porteros le dijo al ucranio que ¡°aguantase de pie¡± en un penalti. Sab¨ªa que el City usar¨ªa ¡®un Panenka¡¯. Lunin intuy¨® que era Bernardo Silva.
Los minutos previos a una tanda de penaltis son tan intensos y decisivos como los propios lanzamientos en s¨ª. Multitud de peque?os detalles marcan la diferencia. La elecci¨®n en tres minutos de los encargados de tomar la responsabilidad y tambi¨¦n el trabajo t¨¢ctico y mental con el portero. Lunin gener¨® un punto de inflexi¨®n con su parada en el segundo lanzamiento, el de Bernardo Silva. Se qued¨® de pie, sin vencerse a alguno de los lados de su porter¨ªa, para detener el Panenka del portugu¨¦s del City. Una decisi¨®n que no fue producto del azar.
¡°En uno de los penaltis, qu¨¦date quieto¡±, esa fue la consigna, seg¨²n pudo saber AS, que recibi¨® el ucranio de parte de Luis Llopis, el preparador de porteros madridista. Un t¨¦cnico con mucho estudio del rival detr¨¢s y una pizca de intuici¨®n. Sab¨ªa que alguien del City se iba a jugar un penalti a lo Panenka. Le dijo a Lunin que se dejase llevar por su instinto para elegir qu¨¦ rival iba a emplearlo.
Tambi¨¦n tuvo su papel, dentro de ese c¨²mulo de decisiones, Kepa. El vasco arrop¨® a Lunin con ¨¢nimos pero adem¨¢s con lo m¨¢s importante: le dio r¨¢pidamente inputs sobre maneras y lugares favoritos de los futbolistas citizens para chutar los penaltis, todo ello producto de su experiencia y estudio previos con el Chelsea hasta la pasada temporada.
Una guerra psicol¨®gica aplicada tambi¨¦n en sentido inverso. El encargado de elegir la ¡®chuleta¡¯ con los primeros cinco lanzamientos del Madrid no fue Ancelotti. Es una de las asignaciones de su hijo, Davide. Ten¨ªa una idea inicial apuntada, pero en segundos tuvo que modificarla. Fede Valverde le pidi¨® no chutar, de puro agotamiento f¨ªsico pero sobre todo de cabeza. Tampoco quiso ir a los once metros Militao. Le preocupaba que Ederson le conociera demasiado bien de la selecci¨®n brasile?a. Hab¨ªa lanzadores quiz¨¢ poco habituales aunque fijos por su probada capacidad para resistir la tensi¨®n del momento, caso de Lucas V¨¢zquez. A Nacho se le dio uno por su experiencia en lidiar tambi¨¦n con situaciones l¨ªmite.
El portero de hielo, hasta para festejar
La parte de los lanzadores madridistas fue casi sobre ruedas, con cuatro aciertos sobre cinco, pero el factor diferencial fue Andriy Lunin. Ni siquiera su haza?a en el Etihad le alter¨® su personalidad, que se mide en grados bajo cero. Tras el ag¨®nico pase, los brasile?os lideraron en el vestuario los bailes de celebraci¨®n y se les unieron sus compa?eros. ?Todos? No, Lunin los observ¨® en silencio desde su esquina, mientras terminaba de quitarse los cuidadosos esparadrapos que le protegen los dedos. El portero de hielo es el contrapunto a la alegr¨ªa desbordante del clan brasile?o y R¨¹diger. Y no le va mal. Ni a Lunin, ni al Madrid.
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