Las tres lecciones del caso RdT
Ra¨²l de Tom¨¢s ya es historia del Espanyol. Un libro que se cierra con 45 goles en dos a?os y medio, un ¡®pichichi¡¯ de Segunda y un Trofeo Zarra en Primera. Un cuadro que luce en la galer¨ªa de internacionales del club perico, varios goles de videoteca y un desenlace tan kafkiano como triste, incluso inmoral. La historia, de principio a fin, deja tres lecciones que deber¨ªan aplicarse en un Espanyol que tambi¨¦n se ha equivocado en este matrimonio de conveniencia y t¨®xico, con un final doloroso. Del amor al odio hay un mercado de verano.
El primer pasaje data de enero de 2020, cuando RdT lleg¨® al Espanyol por 22,5 millones, un contrato de seis a?os y medio y un sueldo de cinco millones (aprox.). El jugador m¨¢s caro de la historia, con el salario m¨¢s elevado de la historia y con uno de los contratos m¨¢s largos de la historia para rescatar a un Espanyol que estaba en el pozo y que sigui¨® en el pozo, pandemia de por medio, y baj¨® a Segunda en la peor campa?a de su historia (perd¨®n por la reiteraci¨®n). ?Qu¨¦ informes manej¨® la direcci¨®n deportiva para arriesgarse tanto con un fichaje con los antecedentes que ten¨ªa el futbolista? Las indudables cualidades t¨¦cnicas chocaban de frente con sus problemas de vestuario, sus valores y su relaci¨®n con los entrenadores. La trastienda del f¨²tbol que deben conocer los directores deportivos y que no se tuvo en cuenta en ese mercado invernal liderado por Francisco Rufete y Josep Maria Duran donde hubo improvisaci¨®n.
El segundo pasaje no es tan concreto, es amplio, y nace de una percepci¨®n colectiva resumida en una frase de Diego Mart¨ªnez en su presentaci¨®n. Curiosamente, el inicio del explosivo final. ¡°La estrella es el equipo¡±. Hay una tendencia a situar a los ¨ªdolos por encima del colectivo, del bien y del mal, como divinidades griegas. Lo hacemos todos. La afici¨®n, los clubes y la prensa. Pero la realidad es bien distinta. Ni RdT fracas¨® en el descenso del Espanyol ni sus 23 goles lo ascendieron. Era una pieza m¨¢s, atractiva a ojos del p¨²blico y de la cr¨ªtica por su extraordinaria calidad, pero sus valores dentro del vestuario y su ejemplo en otros aspectos t¨¢cticos no fueron los id¨®neos. Todo jugador ejerce su influencia en el grupo, en la manera de jugar y en la relaci¨®n con sus compa?eros, deja rastro. A nivel colectivo, el Espanyol en el que lider¨® con su nombre RdT jug¨® en Segunda y acab¨® decimocuarto en Primera. Mucho glamour para el resultado final. El equipo prevalece siempre y determina todo. El mejor jugador es el equipo, como dir¨ªa Di St¨¦fano.
La tercera secuencia, el colof¨®n final, se ha desarrollado en un mercado de locura. El Espanyol ha acabado malvendiendo a RdT por ocho millones m¨¢s tres de variables. El jugador, que se neg¨® a entrenar con el grupo, a hacerse pruebas m¨¦dicas y a seguir en el club una vez cerrado el mercado, ha ganado el pulso ante un silencio (esta tarde hablar¨¢ el CEO) de un Espanyol que no ha sido firme con el futbolista. Tener un presidente a diez mil kil¨®metros ha puesto al club en una posici¨®n de debilidad. ?Se imaginan el mismo desenlace en otro contexto? ¡°El club deber¨ªa haberse hecho fuerte y dejarle claro que si no jugaba ni entrenaba ir¨ªa a la grada... Ahora, todos saben que podr¨¢n hacer contigo lo que quieran y que no te das valor como club¡±, asegura un ex jugador del Espanyol. La ¨²ltima lecci¨®n de una operaci¨®n que deber¨¢ servir para tomar nota y mejorar. No queda otra despu¨¦s del sainete.