Las siete maravillas de la Revolución Giráldez
El entrenador porri?és cumple su primer a?o al frente del banquillo celeste y en estos doce primeros meses ha conseguido cambios muy significativos.
El 12 de marzo de 2024 significó un importante punto de inflexión en el proyecto deportivo del Celta. Todo saltó por los aires a la hora de comer, cuando la entidad olívica anunció por sorpresa la destitución de Rafa Benítez, dos días después de caer goleado en el Bernabéu (4-0) y quince días después de acabar con 15 a?os de presencia ininterrumpida de canteranos en el once celeste. A todo ello, había que sumarle una delicada situación en la tabla, con solo dos puntos de margen sobre el descenso, y una desconexión absoluta con la grada.
Solo dos horas después de la destitución de Benítez, el Celta anunció el ascenso de Claudio Giráldez a la primera plantilla. El porri?és era el deseado por la afición, por el vestuario y por el consejo, aunque también es cierto que la situación requería de valentía para apostar por un entrenador novel en el fútbol profesional. Sin embargo, la Revolución Giráldez salió a la perfección, con una libreta estructurada en siete maravillas que han permitido al Celta pasar de estar al borde del precipicio a so?ar por Europa tras doce meses en el cargo. A continuación detallamos las siete maravillas del plan Giráldez:
Sistema: A Claudio no le tembló el pulso y cambió el dibujo de la noche a la ma?ana, sin medias tintas ni transiciones dulces. Pasó del clásico 4-4-2 de Benítez al revolucionario 3-4-3 que le funcionaba en el Fortuna (filial céltico). Además de la disposición táctica, Giráldez pedía mucho más movimiento a sus jugadores, que deberían identificar su lugar en el campo en fase de ataque y en fase de defensa.
Estilo de juego: El Celta cambió el autobús por un descapotable. De jugar al tran tran, siempre a expensas del rival, a llevar la iniciativa desde el pitido inicial. De esconderse bajo la manta a bailar encima de la barra. El giro radical de Giráldez se centró en el estilo de juego, pues el porri?és quería un Celta agradable de ver, que divirtiese al público. Y también que se divitieran los jugadores. Como consecuencia, llegaría el resultado. Y así fue.
Cantera: Benítez se cargó un legado de 15 a?os con al menos un canterano en el once, Giráldez salió el primer día con Carlos Domínguez, Sotelo y Hugo ?lvarez acompa?ando a Aspas en la alineación titular. Y en los minutos decisivos hizo debutar a Damián Rodríguez. Ha apostado por Javi Rodríguez, Alfon, Pablo Durán, Fer López, Yoel Lago... La cantera ha dejado de ser un estorbo para convertirse en un pilar. La célebre frase de Benítez de “Primera RFEF no es Primera División” para justificar la ausencia de canteranos ha quedado reducida a meme.
Ambición: El inconformismo de Giráldez queda reflejado en el último partido ante el Leganés. El Celta ganó 2-1, pero salió a rueda de prensa enfadado por el rendimiento de sus jugadores en la segunda mitad. Nunca firma el empate y no es de cara a la galería, lo demuestra con los cambios y con las instrucciones que da a sus jugadores en los minutos finales. No es casualidad que el Celta sea el equipo que más remonta de la Liga.
Protagonista: Hay partido y momentos, pero la intención de este Celta es ser protagonista con el balón. A veces no se puede realizar porque el rival te somete, pero la idea de Giráldez es tener el balón el mayor tiempo posible y mirar siempre a la portería contraria. Lejos quedan ya aquellos tiempos en los que había once tipos vestidos de celeste encerrados en su propio campo, sin mayor perspectiva que ver el cronómetro correr.
Jugadores mejorados: Acertar una alineación del Celta debería tener más premio que el EuroMillón. Claudio Giráldez tiene a todos los jugadores enchufados porque saben que cualquiera puede ser titular en el siguiente partido. Es por ello que se está viendo la mejor versión de futbolistas como Starfelt, Javi Rodríguez, Marcos Alonso, Mingueza, Ilaix, Alfon, Pablo Durán... Todos se sienten poderosos en el plan de Giráldez.
Conexión con la grada: De los pitos y el runrún continuo se ha pasado a la felicidad y la ola. Balaídos, que ya pedía a Giráldez antes de que llegase, disfruta con su equipo casi como a principios de siglo. La conexión con el entrenador y los jugadores es incluso mayor. La armonía que se respira en el estadio es también fundamental para que el Celta sume tantos puntos de local.
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