¡®Larindependencia¡¯ tempranera
El canadiense ha marcado los tres ¨²ltimos goles del Real Valladolid, que no festeja un tanto de otro futbolista desde antes del par¨®n.
Si la Real Academia del Blanquivioleta tuviera un diccionario de expresiones, definir¨ªa el ¡®efecto Larin¡¯ como el impulso que recibi¨® el ataque con la llegada del ariete canadiense. El car¨¢cter inmediato de su rendimiento ha supuesto una alegr¨ªa para un Real Valladolid que la necesitaba cuando ¡®El Gigante Silencioso¡¯ lleg¨® a la ciudad. Vino a paliar unas carencias goleadoras escondidas por los tres tantos que ha marcado en apenas cuatro jornadas, que, no obstante, arrojan una dependencia seguramente un tanto tempranera para tratarse de un reci¨¦n llegado.
Y es que a veces las sonrisas tapan otras cosas, en el caso del conjunto vallisoletano, que los problemas para marcar siguen. No en vano, no festeja un gol de otro jugador desde antes del par¨®n, cuando Roque Mesa fue el ¨²ltimo que perfor¨® una red ajena en el triunfo frente al Elche. Despu¨¦s de aquello, hubo una sequ¨ªa muy pronunciada, de nada menos que 584 minutos, que acab¨® con el norteamericano cazando al vuelo el centro de Mach¨ªs pasado, al segundo palo, en una posici¨®n casi acrob¨¢tica.
Contra la Real Sociedad, en su segunda aparici¨®n, gan¨® la espalda de la zaga para martillear de cabeza el centro de Luis P¨¦rez, quir¨²rgico, para repetir la f¨®rmula del debut: un remate a la jaula y tres puntos a guardar. Como no todos los d¨ªas son fiesta, no pudo seguir con ese patr¨®n ante Osasuna; salt¨® a falta de media hora y no lleg¨® al centro que puso Mach¨ªs al lugar del dinero. ?Efecto diluido? Nada m¨¢s lejos. En su primera titularidad, hizo su tercer gol con solo cuatro disparos a puerta, demostrando una precisi¨®n de cirujano... o no.
Porque lo cierto es que ninguno de los tres remates han sido excelsos en lo t¨¦cnico; el primero fue espectacular, pero el contacto fue con una superficie poco habitual, el segundo no acab¨® de ser un frentazo (m¨¢s bien, remata con el hombro) y el tercero, de interior, tiende a la parte trasera del pie derecho. Pero y qu¨¦; as¨ª valen tambi¨¦n, m¨¢xime cuando vienen de unos movimientos buenos de delantero. Ante el Valencia, condujo, descarg¨® a banda, busc¨® ¨¢rea y apareci¨® en una zona peligrosa. Contra la Real, se gan¨® la espalda del defensor. Y frente al Betis, rob¨® y transit¨® para definir en los dominios del punta.
Su llegada ha venido a paliar, de alg¨²n modo, la falta de gol generalizada, que convierte al Real Valladolid en el segundo equipo que menos marca, 16 goles hasta ahora, solo uno m¨¢s que el Elche, y eso, a pesar, por ejemplo, de haber tirado 18 veces ante Osasuna y 17 frente al Real Betis, los dos d¨ªas de mayor producci¨®n de la temporada, pero de baja eficiencia, una t¨®nica habitual, ya que el conjunto blanquivioleta expone apenas un 8% de efectividad en sus disparos, siendo, junto a Osasuna (9,1%), el ¨²nico equipo por debajo del 10%.