Kubo es de Champions

La Real Sociedad huele a Champions. Porque Takefusa Kubo es de Champions. Su golazo as¨ª lo merece. Porque tiene esa belleza, esa calidad y esa importancia. El japon¨¦s agarr¨® la pelota con esa decisi¨®n que le caracteriza y mand¨® un zurdazo que lanza a tumba abierta a los donostiarras hacia la Champions. Lo tiene en la mano, porque la victoria contra el Almer¨ªa hace que su clasificaci¨®n sea virtual. Ahora a esperar al Villarreal, que si no gana al C¨¢diz ya lo convertir¨¢ en matem¨¢tico. El himno de la m¨¢xima competici¨®n continental ya empieza a sonar por la megafon¨ªa de Anoeta diez a?os despu¨¦s. Espectacular.

Y mientras, el Almer¨ªa tendr¨¢ que seguir peleando un poco m¨¢s para asegurar su permanencia. Pero no busc¨® mucho m¨¢s en Anoeta, a pesar de su esperanzador inicio. Encima pierde por sanci¨®n a Luis Su¨¢rez para la final contra el Valladolid.

El plan de partido fue claro en los dos equipos desde el inicio. La Real Sociedad quer¨ªa hacerse fuerte con la posesi¨®n, pero lo pasaba mal porque el Almer¨ªa tiraba la presi¨®n muy arriba, con un planteamiento valiente, haciendo peque?o el campo y obligando a los donostiarras a jugar demasiado en horizontal, con poca profundidad y casi en un palmo del terreno de juego.

Los donostiarras ten¨ªan el bal¨®n, mientras el Almer¨ªa se replegaba bien y hac¨ªa que el juego realista no fuera lo suficientemente fluido como para que llegaran ocasiones claras. Y en ese escenario lleg¨® el primer hito clave del choque, la lesi¨®n de David Silva, que en el minuto 20 ped¨ªa el cambio al no poder aguantar sus problemas musculares, y obligaba a salir r¨¢pido a Brais M¨¦ndez, que tambi¨¦n volv¨ªa tras lesi¨®n.

A pesar del contratiempo de la baja del canario, no cambio el guion de la pel¨ªcula. La Real sigui¨® amagando, pero no golpeando. Sus llegadas eran muy t¨ªmidas, pero obligaba cada vez m¨¢s al Almer¨ªa m¨¢s cerca de su ¨¢rea, pero defend¨ªa con orden y concierto. Tampoco se modific¨® la historia cuando lleg¨® la otra acci¨®n clave del partido. Luis Su¨¢rez fue con excesivo ¨ªmpetu a por un bal¨®n dividido, lleg¨® tarde y se llev¨® puesto a Kubo. Gonz¨¢lez Fuertes necesit¨® ir a verlo a la pantalla del VAR para darse cuenta de la gravedad de la acci¨®n, expulsarle y dejar al Almer¨ªa con un jugador menos. Era el minuto 36. Pero los donostiarras no eran capaces de aprovechar la superioridad num¨¦rica¡­ hasta que lleg¨® Takefusa Kubo y se invent¨® la jugada del 1-0. El japon¨¦s agarr¨® la pelota en el pico del ¨¢rea, se fue para dentro y le peg¨® con toda su alma con una rosca endemoniada que se colaba por toda la escuadra de la porter¨ªa de Fernando, dibujando una par¨¢bola maravillosa.

Ese gol de Kubo, que daba paso al descanso, pod¨ªa cambiar el devenir del partido. Porque, aunque estuviera con un jugador menos, el Almer¨ªa pod¨ªa estar obligado a dar un paso adelante en busca del empate. Pero no lo hizo, todo lo contrario. Se meti¨® m¨¢s atr¨¢s todav¨ªa, lo f¨ªo todo a un despiste de la Real con el bal¨®n y un contragolpe, o una jugada a bal¨®n parado. Pero no lleg¨® y apenas pis¨® el ¨¢rea de Remiro. Y los donostiarras siguieron a lo suyo, estuvieron m¨¢s finos con la pelota y tuvieron ocasiones como para haber acabado con una mayor diferencia. Pero se toparon con un inspirado Fernando. Daba igual, no lo necesitaba, porque en defensa se mostraba muy solvente. Victoria de Champions, porque la clasificaci¨®n ya asoma a la vuelta de la esquina.