La Masia avisa al Madrid

Los cl¨¢sicos transoce¨¢nicos suelen ser tormentosos. Metaf¨®rica y literalmente. Este de New Jersey lo pararon durante m¨¢s de una hora la lluvia y los rel¨¢mpagos al poco de comenzar. No es la primera vez que sucede. Estados Unidos quiere asegurarse siempre de que al f¨²tbol no le parte un rayo. Pero al margen de accidentados, estos duelos vienen a ser una especie de ensayo abierto al p¨²blico. Ni punt¨²an ni son orientativos, pero Madrid y Bar?a saben que el mundo est¨¢ mirando. Eso hace que las derrotas no queden libres de impuestos ni sean totalmente indoloras. El equipo blanco las ha tomado por costumbre en estos cl¨¢sicos veraniegos. Dos canteranos azulgranas, ?lex Valle y Pau V¨ªctor, dejaron en evidencia su punto de maduraci¨®n actual, muy corto, mientras Endrick volvi¨® a perderse en la niebla de otro partido gris de su equipo. A¨²n no le ha cogido la onda al Madrid.

Dentro de la improvisaci¨®n propia de las fechas, con futbolistas a¨²n de vacaciones o reci¨¦n llegados y alineaciones con m¨¢s cabos que generales, el Madrid guard¨® un mayor parecido con su realidad. Al menos, diez de sus titulares ten¨ªan dorsal de la primera plantilla. En el Bar?a solo cinco, m¨¢s Pablo Torre y Pau V¨ªctor, ambos fronterizos. El resto lo completaba La Masia. En el Bar?a la cantera ha sido necesidad y virtud. Hay que mirar a la casa cuando falla la caja. En el Madrid, en cambio, ha supuesto en los ¨²ltimos tiempos m¨¢s fuente de ingresos que de satisfacciones. Solo Mario Mart¨ªn estar¨¢ ah¨ª mientras cuelgan la toalla y sueltan las chanclas Tchouameni y Camavinga. En el curso probablemente no ser¨¢ alternativa sino mediocentro de primeros auxilios, pese a que mejor¨® mucho respecto al partido ante el Milan.

Flick no viene a esconderse. De M¨²nich se ha tra¨ªdo esa primera presi¨®n elevad¨ªsima que encoge el campo y la salida del rival y lleva a su zaga al medio campo. Es un f¨²tbol de apuesta, que lo f¨ªa todo a la recuperaci¨®n r¨¢pida. Mata o muere. As¨ª se plant¨® ante el Madrid tradicional de Ancelotti, un equipo paciente, seguro de su defensa del ¨¢rea, consciente de que en todo partido le llegar¨¢ su momento y no lo dejar¨¢ escapar. Un sentido pr¨¢ctico del juego que frecuentemente da t¨ªtulos.

Pablo Torre y Arda G¨¹ler

El cruce de estrategias arroj¨® un dominio inicial del Bar?a, resumido en un cabezazo de Pau V¨ªctor a la salida de un c¨®rner que salv¨® Courtois, portero al que es dif¨ªcil adivinarle cu¨¢ndo anda de pretemporada y cu¨¢ndo va en serio. Aquello sucedi¨® antes de que el ¨¢rbitro mandara a los jugadores al vestuario (minuto 12) ante el riesgo de tormenta el¨¦ctrica. Cuando empez¨® a jarrear todos estaban ya a resguardo. Hora y cuarto dur¨® el par¨¦ntesis, tiempo suficiente para que se encharcara el c¨¦sped y cambiara el viento.

El Bar?a, con un Pablo Torre muy emprendedor, quiso retomar el asunto donde lo hab¨ªa dejado: amplia posesi¨®n, buena circulaci¨®n, poca llegada. Pero el Madrid, m¨¢s corto de preparaci¨®n, ya era otro, empezaba a construir desde el toque. Y tuvo consecuencias. A G¨¹ler le anularon un gol por fuera de juego microsc¨®pico (estupendo su control previo al remate) y Brahim prob¨® a Ter Stegen de lejos, ayudado por el piso deslizante. Para entonces el turco ya era el jefe del Madrid. Los ¨²ltimos partidos del a?o pasado y la Eurocopa le han cambiado el estatus. Tambi¨¦n la mirada de Ancelotti. Pinta que jugar¨¢ mucho este curso. A su altura estuvo Modric, renovado por su presente y no por su glorioso pasado.

En esos momentos de mejor¨ªa blanca marc¨® el Bar?a, un cl¨¢sico de los cl¨¢sicos. ?lex Valle mand¨® un centro fabuloso que Lewandowski, a dos metros de puerta, remat¨® tan mal que dej¨® at¨®nitos a los defensas blancos y a puerta vac¨ªa a Pau V¨ªctor, que empuj¨® el bal¨®n de cabeza a la red. Uno de esos goles derechos escritos con renglones torcidos.

El factor Vinicius

Con la justificaci¨®n del par¨®n inicial, el descanso qued¨® reducido en una especie de ¡®cooling break¡¯ m¨¢s formal. El Madrid lo alarg¨® m¨¢s de lo debido. Volvi¨® despistado y lo pag¨®. Un descubrimiento, ?lex Valle, le regal¨® con un pase de exterior el segundo gol a otro, Pau V¨ªctor, gran dominador del ¨¢rea. Lo que le ha visto Flick ya lo hemos visto todos.

As¨ª, con la pared del 2-0, lleg¨® al partido Vinicius, un reactivador inmediato. Aun fuera de punto, fue lo mejor del Madrid en el tramo final. Ter Stegen le quit¨® un gol. A Sergi Dom¨ªnguez y H¨¦ctor les cay¨® el marr¨®n de pararle y sufrieron. Pero el v¨¦rtigo del brasile?o no result¨® suficiente. Ancelotti fue quit¨¢ndole la compa?¨ªa de los titulares y nadie cooper¨® de verdad con ¨¦l, aunque Nico Paz, en un c¨®rner, fusilara de cabeza a I?aki Pe?a y pusiese cierto picante al final. Sin embargo, el Bar?a aguant¨® y cumpli¨® la tradici¨®n: Am¨¦rica es su jard¨ªn.

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