La Champions tiene su ?ngel

Si hay un futbolista acostumbrado a darle la vuelta al destino ese es ?ngel Correa. Y fue Correa quien recibi¨® de rebote esa pelota y, como si corriera en la calle, sorte¨® rivales para estamparla en la red y no ceder un metro en su persecuci¨®n al Madrid este domingo, el t¨ªtulo que le queda a este equipo que lleg¨® demasiado tarde a esta temporada. Despu¨¦s de Qatar.

Plac. A los dos minutos, Griezmann saltaba para golpear el bal¨®n con ese sonido. Plac. El franc¨¦s buscaba la escuadra pero la pelota fue mansa a Rui Silva con un mensaje: el Atleti hab¨ªa salido como si el par¨®n de selecciones no hubiese pasado. Un Atleti atado a la bota de ese hombre que m¨¢s que jugar parece flotar: Grizi. Correa, en ese momento, miraba a¨²n desde el banquillo. El partido estuvo lleno de electricidad, con los dos equipos buscando ¨¢rea, bal¨®n y dominio. Simeone, de hecho, solo aguant¨® veinte segundos sentado. Al veintiuno ah¨ª estaba, de pie en el ¨¢rea t¨¦cnica. Pellegrini ni se sent¨®. El primero apostaba porque Morata hiciera de Memphis y porque de inicio saliera Lemar y no De Paul. El segundo, sin Canales por esa sanci¨®n de cuatro partidos que solo quien se la ha puesto puede entender, sentaba a Juanmi para ubicar a Luiz Henrique en la derecha, Ayoze en la izquierda y as¨ª dejarle el carril central a Rodri para nutrir a Borja, solo en punta. Aunque en realidad quien m¨¢s aliment¨® al Panda de inicio fue Savic, que sali¨® al partido como pose¨ªdo por el esp¨ªritu de Felipe. Un desastre.

Dos veces se plant¨® Borja ante Oblak nada m¨¢s comenzar el partido porque Savic le abr¨ªa la puerta del ¨¢rea y le invitaba a pasar como si vistieran los mismos colores. Cada vez que pasaba cerca, le regalaba un bal¨®n. Pero una vez, Borja se lo cedi¨® a su vez a Ayoze y la ocasi¨®n se estrope¨®. Pero, otra, se entretuvo demasiado y la defensa le cay¨® sobre la chepa a la vez que el ¨¢rbitro le pitaba una mano. En el ¨¢rea contraria, Griezmann segu¨ªa instalado en su pink party. Si primero rascaba a la espalda del doble pivote del Betis para recibir entre l¨ªneas, indetectable para Guido y Carvalho, cuando se plantaba en el ¨¢rea su pelo rosa ard¨ªa de puro fuego. Con desmarques, disparos rasos y quiebros de cintura. Pero al final de cada jugada estaba Luiz Felipe y era infranqueable: cortaba todo a su alrededor. Con penalti, incluso. Lo pareci¨® esa zancadilla sobre Morata que ni el ¨¢rbitro pit¨® y ni el VAR mand¨® revisar, que el Atleti sigue siendo el ¨²nico en Liga sin penalti a favor.

Las entradas de Joaqu¨ªn y Correa

Plam. De m¨¢s a menos, el partido se vio en la segunda parte con Griezmann botando un c¨®rner que Gim¨¦nez cabeceaba al larguero. Pum. El partido segu¨ªa en el mismo sitio: el Atleti con dominio pero sin profundidad, el Betis m¨¢s espeso. A la hora, el Cholo quitaba a un Nahuel con amarilla e introduc¨ªa a De Paul y Correa. Lo celebr¨® Carrasco con un disparo raso, tras destrozar Llorente a Miranda en una carrera, que Rui Silva sac¨® con el pie. En la jugada siguiente, Pellegrini introdujo a Joaqu¨ªn, recibido entre un c¨¢ntico a Luis, que a los mitos no se les mancha, quien despert¨® al Betis. La electricidad volvi¨® a llenar el aire.

Joaqu¨ªn sali¨® como Pegaso lanzando pu?etazos de meteorito sobre la porter¨ªa de Oblak. Plas, plas, plas. Primera pelota y pase al espacio a un Miranda que cruza en exceso. Segunda pelota y su propia volea se va fuera rozando el palo. En la tercera, Juanmi no le vio a su lado en el punto de penalti y no se la dej¨® pasar. El Atleti resist¨ªa como tantas otras veces, mir¨¢ndose el cuerpo tras tanto mordisco y descubr¨ªrselo intacto. Y con Correa en el campo, el h¨¦roe de LaLiga 2021 que brot¨® tras llorar en el Villamar¨ªn. Ese Correa al que la pelota le lleg¨® de rebote pero supo, como Maradona aquella vez ante los ingleses, que era la pelota del partido. Y corri¨® y sent¨® a Ruibal al primer quiebro para cambiar su destino. Y Pezella cay¨® al segundo. Y cuando lo hizo Luiz Felipe, al tercero, todo el Betis fue detr¨¢s. El equipo se abraz¨® a su ¨¢ngel en pi?a, bajo una grada que solo parec¨ªa gritar: ¡°?Correa, de qu¨¦ planeta viniste!¡±. Para dejar en el camino a tanto b¨¦tico.