Hasta que dispar¨® Asensio

Esta es la cr¨®nica de un tost¨®n anunciado, a beneficio de Eurovisi¨®n, Blanca Paloma y esas votaciones finales que tanto recuerdan a las decisiones del VAR. La audiencia debi¨® huir espantada y cargada de raz¨®n hacia el festival. Mejor escuchar cuando nada hay que ver. Los suplentes del Madrid mortificaron a los fieles del Bernab¨¦u, que solo sacaron las manos del bolsillo para aplaudir la ofrenda de la Copa previa al partido y el gol de Asensio que decidi¨® el choque y dej¨® en casa tres puntos in¨²tiles. Ni siquiera pudo celebrar la hinchada que todos salieran sanos: muy cerca del final se lesion¨® Camavinga, lo que degrad¨® a p¨ªrrica la victoria. Un Getafe arrugad¨ªsimo solo recibi¨® dos buenas noticias: las derrotas previas de C¨¢diz y Almer¨ªa.

Guardiola puede ahorrarse este v¨ªdeo en su investigaci¨®n sobre c¨®mo ganarle el mi¨¦rcoles al Madrid, equipo que ya no atiende a la ventanilla de la Liga. Fueron todo pistas falsas. Entre tres y cuatro titulares en el once y el resto, una mezcla poco arm¨®nica (Mendy y Ceballos reci¨¦n recuperados de una lesi¨®n, Asensio de nueve, Camavinga en el centro, Valverde en la banda) de la unidad B y la C, que agrupa a aquellos que han pasado el a?o en paradero desconocido. Hazard es la bandera de los invisibles, la representaci¨®n de un fracaso inesperado, de un sue?o imposible. Lo peor no es que haya jugado solo diez partidos en otro curso perdido, sino que lo haya hecho ante Celtic, Shakhtar, Leipzig, Almer¨ªa, Celta, Mallorca, Valladolid, C¨¢diz, Getafe y Cacere?o. Todo servido en ratitos. Nada en lo que de verdad importa. Los minutos de un canterano para quien hace cinco a?os era el tercer futbolista del mundo. No se le esperaba y no estuvo. Ese marr¨®n se lo tendr¨¢ que comer el Madrid hasta el ¨²ltimo segundo de su contrato. La entrada de Vinicius ahog¨® el oprobio del pitos en su retirada.

Frente a este Madrid in¨¦dito, Bordal¨¢s mantuvo el dibujo y cambi¨® los papeles. En la concentraci¨®n de Oliva debi¨® ocurr¨ªrsele colocar a Djen¨¦, central de cuna, como segundo mediocentro junto a Maksimovic, con Portu y Mata en las bandas y Ale?¨¢ y Borja Mayoral en punta. Un 4-4-2 habitual con un once muy poco com¨²n, en el que fueron mayor¨ªa futbolistas con los que el t¨¦cnico ya trat¨® en los cinco a?os de su primera etapa en el Getafe.

Pinchazo de los suplentes

El Madrid, con muchos pendientes de juicio y alg¨²n condenado, no supo disimular su desinter¨¦s en el partido. A Maksimovic le dejaron llegar al coraz¨®n del ¨¢rea casi andando para meter un disparo raso y desviado a los 2 minutos. La misma cortes¨ªa tuvieron con Ale?¨¢ diez despu¨¦s. Todo dentro del gui¨®n: pon¨ªa m¨¢s intenci¨®n quien m¨¢s lo necesitaba, pero no se anda en la cola sin evidenciar una alarmante falta de gol.

Ese Madrid zen cre¨® poco en la primera mitad. Lo mejor, un magn¨ªfico centro raso de Lucas V¨¢zquez en el que a Asensio le fall¨® el timing para meter su pie izquierdo. Eso lo tienen mecanizado los nueves de carrera y les cuesta a los interinos. En la empanada blanca ten¨ªa su parte ese Getafe en modo erizo, al que no hay por d¨®nde agarrar: presi¨®n alta, f¨²tbol sin ret¨®rica, defensa a fuego lejos del ¨¢rea, pulsaciones bajas, buena lectura de la letra peque?a del reglamento. Ese incordio que durante cinco a?os le sirvi¨® al equipo para no meterse en un l¨ªo como en el que se encuentra ahora. La belleza de un mercanc¨ªas, la eficacia de un alta velocidad.

Solo Asensio puso empe?o en salir de aquella trampa repartiendo su talento por todo el campo, en el centro, en las bandas, entrando y saliendo del ¨¢rea, con ese sentido de la responsabilidad tan de Benzema, siempre un ordenador del frente ofensivo. Camavinga estuvo como es, atrevido e imprudente. Tambi¨¦n Tchouameni, encogido e irrelevante. El tercer hombre, Ceballos, florecido en enero, ha perdido ese encanto que llev¨® al Bernab¨¦u a clamar por su renovaci¨®n.

Un gol en el desierto

Como el p¨²blico no merec¨ªa ese maltrato, Ancelotti meti¨® a Kroos para mejorar la arquitectura del equipo, pero el tedio se hab¨ªa instalado definitivamente. Sin locuras, el Getafe incluso se hab¨ªa vuelto m¨¢s aventurero. Militao desvi¨® un buen remate de Gast¨®n ?lvarez y Borja Mayoral meti¨® mal su cabeza en un lanzamiento de c¨®rner al que no acudi¨® nadie del Madrid.

El pelmazo se hab¨ªa vuelto cr¨®nico y el t¨¦cnico italiano mand¨® refuerzos: Mariano, Modric y Vinicius, de una tacada. Un nueve donde no lo hab¨ªa y dos jugadores monumentales para poner a salvo el orgullo de un campe¨®n que se va a marchar de esta Liga por la gatera.

Los cambios de Bordal¨¢s fueron a la inversa. Salieron tres delanteros y entr¨® uno, m¨¢s un centrocampista y un lateral. Otro, Iglesias, oblig¨® de inmediato a Courtois a una parada a la altura de su prestigio. El partido iba ti?¨¦ndose de azul hasta que Asensio hizo un gol tantas veces visto. Tom¨® una pelota en el pasillo del ocho, le meti¨® la carga explosiva de su zurda y, previo toque envenenado en Maksimovic, la mand¨® a la red. Un gol en medio de la nada del que podr¨ªa decirse que ni el Madrid lo buscaba. Asensio s¨ª, porque hab¨ªa sido el mejor dentro de la desgana general. Luego Soria le quit¨® otro tanto en remate en plancha. Antes del final Camavinga se march¨® tocado en una rodilla por un planchazo de Iglesias. Definitivamente, al Madrid, al Getafe y al f¨²tbol en general les sobr¨® el partido.