¡®Guru¡¯ cierra la semana perfecta

El Athletic ha adquirido una bendita costumbre estos dos ¨²ltimos a?os: ganar. Saca y saca partidos, especialmente las citas inexcusables. No le hace falta bordar el juego, las apa?a por instinto asesino. Y en la actualidad ha puesto el piloto autom¨¢tico y va como un cohete hacia la c¨²spide de la Liga. Tercer triunfo consecutivo en una semana redonda con dos salidas incluidas, esta vez a lomos de Guruzeta, autor de un doblete y recuperado para el gol cinco meses despu¨¦s. Ya le quedan menos para igualar la descomunal cifra del a?o pasado: 16. Un curso en el que tambi¨¦n ajustici¨® al Celta con otro doblete en el 4-3. La fiesta se complet¨® con el bautismo realizador como le¨®n de Djal¨®. Dos jugadores que se incorporan esta campa?a a la tabla de goleadores y embalan a su equipo. Lo de I?aki empieza a ser de otra galaxia: regala asistencias de gol como si comiera un churro. Otra m¨¢s en esta ocasi¨®n, a Djal¨®. Lleva cuatro en las tres ¨²ltimas jornadas, las mismas que en sus anteriores 55 apariciones en la competici¨®n. Lo celebraba en la grada su hermano Nico, de baja por la contusi¨®n en el pie izquierdo.

El Celta tiene buenos prop¨®sitos, su f¨²tbol es alegre y en el nuevo San Mam¨¦s nadie ha marcado m¨¢s que ¨¦l: 19 dianas. La vista de los aficionados agradece sus exquisitas intenciones, pero atr¨¢s es un juguete. Seis jornadas y en todas ha recibido gol, algo que s¨®lo le ha ocurrido en otras dos ocasiones en su historia. ?Cu¨¢ntas veces han tenido esta sensaci¨®n en Bilbao! Aspecto fiero y al final, tierno ?Menos jogo bonito y m¨¢s puntos lindos!

Valverde sigue moviendo piezas en este frenes¨ª que combina Liga y Europa League. Eso le permite presumir de fondo de armario. Seis permutas en Legan¨¦s y no se not¨®. Ocho cambios esta vez en un equipo que empieza a estar rebosante de f¨²tbol. y el mismo resultado. Si la visita del Celta promet¨ªa descontrol, lo tuvo desde el suspiro inicial, a los dos minutos de arrancar, con un problema en el aductor de Mingueza en una acci¨®n por la banda derecha con I?aki Williams. Entr¨® en su lugar el veterano Marcos Alonso y lo hizo la mar de bien.

Poco despu¨¦s, en el 5¡ä, ya hubo que poner a funcionar el marcador. El Celta es un prodigio buscando goles, pero tambi¨¦n admiti¨¦ndolos. Con poco se le puede hacer da?o. Pec¨® de pardillo: en un saque de banda propio, en vez de manejar la situaci¨®n puso a funcionar el juego con uno menos y recibi¨® el castigo. De Marcos meti¨® un pase profundo a I?aki, que burl¨® la vigilancia de Jailson y centr¨® al ¨¢rea. En los balones imposibles es donde siempre aparece el maestro Guruzeta, que a veces mete los goles m¨¢s feos, pero esos tambi¨¦n se canjean por puntos. Un rebote de Starfelt permiti¨® al delantero donostiarra rematar a la red de espaldas con la puntera. Se quit¨® un buen peso de encima, porque era el primer tanto de un hombre que hizo una monta?a de 16 la temporada pasada.

El Celta sigui¨® con su paso firme pese a ese tempranero mazazo. Mov¨ªa y mov¨ªa la pelota a su ritmo, sin temblores. Formaba un entramado por dentro, con Aspas y Bamba bajando a apoyar y luego a estirar el equipo, y desajustaban constantemente a los leones. Los carriles quedaban para Hugo ?lvarez y Marcos Alonso. Alternaban las posiciones constantemente y Valverde torc¨ªa el gesto porque ve¨ªa a sus muchachos muy desubicados. Desde la primera l¨ªnea, sobre los tres centrales, la presi¨®n no ten¨ªa las ideas claras y eso descompon¨ªa todo el sistema defensivo.

Aspas, que es un viejo lobo de mar que incluso supera en a?os a su entrenador, entr¨® en liza para rescatar a los suyos en una nueva misi¨®n de la eterna leyenda. Le solt¨® en la marca un segundo Prados cuando se internaba hacia el ¨¢rea y no dio tiempo a un central para custodiarlo. En el mano a mano con Agirrezabala, le regate¨® y se qued¨® muy escorado, sin ¨¢ngulo, pero el meta levant¨® mucho la mano y el rey de las bateas vio su gran ocasi¨®n. Ret¨®, busc¨® y encontr¨® ¨¢gil al arquero y cay¨®. Penalti. Lo anot¨®, aunque casi se lo atenaza con las piernas. Ese impulso llev¨® a los visitantes a tener otra gran ocasi¨®n, un centro de Bamba que desencaden¨® un gran recurso de Alonso, con el tal¨®n. Agirrezabala estaba muy atento. Posteriormente volvi¨® a marcar Aspas cruzando muy bien la pelota tras un contraataque, pero fue anulado por fuera de juego. El que s¨ª movi¨® el empate fue nuevamente Guruzeta, con un centro perfecto de Berenguer desde la izquierda y otro de esos remates imposibles, de cabeza, entre dos centrales. Eso fue un golpe dur¨ªsimo al Celta cuando mejor estaba. Lo de siempre, mucho engordar con juego fluido para morir de empacho.

El partido ten¨ªa mil aristas. Lo que nadie esperaba era la sustituci¨®n de Agirrezabala, que dej¨® su sitio a Padilla por unas molestias en la acci¨®n del penalti. La segunda mitad sigui¨® el mismo discurso. Al Athletic le faltaba energ¨ªa, el ¡®rock and roll¡¯ deriv¨® esta vez en una nana. Pero es que el Celta tambi¨¦n estaba perdiendo aguij¨®n, a medida que Aspas, su jefe, se quedaba sin gasolina. Los cambios reactivaron a los locales, que juntaron m¨¢s sus l¨ªneas en un 4-4-2, ahora s¨ª era estable defensivamente. A¨²n les dio para una m¨¢s: una gran carrera de la pantera I?aki con centro a Djal¨®, que hab¨ªa salido otra vez de ¡®nueve¡¯ en lugar de Guruzeta. Y sigui¨® el ejemplo de ¨¦ste para casarse con el gol. Se tir¨® en plancha feroz para acabar con la incertidumbre. Una dentellada a la moral viguesa. Lo suyo es hacerse fuertes en Bala¨ªdos, fuera es otro cantar.

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