Gurrutxaga, el ¡®Subcampe¨®n¡¯ que ha ganado
Este libro, escrito por el periodista Ander Izagirre y el mismo jugador, relata con buenas dosis de humor la vida del central, que tuvo que lidiar con duros rivales como la ansiedad, la depresi¨®n y un TOC.
¡°Nunca hab¨ªa o¨ªdo a un futbolista hablar de sus miedos, sus fragilidades... Exponer no s¨®lo lo mal que lo pas¨®, sino incluso las cosas que hac¨ªa para disimularlo, como esconderse detr¨¢s de un rival o del ¨¢rbitro para que no le pasaran el bal¨®n o fingir una lesi¨®n. Zuhaitz toma distancia para contarlo con humor y eso a mucha gente le sirve¡±, explica Ander Izagirre (San Sebasti¨¢n, 1976), periodista y coautor de Subcampe¨®n (Libros del KO, 2023).
Esta obra, hecha a cuatro manos, recorre la vida de Zuhaitz Gurrutxaga (Elgoibar, Guip¨²zcoa, 1980), salpicada por bocados de realidad, que s¨®lo anestesia el humor. El defensa, criado en la cantera de la Real Sociedad e internacional con las categor¨ªas inferiores de Espa?a, debut¨® en Primera con los txuri-urdin en el Calder¨®n. Aquel 23 de enero del 2000 lo cambi¨® todo. ¡°Los aficionados realistas s¨®lo se acordar¨¢n de m¨ª por ese partido. Clemente era el entrenador y me propuso seguir a Hasselbaink por todo el campo. ?Me expulsaron! Con 19 a?os, pas¨¦ de que nadie me conociera a salir en medios nacionales. De repente, la gente de la Real empieza a pensar que tiene un central para los pr¨®ximos diez a?os y esa presi¨®n me pudo. Se me vino el mundo encima¡±, confiesa Gurru.
Pintaba a sue?o y se torn¨® en infierno. Con ese caldo de cultivo, una mala experiencia con un estupefaciente prendi¨® la mecha. ¡°Pens¨¦ que me hab¨ªa vuelto loco. Tuve ansiedad, despu¨¦s depresi¨®n y finalmente Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Ahora le pongo nombre. Antes no sab¨ªa lo que era, hasta que fui a un psic¨®logo¡±, admite Zuhaitz, con un don para pintar de comedia situaciones dif¨ªciles. Esa obsesi¨®n por el n¨²mero cinco (su dorsal), las l¨ªneas del campo... hicieron mella en su rendimiento, pero le dieron material para sus mon¨®logos. Ha tenido espectadores ilustres, como quien fuera su t¨¦cnico, Javi Clemente y muchos compa?eros.
¡°Me contrat¨® Bielsa, el entrenador del Athletic, para hacerles el mon¨®logo. Fue mi mejor p¨²blico y he hecho unas cien funciones. Notaba que se sent¨ªan identificados. No por el TOC, sino por los miedos, como el no querer jugar, el esconderte, fingir una lesi¨®n... Ve¨ªa sus caras y, por sus sonrisas y aplausos, sent¨ª que me entend¨ªan. Y lo contaba delante de quien no puedes contar esas cosas... ?El m¨ªster!¡±, desvela Gurru, que repiti¨® esta charla ante Osasuna y Eibar.
Vallecas fue otra parada en su ca¨ªda libre. All¨ª disput¨® nueve partidos en la 04-05. ¡°Futbol¨ªsticamente no aport¨¦ nada. Yo estaba en el banquillo y miraba muchas veces el espect¨¢culo de la grada y c¨®mo animaba. Eso no me ha ocurrido en ning¨²n otro lugar y mira que he estado en muchos banquillos...¡±, bromea. Su aventura da para un cap¨ªtulo y le dej¨® una espinita: ¡°De lo ¨²nico que me arrepiento en mi carrera es de no haber hecho m¨¢s para continuar. Si me llega a pillar unos a?os despu¨¦s, no me sacan del Rayo ni con agua caliente. Con lo especial que era la afici¨®n, el barrio...¡±.
Sus mandatarios eran punto y aparte, los Ruiz-Mateos. ¡°Antes de jugar el playoff, nos llevaron a su casa. Ah¨ª est¨¢bamos los 25 jugadores sentados con la boca abierta escuchando una charla muy larga de c¨®mo cre¨® Rumasa. Nos fueron presentando uno a uno. Me abraza Ruiz-Mateos y me suelta: ¡®Gurrutxaga, ?t¨² eres vasco? Quiero mucho a los vascos porque sois muy trabajadores. Seguro que el entrenador est¨¢ muy contento contigo¡¯. Yo, que hab¨ªa jugado tres partidos y medio en todo el a?o, apart¨¦ la mirada de Or¨²e¡±, r¨ªe el central, que comenz¨® a levantarse despu¨¦s de haber tocado fondo.
Su bast¨®n fue el Lemona. Sus compa?eros eran profesores de autoescuela, fruteros, conductores de autob¨²s... Curritos, que despu¨¦s de ocho horas trabajando, iban por la tarde a entrenar. ¡°Casi por verg¨¹enza dec¨ªa, si estos lo dan todo, c¨®mo no voy a hacerlo yo. Suena a peli Disney, pero ah¨ª empec¨¦ a resurgir¡±, esgrime el zaguero. Ese es el ep¨ªgrafe favorito de ambos autores.
Con el Zamora volvi¨® a Vallecas, como rival en la final del playoff de ascenso a Segunda (07-08). Nadie le reconoc¨ªa. Nadie se acordaba. ¡°?C¨®mo van a hacerlo! Si yo no di motivos¡±, se carcajea, pero en realidad era otro Gurru. Mucho m¨¢s seguro. ¡°Nunca he estado tan crecido y con tanta confianza como entonces¡±, asegura.
¡°Si me pilla unos a?os despu¨¦s, no me sacan del Rayo ni con agua caliente¡±
Zuhaitz hab¨ªa vuelto a disfrutar y uno de sus momentos ¨¢lgidos lleg¨® con la camiseta del Real Uni¨®n, tras la eliminaci¨®n del Madrid en Copa del Rey. Corr¨ªa un 11 de noviembre de 2008. ¡°Eso fue lo m¨¢s grande que he conseguido, porque un Segunda B elimin¨® a un grande. Nos aplaudieron miles de personas en una escena de pel¨ªcula de sobremesa¡±, fantasea. Nunca las alegr¨ªas son completas y la suya dur¨® lo que tard¨® en abrir las p¨¢ginas de AS. ¡°?Qu¨¦ disgusto! Fue hist¨®rico, salimos de fiesta y cuando llegamos al hotel estaban ya los peri¨®dicos. Abr¨ª el AS y yo era el ¨²nico que ten¨ªa una pica, junto al portero, que tampoco tuvo su d¨ªa. No merec¨ªa m¨¢s, pero me dio bajoncillo¡±, argumenta.
Su humor le ha salvado y este libro es la catarsis definitiva. Atr¨¢s quedan sus deseos de no llevarse la Liga con la Real (02-03), sus frustraciones y fracasos. Su incomprensi¨®n. Ahora se habla de la salud mental con naturalidad y eso es, sin duda, una importante victoria. Una victoria de campeonato. ¡°Camarasa, del Oviedo, pill¨® la baja y, en la rueda de prensa de vuelta, explic¨® que hab¨ªa sido por problemas de salud mental. Es la primera vez que lo veo y me parece un paso incre¨ªble que le hayan esperado no porque ten¨ªa un esguince de tobillo, sino uno mental, que se haga p¨²blico y que el club lo apoye. Las cosas han cambiado mucho¡±, ratifica Gurru, el ¨²nico Subcampe¨®n que ha ganado.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrar¨¢s todas las claves deportivas del d¨ªa.