G¨¹ler merece m¨¢s
Nadie en el club se explica que juegue tan poco: cuando Ancelotti lo saca del banquillo recibe, de media, seis minutos y medio. Su entorno le aconseja paciencia y trabajo. Y ¨¦l no se rinde.
Empieza a ser un clamor. Un pensamiento rumbo a la unanimidad: G¨¹ler merece m¨¢s minutos. Porque a la espera ¨Ceterna¨C de que se le abra la puerta, por debajo lleva tiempo asomando la luz de una varita reluciente. Ah¨ª hay magia, se intuye, se sabe. Por eso el sentimiento de que ¡°el chico¡±, como cari?osamente se le llama en Valdebebas, deber¨ªa estar jugando m¨¢s, ya roza lo abrumador. Que se est¨¢ desperdiciando un enorme talento por el perpetuo respeto a confiar en quien tiene un curr¨ªculum escueto. Nota: m¨¢s experiencia no es sin¨®nimo de mejor rendimiento. No por decreto. A veces el hambre juvenil engulle todo lo que encuentra a su paso. Es oro puro. Pero para eso, hay que confiar. S¨®lo asumiendo ciertos riesgos, se gana.
Y es lo que est¨¢ faltando con G¨¹ler, oportunidades de verdad, esa dosis de confianza ciega que los j¨®venes, a veces, necesitan. A sus 19 a?os, s¨®lo lleva 98 minutos oficiales, todav¨ªa menos que Nico Paz (127¡ä). Ha participado en siete partidos y s¨®lo sido titular en uno, el de Copa en Aranda. As¨ª que quitando esa participaci¨®n, son 39 minutos oficiales en los 40 partidos restantes (ocho de Champions, 29 jornadas de Liga, una ronda extra de Copa y la Supercopa de Espa?a). En todo eso, G¨¹ler lleva 39¡ä, lo que se resume en una sencilla cuenta: cada vez que Ancelotti lo pone en el campo, es para que juegue seis minutos y medio. As¨ª es muy dif¨ªcil, casi imposible.
Calidad... sin cantidad
Y sin embargo, en ese margen G¨¹ler est¨¢ siendo capaz de demostrar que sus botas atesoran un enorme talento. Desde el vestuario se define su zurda como ¡°incre¨ªble¡± y en el club contin¨²an relami¨¦ndose con el diamante que compraron. En ese fam¨¦lico arco de participaciones, G¨¹ler ha sido capaz de dejar destellos de calidad, firmar su primer gol (frente al Celta) y hasta protagonizar un disparo desde 50 metros que se estrell¨® en el larguero de Sergio Herrera. ¡°?Que qu¨¦ he sentido al ver el disparo? Bueno... (r¨ªe). ?Es que tiene un gran talento, s¨®lo un gran talento puede visualizar algo as¨ª! No importa que no haya marcado, para nosotros es gol¡±, brome¨® Ancelotti en rueda de prensa.
G¨¹ler va a m¨¢s, ondeando la bandera de la meritocracia. Pr¨¢cticamente nadie en el Real Madrid se explica que est¨¦ jugando tan poco y ante las preguntas de la prensa, Carletto repite aquello de que su problema es la enorme competencia, que para ponerlo deber¨ªa quitar a alguien buen¨ªsimo. Que no es f¨¢cil. Pero si preguntas entre la afici¨®n, se se?ala el t¨¦rmino medio: el reclamo no es que sea titular, sino que cuando salga, al menos, pueda disfrutar de m¨¢s de seis minutos y medio. Porque ah¨ª hay futbolista. Y para explotar, debe jugar. Su entorno le aconseja paciencia y trabajo. Resiliencia.
Pie y medio dentro
Hace algunas semanas floreci¨® el debate sobre qu¨¦ ser¨ªa de ¨¦l en el pr¨®ximo mercado de verano... y el sentir se acercaba hacia buscarle una cesi¨®n. Una ventana que el propio futbolista, en el pasado julio, cerr¨® a cal y canto: ¡°Lo descarto¡±. Lo dijo en su presentaci¨®n, sorprendiendo a todos, incluido el club. Se qued¨® con la ambici¨®n de demostrar que estaba preparado y, aunque el camino lleva tiempo siendo pantanoso, Here Comes the Sun. Seg¨²n ha podido saber AS, en estos momentos el club rechaza la posibilidad de que salga cedido el pr¨®ximo verano. Se cuenta con ¨¦l, se ve lo que es inevitable no ver. G¨¹ler, pese a llevar menos de 100 minutos, ilusiona. Se ha hecho fuerte en aquello de que ¡®no es m¨¢s rico el que m¨¢s tiene, sino el que menos necesita¡¯. Y sabe que lo suyo empieza a ser un clamor. Paciencia, trabajo y exprimir cada minuto. Pronto ser¨¢n m¨¢s de seis y medio.
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