Este Madrid es un rodillo

El Madrid termin¨® su gira por la Costa Oeste con un golpe de autoridad en la mesa justo antes de la disputa del primer t¨ªtulo, la Supercopa ante el Eintracht. Victoria m¨¢s que solvente ante una Juventus muy reforzada con los fichajes. Pero este Madrid sigue siendo una apisonadora sin fisuras. Por momentos bord¨® el juego con un Kroos imperial y la chispa de Benzema y Vinicius, que sigue intacta. Ni siquiera baj¨® el nivel despu¨¦s del carrusel de cambios tras el cual Ancelotti mand¨® un mensaje claro: Hazard es su nueve suplente. Mayoral, Mariano y Latasa no tuvieron minutos y ya saben, como Odriozola, que no cuentan para el t¨¦cnico. En cambio, Ceballos y Asensio han tenido las oportunidades justas durante la gira para intuir que, si apuestan por quedarse, terminar¨¢n por tener un papel relevante... aunque secundario.

Ancelotti ya tiene escrito el guion del Madrid. La pel¨ªcula no pudo ser m¨¢s taquillera la temporada pasada, la del doblete, as¨ª que no hay motivos para desajustar una m¨¢quina que funciona a la perfecci¨®n. No dud¨® el t¨¦cnico en airear en los d¨ªas previos al partido que su equipo titular ya est¨¢ hecho a pesar de los dos reci¨¦n llegados, R¨¹diger y Tchouameni, que hacen al campe¨®n de Europa mejor y m¨¢s s¨®lido pero que, de salida, no pueden mejorar ninguna de las piezas de un equipo perfectamente engrasado.

La Juventus, hist¨®rico de Europa y ahora aliado blanco en el proyecto de la Superliga, era el rival perfecto para esta prueba final de los once h¨¦roes de la Champions que comparecer¨¢n pronto en Helsinki para a?adir una Supercopa de Europa m¨¢s a las vitrinas del Bernab¨¦u. Allegri no escondi¨® nada. Vlahovic tuvo los primeros minutos de la pretemporada y junto a ¨¦l las otras dos grandes incorporaciones, el central del Torino Bremer, por el que la Juve ha pagado 40 millones al Torino, y Di Mar¨ªa. Pogba no compareci¨® por lesi¨®n.

Arranc¨® el partido este Madrid en el que todos saben su papel de memoria sorprendiendo con un giro inesperado. S¨®lo hab¨ªan transcurrido diez segundos cuando Benzema ya pudo empujar el bal¨®n a la red en una jugada ensayada y que inici¨® Kroos con un pase largo que desactiv¨®, s¨®lo por cent¨ªmetros, el movimiento perfectamente acompasado de la defensa italiana. El alem¨¢n dio su mejor versi¨®n, imperial en los desplazamientos de juego en largo y en corto y plet¨®rico en el f¨ªsico. Puede que los fichajes no sirvan para mejorar claramente ninguna posici¨®n, pero s¨ª para hacer a¨²n mejores a algunos titulares. Es el caso de Casemiro, sin duda el m¨¢s exigido por la llegada de Tchouameni. Ancelotti le ha estado mimando en los ¨²ltimos d¨ªas y el brasile?o ha respondido, siempre el primero en activar la presi¨®n tras p¨¦rdida y fundamental, una vez m¨¢s, para desactivar el juego rival.

Pero la puesta en escena del Madrid suele dejar dos grandes protagonistas y Los ?ngeles no fue una excepci¨®n. Vinicius y Benzema siempre brillan cuando se encuentran, el¨¦ctricos, en la parte de arriba. Todo en el Madrid cobra m¨¢s sentido cuando el bal¨®n pasa por las botas del pr¨®ximo Bal¨®n de Oro, capaz de acelerar la jugada manteniendo la precisi¨®n hasta provocar el v¨¦rtigo en los rivales o de hacer lo m¨¢s inteligente en el momento justo. Sucedi¨® as¨ª en el minuto 19, cuando un bal¨®n perdido acab¨® en las botas de Vinicius. El movimiento perfecto de arrastre de Benzema facilit¨® el eslalon del brasile?o hasta la cocina. Danilo termin¨® derrib¨¢ndolo, presa del p¨¢nico, y Benzema transform¨® con suficiencia el penalti.

La seguridad con la que el Real Madrid aborda uno tras otro a los grandes equipos de Europa comienza a ser casi insultante para sus rivales. Domina a la perfecci¨®n todos los registros. Es capaz de plantarse con dos pases verticales en el ¨¢rea rival a la contra, en d¨¦cimas de segundo, pero tambi¨¦n de cocinar la posesi¨®n con Modric y Kroos hasta encontrar el hueco definitivo ayudado por la incorporaci¨®n de sus laterales. Mendy, el otro al que aprieta la llegada de R¨¹diger, complet¨® un partido perfecto con un lunar, una especie de tradici¨®n en ¨¦l en cada partido. Esta vez fue un pase suicida a Militao dentro del ¨¢rea del Madrid que casi acaba en penalti del brasile?o a Di Mar¨ªa.

Pero no todo en el Madrid es el ataque. Ancelotti ha conseguido que sus once elegidos se encuentren m¨¢s que c¨®modos en el bloque bajo y que, poco a poco, muerdan mejor en la presi¨®n tras p¨¦rdida. Courtois se fue in¨¦dito, sin hacer ninguna de esas paradas salvadoras a las que ya ha acostumbrado a la parroquia blanca.

Ancelotti dio por finalizado el ensayo general en el minuto 62 cuando introdujo nueve cambios de golpe. Antes, en el descanso, hab¨ªa tenido un detalle con R¨²diger, que entr¨® por Militao. El alem¨¢n ser¨ªa titular¨ªsimo en cualquier equipo de Europa, pero ha llegado al campe¨®n, y tendr¨¢ que esperar paciente su oportunidad. Entraron Lucas V¨¢zquez, Nacho, Vallejo (jug¨® de lateral izquierdo), Tchouameni, Camavinga, Ceballos, Rodrygo (en la izquierda, su sitio natural), Asensio y Hazard en punta.

Insiste el italiano en probar al menudo jugador belga como nueve a pesar de la evidente dificultad que tiene para desempe?arse en el puesto, sin f¨ªsico ni automatismos para recibir de espaldas fuera del h¨¢bitat en el que ha desarrollado toda su brillante trayectoria en el Chelsea y limitado en su capacidad de remate (o, al menos, con respecto a la que suele demostrar un especialista en el puesto). Pero si algo le sobra a Hazard es clase. Una combinaci¨®n suya con Asensio, que devolvi¨® de espuela en la frontal, termin¨® en gol del mallorqu¨ªn a pase de Vallejo. El Madrid pescaba en el rio revuelto que provoc¨® el carrusel de cambios y dejaba finiquitado el partido. Un broche de oro a la gira¡­ El Madrid gana y convence, la misma pel¨ªcula de siempre.