Endrick levanta la feria

Al Madrid le sobra el lujo, pero le sigue faltando armon¨ªa. Y mientras construye el equipo, tira de los jugadores. En un partido amable, con el p¨²blico por la causa gracias al estreno de Mbapp¨¦, gan¨® sin solemnidad ni arrebato a un Valladolid con m¨¢s suplentes que titulares. A Vinicius no se le conoce un partido con tan poco peso en el juego. Mbapp¨¦ es, por ahora, nueve a la fuerza. Rodrygo est¨¢ trist¨®n. Y sin Kroos y con Modric en el banquillo se ha evaporado el cambio de banda a banda que descoloca defensas herm¨¦ticas. Pero lo que falt¨® en el once inicial lo pusieron los suplentes a los postres: un gol de Brahim hizo cambiar el viento y otro de Endrick, a los diez minutos de debutar, levant¨® la feria. El equipo debe celebrar el final y no olvidar el principio.

Partido en casa, rival reci¨¦n ascendido y con la plantilla en obras y Bellingham de baja. Las condiciones ambientales perfectas para irle abriendo paso a Arda G¨¹ler. Eso debi¨® de pensar Ancelotti cuando lo cierto es que se esperaba a Modric para poner aguja e hilo al juego del Madrid despu¨¦s de dos partidos en que no hab¨ªa sido ni dulce ni salado, pero la recta final del curso pasado y la Eurocopa han cambiado el estatus del turco en la plantilla. Tanto como para derivar el dibujo hacia un 4-2-3-1, cauce al que va a dirigir la composici¨®n de la plantilla.

Sin embargo, no fue el turco quien justific¨® la estupenda entrada en el Bernab¨¦u un domingo de agosto en horario en que se derrite hasta el alma. Fue el estreno de Mbapp¨¦ el que remolc¨® a la hinchada. Siete a?os de espera explicaban la expectaci¨®n. Su primera volea, sin ¨¢ngulo ni potencia y rechazada por Hein sin apuro, se celebr¨® estruendosamente. La ilusi¨®n de su llegada volvi¨® olvidadizo al estadio.

Un Bernab¨¦u aburrido

Vista la alineaci¨®n, Pezzolano dej¨® demasiadas pistas de que miraba por detr¨¢s del partido. De la zaga en adelante solo repiti¨® un futbolista, Kike, de los que le ganaron la pasada semana al Espanyol, te¨®ricamente su guardia real. Y en el once aparecieron jugadores como Mach¨ªs, transferible profundo. El mi¨¦rcoles recibe al Legan¨¦s, compa?ero de ascenso y de la Liga que, por presupuesto, le corresponde y quiso evitar un desgaste in¨²til.

Sin embargo, manej¨® bien la primera mitad ante un Madrid con valles y sin picos, vaguete incluso, con muy pocos progresos por el exterior, falta de espacios para Mbapp¨¦ y escasa llegada de los centrocampistas. Los minutos ca¨ªan a plomo sin emoci¨®n ni oportunidades. Un zapatazo alto de Tchouameni no son¨® a b¨²squeda de alternativas sino a gesto de desesperaci¨®n de un grupo enganchado, corto de ocurrencias, de velocidad y hasta de ambici¨®n. Lo inesperado para un equipo que tiene el Louvre en ataque. Solo funcionaba la recuperaci¨®n r¨¢pida de la pelota, pero es que el Valladolid, en su explicable empe?o en resistir a toda costa, tampoco pon¨ªa demasiado de su parte por alargar las posesiones. La cosa hab¨ªa derivado en partido pelmazo sin que nadie encontrar¨¢ el libro de ruta que se llev¨® Kroos. La pausa de hidrataci¨®n casi fue de alivio para el p¨²blico.

De cuantos sucesos extra?os acaecieron en la primera mitad, el m¨¢s notable fue la desaparici¨®n de Vinicius, fuente de agitaci¨®n permanente. Ni siquiera asom¨® para equivocarse. Rodrygo anduvo m¨¢s activo al principio, antes de quedar contagiado por una modorra general que le iba estupendamente a un Valladolid solidario, atento, perfecto en las ayudas y sin errores atr¨¢s. El Bernab¨¦u, la habitaci¨®n del p¨¢nico en d¨ªas as¨ª, alcanz¨® el descanso entre el runr¨²n y el silbido, bandas sonoras del descontento en distinto grado.

Brahim se reivindica

El equipo capt¨® el mensaje y tuvo la fortuna de marcar pronto en la segunda mitad, en remate de Valverde y asistencia de Ancelotti, porque fue el t¨¦cnico quien le orden¨® lanzar a puerta un golpe franco lejano y esquinado donde no parec¨ªa haber oportunidad, pero el uruguayo sac¨® un latigazo raso y potente que cruz¨® como una centella ante las barbas de Hein. El Madrid ya ten¨ªa el gol que no se hab¨ªa ganado y el camino expedito hacia un triunfo c¨®modo, pero tampoco sucedi¨®.

Cierto es que G¨¹ler fue apilando remates, dos de ellos bloqueados por la zaga violeta y otros dos detenidos por Hein, pero tambi¨¦n el Valladolid lleg¨® en dos ocasiones. La mejor le cay¨® a Meseguer, que se top¨® una vez m¨¢s con Courtois, el guardi¨¢n de la galaxia.

Pezzolano hab¨ªa empezado a mejorar el equipo, especialmente con Ra¨²l Moro, un extremo imaginativo y de desborde. Tambi¨¦n Ancelotti quiso sacar al Madrid de la galbana con Modric e Brahim, dos jugadores muy a favor de p¨²blico. Salieron Rodrygo y G¨¹ler, los eslabones m¨¢s d¨¦biles. El turco, el mejor de la segunda mitad, no mereci¨® el cambio, pero el respeto de Ancelotti por el escalaf¨®n es reverencial.

Las incorporaciones no cambiaron la din¨¢mica de un choque que, ins¨®litamente, ya era de ida y vuelta. Hein le quit¨® un gol a Mbapp¨¦ y Militao, con su esprint, otro a Sylla, hasta que Brahim, suplente entre ejemplar e inexplicable, arregl¨® el resultado con un gol en el que combin¨® aceler¨®n y remate sutil. Y entonces lleg¨® Endrick, que debutaba, para endulzar el final. Entr¨® en el 86¡ä y en el descuento aplic¨® un zapatazo de derecha que acab¨® en su primer gol y compens¨® al Bernab¨¦u de una tarde aburrida.

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