El ¨²ltimo empuj¨®n
Cuando Gerard Piqu¨¦ jugaba en los alevines del Barcelona, su abuelo, Amador Bernab¨¦u, que por entonces era directivo del club, invit¨® a comer a su casa a Louis van Gaal, entrenador del primer equipo. A la comida acudi¨® toda la familia, incluido un ni?o m¨¢s cul¨¦ que el escudo que, a petici¨®n del abuelo salud¨® al t¨¦cnico holand¨¦s. ¡°Es mi nieto y juega de central en el Bar?a¡±, afirm¨® con orgullo de abuelo el se?or Bernab¨¦u. Van Gaal, con su sutileza proverbial empuj¨® al mocoso y lo tir¨® al suelo. ¡°Has de ser m¨¢s fuerte para jugar de central¡±, le dijo ante el asombro familiar. Poco despu¨¦s, fich¨® a Bogarde, pero esa es otra historia.
Ese fue el primer empuj¨®n amigo que recibi¨® Piqu¨¦. Y lo super¨® con creces. Luego, en Manchester le empujar¨ªan Vidic y Rio Ferdinand, que le ense?aron que no todo es sacar la pelota pulcra. Para marcar en los entrenamientos a tipos como Rooney, T¨¦vez, Cristiano o Roy Keane hab¨ªa que curtirse. Lo hizo y tras un paso en el Zaragoza donde Gabi Milito le dio un m¨¢ster, regres¨® al Barcelona. Ah¨ª, con Carles Puyol formaron una dupla de centrales tan insuperable que lo gan¨® todo. Ambos se mejoraron mutuamente. Uno aport¨® disciplina y rigor en el campo, el otro desenfado. Que el d¨ªa del 2-6 en el Bernab¨¦u Carles marcara primero y Gerard lo culminara con el sexto fue el mejor resumen de esa pareja. Ahora, despu¨¦s de cientos de empujones resistidos ha llegado el ¨²ltimo. Ante el que ha decidido que aqu¨ª se acaba una carrera excelsa.