El ocaso de Isco
El jugador malague?o ha pasado de ser una de las grandes esperanzas del f¨²tbol a ser un descarte recurrente. Ya es oficial su salida del Sevilla y es un jugador sin equipo.
Ya ha llovido desde aquel verano de 2013, cuando aterriz¨® Francisco Alarc¨®n ¡®Isco¡¯ en el Real Madrid. Una incorporaci¨®n ilusionante para un madridismo que esperaba de ¨¦l la gran versi¨®n que ofreci¨® en M¨¢laga. Por aquel entonces, el nombre de Isco representaba futuro, calidad, desparpajo y talento. El aterrizar con 21 a?os en el Santiago Bernab¨¦u con el Golden Boy bajo el brazo pod¨ªa suponer presi¨®n, pero Isco no tard¨® en ganarse el cari?o de la afici¨®n y los galones dentro del c¨¦sped a base de f¨²tbol.
Su primer a?o coincide con el primero de Ancelotti, el entrenador con el que se vio una de sus grandes versiones. Una temporada en la que el malague?o crece en el once, siendo titular en partidos clave. Sin embargo, su culmen como jugador llega con Zidane al frente, siendo la batuta de un equipo plagado de cerebros como Kroos o Luka Modric. El andaluz se sent¨ªa el director de operaciones de un Real Madrid glorioso, que conquistaba Europa con pu?o de hierro y con un Isco que no solo hab¨ªa explotado sino que estaba viviendo sus mejores a?os de f¨²tbol. Evidenciado en una 17-18 m¨¢gica, donde, adem¨¢s de colgarse su cuarta Champions, anot¨® 9 goles y reparti¨® 10 asistencias. Unas cifras que lo lanzaron hasta la Selecci¨®n.
En La Roja dio muestras de su gran estado de forma, reflejado de manera divina en aquel partido ante Italia en el que Isco levant¨® a todo un Santiago Bernab¨¦u al mismo tiempo que se confirm¨® como una de las estrellas de esa Selecci¨®n de Lopetegui, uno de los hombres que m¨¢s confianza le dio. Con la llegada del Mundial de Rusia, en pleno revuelo del banquillo espa?ol, Isco ofreci¨® sobre el campo los mejores de los argumentos de un equipo que cay¨® en octavos ante la anfitriona.
Esa temporada, marcada en rojo por la salida de Cristiano, presagiaba un paso adelante de un Isco que acab¨® rindiendo por debajo de sus posibilidades. Causa directa del relevo de Lopetegui en el banquillo por Solari, quien empez¨® a notar el baj¨®n de un Isco que cada vez ten¨ªa m¨¢s problemas f¨ªsicos. En la Selecci¨®n, la llegada de Luis Enrique al banquillo comienza a apagar tambi¨¦n la luz de Isco que estaba en plena guerra con su entrenador, Solari. Un Solari que acabar¨ªa dando paso a los j¨®venes y en su defecto, a la segunda etapa de Zidane en el banquillo.
El regreso del hombre de las ¡®tres Champions¡¯ parec¨ªa que iba arrojar algo de luz nueva sobre el de M¨¢laga. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Isco no logr¨® brillar. Sus n¨²meros bajaron (seis goles y una asistencia en 37 partidos) y su rendimiento cada vez era peor. A todo ello se le sumaban factores f¨ªsicos a la sombra de su peso que no mejoraban. El posterior regreso de Ancelotti al banquillo parec¨ªa darle un cariz distinto al ¡®caso Isco¡¯. El regreso del italiano no mejor¨® la calidad de vida de Isco en el Madrid, ni mucho menos la recuper¨®. Isco se convirti¨® durante varios veranos en ese jugador que parec¨ªa que iba a salir cada a?o. Adem¨¢s, su imagen en el campo perdi¨® todo el valor.
Sevilla, Lopetegui y resucitar
Tras a?os en la rampa de salida, Isco rescindir¨¢ contrato con el Real Madrid y se convirtir¨¢ en agente libre. Tras una larga pelea por encontrar club, fue el Sevilla de Lopetegui el que se lanz¨® a por ¨¦l. Parec¨ªa el contexto perfecto: Lopetegui, su fiel entrenador, Sevilla y la opci¨®n de volver a brillar. Sin embargo, Isco vivi¨® una simbiosis junto al club hispalense. Los malos resultados y la cr¨ªtica situaci¨®n del club provocaron el cese de Lopetegui y la llegada de Sampaoli. La salida del entrenador que pidi¨® su fichaje hizo caer la figura de un Isco que parec¨ªa empezar a resurgir. Sin embargo, un golazo frente al Copenhague en Champions y dos asistencias no han servido para contentar a la directiva y a Sampaoli. Adem¨¢s, los desmanes con Monchi han llevado al jugador a abandonar el club de manera temprana, certificando as¨ª el apag¨®n de un jugador que iba a marcar una ¨¦poca.