El Madrid dimite a lo grande

A la rendici¨®n del Madrid, oficiosa, le restaba el estruendo oficial, que lleg¨® en Girona. En casa se dej¨® Ancelotti algunos titulares y el manual defensivo. Por ah¨ª se precipit¨® su equipo al vac¨ªo en un partido tan vistoso como extra?o que acab¨® glorificando a Taty Castellanos, argentino cedido por el City neoyorquino al City catal¨¢n (el City cinco estrellas ser¨¢ en la Champions), autor del ¨²nico p¨®quer grabado a fuego en el historial del Madrid del siglo XXI. En todas las fotos aparecieron R¨¹diger y Militao. Nacho, en solo tres, porque Ancelotti le retir¨® antes del oprobio final. Fue una dimisi¨®n a lo grande, afeada por una noche hist¨¦rica de Vinicius, que meti¨® un gol y dio otro entre bronca y bronca.

Hace tiempo que el Madrid, en la Liga, juega a fondo perdido. Y la consecuencia es que con frecuencia deja Ferraris en el garaje. En Girona, los dos m¨¢s lujosos, Courtois y Benzema, alfa y omega de la ¨²ltima Champions y qui¨¦n sabe si tambi¨¦n de la que est¨¢ por venir. Lo compens¨® Ancelotti con otros generales de parecido tama?o, Kroos y Modric, que guardan desde hace casi una d¨¦cada la telemetr¨ªa del ¨¦xito. Bajo su mando, el Madrid encerr¨® al Girona de salida en una acci¨®n intr¨¦pida por doble motivo: es dif¨ªcil domesticar a un equipo de Michel, cuya propuesta es expansiva, y es a¨²n m¨¢s dif¨ªcil echarle emoci¨®n a una competici¨®n que se le escap¨® hace tiempo. Ese ataque de responsabilidad se le pas¨® muy pronto.

Militao y R¨¹diger

Solo en esa fase inicial el Madrid fue el equipo que florece en primavera, seg¨²n explic¨® recientemente Michael Owen, que pas¨® una all¨ª. Domin¨® y lleg¨®. A los treinta segundos Juanpe le estrope¨® un taconazo de gol a Rodrygo y Gazzaniga, casi de inmediato, sac¨® un remate de Nacho y otro de Valverde. Todo apuntaba a una tarde perfecta para los blancos, como la de C¨¢diz, cuando una jugada para el debate result¨® el primer volantazo del duelo. Vinicius se marc¨® una lambretta de circo sobre la l¨ªnea de fondo y sufri¨® una falta muy visible que a Iglesias Villanueva se le escap¨®. En la contra, el Girona pill¨® muy desacomodado al Madrid, especialmente a Militao, y Castellanos cabece¨® sin oposici¨®n a la red un centro muy medido de Miguel Guti¨¦rrez, cu?a de madera blanca. Ah¨ª sali¨® el lado oscuro de Vinicius, que se encar¨® con el ¨¢rbitro y manose¨® repetidamente la escarapela de campe¨®n mundial mirando al tendido. Estuvo a punto de decolorarla por uso excesivo. Ancelotti le ha mejorado el remate, pero con la incontinencia no ha podido. Su gran virtud es su capacidad para pasar de cien a cero, de comerse crudos tres defensas segundos despu¨¦s de rasgarse las vestiduras. Y lo hizo en medio del calent¨®n para dejar a Rodrygo frente al gol. El remate fue un desastre.

Mientras Vinicius jugaba, Castellanos marcaba. Explicaba Ancelotti el s¨¢bado que la mejor¨ªa del equipo hab¨ªa ido de s¨®tano a ¨¢tico. Su teor¨ªa se march¨® por el desag¨¹e, porque antes de la media hora Castellanos le madrug¨® un env¨ªo largo a Militao y meti¨® su disparo entre las piernas de Lunin, que tiene menos mano para los milagros que Courtois. 2-0 en un partido teleg¨¦nico pero marciano, casi inexplicable.

Antes del descanso aminor¨® da?os el Madrid en otro gol poco frecuente. Asensio meti¨® una rosca que se fue cerrando y Vinicius asom¨® su cabeza en el segundo palo con Gazzaniga ya entregado. El brasile?o elev¨® el tono de su desaf¨ªo a la grada y los jugadores del Girona lo aprovecharon para sacarle de punto. Santi Bueno, con un pelotazo destemplado mientras estaba en el suelo; Arnau, con embestida de pies a cabeza. El Madrid, por seguir la il¨®gica del choque, marcaba cuando el Girona empezaba a ser fiel a s¨ª mismo, ahogaba con su primera presi¨®n y llegaba con frecuencia y peligro. En el coraz¨®n de ese tanto de Vinicius estuvo Asensio, sobresaliente en todo lo que tiene que ver con el gol y no tanto con el resto de facetas del juego.

Un final con Mariano

Del descanso volvi¨® m¨¢s vivo el Girona y m¨¢s empanado el Madrid, con consecuencias inmediatas: el hat-trick de Castellanos en remate sobre la marcha a pase excelente de Yan Couto. Imputados quedaron Nacho, R¨¹diger y Militao. Condenado, solo el canterano, sustituido fulminantemente por Camavinga. Diluviaba sobre el campo y sobre el Madrid. M¨¢s con el cuarto gol, del mismo corte que el resto, un centro al coraz¨®n del ¨¢rea que Castellanos cabece¨® con la misma oposici¨®n que en un entrenamiento. Fue obligado a desmonterarse cuando Michel le quit¨® para recoger velas. Se daba satisfecho con el p¨®quer.

El Madrid estaba fuera del partido y Vinicius fuera de s¨ª. Son¨® a promesa inconfesable que Iglesias Villanueva no le expulsara despu¨¦s de un empuj¨®n sin sentido a Santi Bueno. Y son¨® a imprudente que Ancelotti le mantuviera en ese estado de nervios cuando decidi¨® que soldados principales (Modric, Carvajal, Rodrygo...) serv¨ªan para otra batalla, pero es que sin ¨¦l el Madrid se queda en la mitad. Antes de despedirse, camin¨® sobre las brasas de la l¨ªnea de fondo para que Lucas V¨¢zquez edulcorara la derrota. El Madrid acab¨® con Mariano de nueve, dato que describe bien su renuncia en un partido de consecuencias indoloras pero se?ales inquietantes con Haaland aporreando la puerta.