El Madrid agradece el par¨®n

Qatar ya est¨¢ aqu¨ª, en un mes ser¨¢ historia y Ancelotti lo celebrar¨¢ en la intimidad. Su desmentido de que haya sido una mala influencia para el equipo no result¨® convincente. Conforme se acercaba, el Madrid fue perdiendo tracci¨®n y no result¨® una excepci¨®n el partido ante el C¨¢diz. Lo gan¨® al trote, sin sacudirle al p¨²blico la mosca detr¨¢s de la oreja. Fue con un gol de Militao, ese hurac¨¢n que va de un ¨¢rea a otra, el futbolista blanco que menos ha mirado por su selecci¨®n, y otro de Kroos. No es casual que el alem¨¢n, retirado del equipo nacional, haya sido el futbolista de mejor nivel en el ¨²ltimo mes. El resto del partido no tuvo m¨¢s sal que las frecuentes ri?as de Vinicius con la mitad del C¨¢diz, que quiso echarle del partido por la v¨ªa emocional, y el gol final de Lucas P¨¦rez para darle diez minutos de suspense.

Como una cosa suele llevar a la otra, si se pierde en Vallecas no hay cansancio que valga de excusa ante el C¨¢diz, porque lo importante para el Madrid, ante un pinchazo inesperado, era hacerse perdonar pronto e irse a los casi dos meses de excedencia del campeonato a no m¨¢s de dos pasitos del Bar?a a la espera de que amaine el temporal que azota su juego y sus ganas. Por eso Ancelotti vaci¨® su caja de caudales en un partido presuntamente sencillo que no lo ha sido en los ¨²ltimos dos a?os: el once hipertitular menos Carvajal, muy quebrantado en Vallecas, para limpiar la conciencia y las cuentas.

Fue ante un C¨¢diz m¨¢s abierto de lo que se presum¨ªa. Le hab¨ªa ido bien en los ¨²ltimos partidos saliendo m¨¢s de la madriguera y eso intent¨® de salida en el Bernab¨¦u. Su redefinici¨®n, con un 4-4-1-1, ofreci¨® una igualdad imprevista. De hecho, del equipo de Sergio fue la primera gran ocasi¨®n, un latigazo de Espino desde 33 metros que fue volvi¨¦ndose peligroso hasta columpiarse en la parte superior del larguero.

De bronca en bronca

La respuesta del Madrid fue el cada vez m¨¢s frecuente dominio sordo, por inapreciable, y mudo, por su incapacidad para expresarse en el remate. Un equipo con poca gracia, con la cabeza en otro sitio, en el que una mayor¨ªa estaba embobada con el Mundial antes de lo que toca. Qatar ha sido un saco de plomo para el equipo y una buena parte de la plantilla ha desatendido lo urgente por ir a lo importante.

El Madrid pasaba el rato con remates lejanos (de Modric, de Rodrygo, de Valverde), esa flauta que ha sonado bien este a?o (diez tantos ya), pero que no debe considerarse la ruta principal hacia el gol. Y Vinicius perd¨ªa fuerza con esa versi¨®n pendenciera que se ha acentuado del derbi del Metropolitano a nuestros d¨ªas. Ah¨ª aprendieron a buscarle y, lo que es peor, a encontrarle.

A los 45 segundos ya le hab¨ªa mandado al suelo Iv¨¢n Alejo, que repiti¨® poco despu¨¦s. Y como es de mecha corta, tom¨® el partido por el lado equivocado. Le pegan mucho, con la condescendencia de demasiados ¨¢rbitros, y reacciona mal. En eso sigue siendo un juvenil. Se gan¨® la amarilla pronto por sentirse justiciero tras un mamporro de Fali a Rodrygo que el VAR se perdon¨® y perdi¨® demasiada energ¨ªa calent¨¢ndole la oreja a un ¨¢rbitro de brazos ca¨ªdos.

Aquel bloqueo se rompi¨® de la ¨²nica manera posible, una jugada sin apenas elaboraci¨®n. Kroos mand¨® una pelota al ¨¢rea y Militao, que segu¨ªa all¨ª acampado despu¨¦s del c¨®rner inmediatamente anterior, meti¨® un cabezazo inapelable a la red. Un gol en medio de la nada de un Madrid inapetente y un C¨¢diz muy duro que se hab¨ªa defendido bien sin ir m¨¢s all¨¢. De bronca en bronca, el equipo de Ancelotti gan¨® el descanso un premio tan pobre como su f¨²tbol.

Apuros finales

El gol, en cualquier caso, devolvi¨® el partido a lo que dec¨ªan los pron¨®sticos: un Madrid con posesi¨®n aplastante aunque no provechosa y un C¨¢diz muy encogido, reducido a su medio campo, sin otro objetivo que resistir. Y aun as¨ª tuvo el empate, en un mano a mano que no supo resolver Rub¨¦n Sobrino ante Courtois, jugada en la que qued¨® siempre desubicado Alaba. La respuesta del Madrid fue la contra mejor armada del partido, una combinaci¨®n Modric-Vinicius-Lucas-Valverde con remate final del uruguayo que mereci¨® el tanto. Lo evit¨® Iza Carcelen. Toda la creaci¨®n del Madrid, que no era mucha, se perd¨ªa por falta de remate. Rodrygo no es un ariete converso y qui¨¦n sabe si llegar¨¢ a serlo alguna vez.

Mediado el segundo tiempo entendi¨® Sergio que aquello a¨²n ten¨ªa remedio. Meti¨® a Bongonda y Ocampo, dos del h¨¦roes de la victoria ante el Atl¨¦tico. Antes de que intentaran el improbable volantazo, el partido estaba casi acabado. La sentencia lleg¨® en una volea tremenda de Kroos desde fuera del ¨¢rea que Ledesma vio tarde.

A partir de ah¨ª el Madrid jug¨® a placer y, por fin, sembr¨® el partido de ocasiones. La m¨¢s clara, una de Modric, que perdon¨® un gol a puerta vac¨ªa, tras pase de la muerte de Vinicius. El Bernab¨¦u, con el partido amarrado, core¨® el nombre del croata, cuya carrera merece mil perdones. Fue antes de que otro h¨¦roe, Courtois, rechazara defectuosamente un remate sencillo de Bongonda. Lucas P¨¦rez lo aprovech¨® para darle al partido una emoci¨®n que no hab¨ªa tenido. Espino, incluso, tuvo el empate en su cabeza. Eso ha sido el Madrid del ¨²ltimo mes. Hasta los mejores han sufrido desmayos. Ancelotti espera que el Mundial se los devuelva con m¨¢s apetito del que ten¨ªan cuando se fueron.