El Leverkusen se sigue buscando a s¨ª mismo

El Bayer Leverkusen no encuentra su sitio. Decimoquinto en la tabla, trat¨®, en su visita a Berl¨ªn, de alzar el vuelo. Primero, para alejarse de la zona de descenso (est¨¢ un puesto encima) y, despu¨¦s, para desquitarse de la derrota en Champions ante el Brujas, pero no pudo ser. A duras penas empat¨® un partido que, tras empezar ganando, el Hertha le hab¨ªa puesto tan cuesta arriba como su temporada.

Llegaba con necesidad el conjunto de la aspirina al Olympiastadion. Mucha. Seis derrotas en los primeros siete partidos oficiales disputados esta temporada pon¨ªan a Gerardo Seoane en el alambre, m¨¢s abocado al precipicio que nunca y con el encuentro del pr¨®ximo martes ante el Atl¨¦tico en el horizonte. Era o ganar o prolongar la agon¨ªa. El equipo lo sab¨ªa y sali¨® tratando de ahogar al Hertha en la salida, pero se mostraba algo impreciso. Mucho peso en la mochila de unos jugadores rojillos que el ejercicio pasado alcanzaron una tercera posici¨®n en la Bundesliga muy meritoria. Este a?o es otra historia. La sensaci¨®n de inseguridad est¨¢ siendo una constante en este inicio de curso, y en el minuto cuatro ya se hizo latente con un remate de cabeza de Lukebakio que se march¨® por encima de la porter¨ªa de Hradecky. Primer aviso.

Los de Seoane se empe?aban en sacar el bal¨®n jugado, como aferr¨¢ndose a ¨¦l para encontrarse a s¨ª mismos. En el 11¡ä, un centro lateral de Demirbay lo remat¨® Schick a bocajarro para ense?ar los dientes. Lo par¨® Chistensen pero el Leverkusen ya hab¨ªa advertido de su potencial. Empate a golpes. La guerra psicol¨®gica por evitar los puestos de descenso se palpaba en las caras, y el Hertha segu¨ªa llegando con peligro. Primero, Tousart y despu¨¦s, Lukebakio de nuevo, volvieron a inquietar la meta visitante. El Leverkusen se apoyaba en la figura de Demirbay para generar peligro y, con el paso de los minutos, lo fue encontrando. En el 26¡ä era Hlozeck quien, tras asistencia de Frimpong, estrellaba el bal¨®n de forma violenta sobre los guantes del portero dan¨¦s.

Pasada la media hora de partido, la igualdad se hab¨ªa hecho cr¨®nica y ninguno parec¨ªa encontrar lo que buscaba. Pero el conjunto berlin¨¦s golpeaba m¨¢s fuerte. Eficaz y directo. Con Lukebakio desequilibrando por su banda, una de sus escapadas deriv¨® en un centro que remach¨® en el segundo palo a la madera Kanga. Segundo aviso y ce?o fruncido en la cara de Seoane. As¨ª, no. No tan f¨¢cil, parec¨ªa pensar. A las dudas del Leverkusen se le sumaba, al filo del descanso, la lesi¨®n de Palacios. Entraba Aranguiz en su lugar. Un veterano experimentado para un partido que le ped¨ªa al t¨¦cnico suizo precisamente eso, experiencia.

45 minutos en los que se concentr¨® todo

La segunda parte la inici¨® el Leverkusen inmerso en esa misma inseguridad a la que no hab¨ªa sabido poner fin en el primer tiempo. Al minuto de salir, gol anulado al Hertha por fuera de juego. A los rojillos les faltaba aplomo, confianza, gallard¨ªa¡­Fue entonces cuando apareci¨® un nombre, el de Demirbay, aquel que m¨¢s hab¨ªa hecho gala de esos adjetivos en lo que iba de partido, la varita de los visitantes y el clavo ardiendo de Seoane para elevar al equipo. Una falta desde la frontal la ajust¨® el ex del Hoffenheim al palo izquierdo de Chistensen para poner el 0-1 en el marcador en el 48¡ä.

Pero este Leverkusen es muy fr¨¢gil, principalmente, de mente. Apenas siete minutos despu¨¦s, el Hertha ya hab¨ªa empatado el partido. La falta de contundencia de Tapsoba, ante el desequilibrio de Ejuke, la pag¨® cara el equipo. El nigeriano se escap¨® h¨¢bilmente de su marca y se la dej¨® a Serdar, para que el 8 del Hertha, que llegaba desde la otra banda, definiese al palo corto de Hradecky y volviese a anudar la angustia al pecho de Seoane. Al Leverkusen le segu¨ªa lastrando la imprecisi¨®n y el nerviosismo, mientras los locales se sent¨ªan robustos atr¨¢s, seguros ante la docilidad de la creaci¨®n ataque rojilla. En el 73¡ä esa imprecisi¨®n se movi¨® al marcador. Un pase incomprensible hacia el centro de los visitantes le cay¨® al reci¨¦n entrado Richter. El de Friedberg (Alemania) no se lo pens¨® y envi¨® a las mallas un derechazo potente desde m¨¢s all¨¢ del semic¨ªrculo para, parec¨ªa, sentenciar al Leverkusen.

Tuvo suerte Seoane de que Schick ven¨ªa contrariado tras errar una clara ocasi¨®n en el ¨¢rea. A la siguiente que le cay¨®, no perdon¨®. Un pase raso de Andrich lo aprovech¨® el internacional checo para hacer el 2-2, y a punto estuvo, en la ¨²ltima jugada del partido, de decantar el encuentro para su equipo. No pudo hacerlo y el Leverkusen se march¨® con las mismas sensaciones negativas con las que hab¨ªa llegado al partido. Lejos de aquel equipo competitivo que demostr¨® ser en la 21-22. Lejos de la confianza y el acierto que contin¨²a buscando como agua en el desierto, y cerca del martes. Atl¨¦tico. Champions. Tratando de reencontrarse.