El Legan¨¦s emite se?ales preocupantes cerca del abismo

El Legan¨¦s emite se?ales preocupantes. Quiz¨¢ deriven en se?ales de alerta sobre el estado de un equipo que en las ¨²ltimas tres jornadas ha sumado s¨®lo un punto de los nueve en juego. La racha, siendo mala, no es la peor de un campeonato que para los pepineros arranc¨® con cuatro puntos de 24 posibles entre la tercera y la d¨¦cima jornada. Ahora, a diferencia de entonces, al pobre bagaje en la cosecha de puntos se unen otros elementos que agravan un escenario complejo a las puertas del fin de a?o.

El Lega tiene por delante dos dur¨ªsimas jornadas para cerrar 2024. El Bar?a, en Montju?c y el Villarreal, en Butarque, no son contrarios que inviten a pensar en el optimismo de una buena cosecha. De confirmarse la l¨®gica, los pepineros tienen alto riesgo de terminar el a?o de su retorno a Primera en puestos de descenso, consecuencia de algunos de esos pecados que los pepineros est¨¢n cometiendo en las ¨²ltimas fechas.

Un boquete en defensa

Por ejemplo, el problema para mantener su porter¨ªa bien defendida. Desde el 1-0 al Sevilla (un triunfo, merece la pena recordarlo, cuajado a partes iguales por dem¨¦rito visitante -el fallo de Agoum¨¦- y el acierto propio -la presi¨®n de Ciss¨¦) el Legan¨¦s se ha convertido en un coladero de goles. Los cuatro partidos disputados desde el par¨®n de selecciones han sido todo con tantos encajados: tres ante el Real Madrid, uno ante el Alav¨¦s, dos ante el Estepona (de Segunda RFEF) y tres ante la Real Sociedad. Bagaje total, nueve goles en contra en cuatro partidos.

Una barbaridad que no ha sido compensada con los goles a favor. El Lega, en esos mismos cuatro encuentros, s¨®lo ha hecho tres tantos: al Alav¨¦s en Vitoria y los dos de Copa en Estepona. ¡°En partidos cerrados es c¨®mo mejor nos movemos. Si la Real nos marca tres, es complicado que marquemos cuatro. Tenemos que ser un bloque m¨¢s defensivo. Tenemos que hacer todos un esfuerzo mayor¡±, analizaba Borja Jim¨¦nez tras el duelo frente a la Real Sociedad.

Sin capacidad de reacci¨®n

La actuaci¨®n del t¨¦cnico abulense durante el partido ante los txuri-urdin tambi¨¦n invita a la preocupaci¨®n. El preparador s¨®lo realiz¨® dos cambios pese a ir con el marcador en contra desde el inicio del duelo (Brais abri¨® boca en el 14¡ä) y orden¨® a sus jugadores suplentes dejar de calentar a unos diez minutos de que acabara el tiempo reglamentario.

En sala de prensa lo justific¨® alegando, primero, falta de recursos ofensivos. Con Raba, Haller, Darko y Franquesa, lesionados, desliz¨® no tener suficiente p¨®lvora en el banquillo como para buscar la remontada. Con todo y con eso, por primera vez el preparador no supo inventar alternativas que dibujaran un escenario de ¨¦pica o, al menos, que dejaran entrever la opci¨®n de batallar el partido hasta el final. Ni cambios de dibujos, ni cambios de refresco¡­ ni siquiera opciones a la desesperada, como meter centrales a modo de delantero centro o laterales para colgar balones a la olla. Nada.

Jugadores infravalorados

El entrenador tambi¨¦n neg¨® que la decisi¨®n se debiera a ning¨²n mensaje encubierto a prop¨®sito de la falta de jugadores en la plantilla o la necesidad de refuerzos. ¡°No estamos todav¨ªa en ese periodo. Pero s¨ª que es verdad que el equipo ha sido valiente. Hemos sacado con dos puntas, con ?scar por detr¨¢s¡­ ven¨ªamos del esfuerzo de Copa que ha costado recuperar. Luego lo hemos visto. Lo hemos intentado con todo¡±, en un mensaje repetido que, con todo, podr¨ªa interpretarse como una petici¨®n de refuerzos. Si con todo sobre el verde al equipo s¨®lo le da para 0-3, quiz¨¢ (efectivamente) es que necesita refuerzos, seg¨²n estas decisiones.

Ocurre que (y ¨¦sa es otra se?al de alarma) algunos de los recursos con los que s¨ª cuenta empiezan a estar en esa zona entre la desesperanza por no jugar y la derrota moral de sentir que no pueden aportar mucho m¨¢s. Casos como Haller o Porozo son evidentes. En los ¨²ltimos tiempos se est¨¢n uniendo tambi¨¦n situaciones como las de Rosier (aunque el franc¨¦s ha vuelto a tener protagonismo visto que Altimira no terminaba de carburar) o Roberto L¨®pez.

El resultado es un plantel con dudas en medio de un escenario dif¨ªcil que, de cumplirse el escenario factible de acabar 2024 en descenso, deber¨¢ afrontar las navidades con el primer cuadro preocupante de una temporada que empez¨® con fuerza, pero que vive tiempos de duda de consecuencias, por ahora, insondables.

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