El factor Christensen
Xavi ha conseguido los dos objetivos que buscaba con el ingreso del dan¨¦s en el mediocentro: ha ordenado la defensa y ha potenciado las virtudes de G¨¹ndogan y De Jong. En la historia reciente del Bar?a, peque?os cambios t¨¢cticos han llevado al ¨¦xito.
El plan Christensen funciona. Xavi ha conseguido, de momento, los dos objetivos de partida que se puso cuando decidi¨® dar el paso adelante y colocar al dan¨¦s en la posici¨®n de mediocentro. Por un lado, ha estabilizado al equipo y lo ha blindado defensivamente. Y, por otro, ha conseguido potenciar las virtudes de G¨¹ndogan, que puede jugar m¨¢s adelantado, y de Frenkie de Jong. Por partes.
Era una evidencia que el Bar?a hab¨ªa perdido el control. El 3-5 contra el Villarreal fue la gota que colm¨® el vaso de la paciencia del entrenador azulgrana, que ya ven¨ªa d¨¢ndole vueltas a la idea de fijar en el puesto de ¡®5¡ä al ex jugador del Chelsea. Finalmente, dio el paso en el partido contra el Alav¨¦s y, exceptuando el d¨ªa del Granada (3-3), con buenos resultados. Los rivales del Bar?a ya no viajan tan c¨®modamente en las transiciones defensa-ataque. La presencia de Christensen como pivote ha ordenado algo el tr¨¢fico y el equipo parece m¨¢s asentado. El n¨®rdico fija bien la marca y gana duelos a¨¦reos (cuatro, el que m¨¢s junto a Cubars¨ª, el pasado s¨¢bado). Con el bal¨®n, se limita a intentar ¡®ser invisible¡¯, molestar lo m¨ªnimo y no fallar pases. Contra el Getafe apenas sum¨® 46 intervenciones, (95,1% de acierto) un n¨²mero baj¨ªsimo para un mediocentro. Ah¨ª est¨¢ el secreto. A su lado, De Jong intervino 94, m¨¢s del doble. Ese era otro de los objetivos de Xavi, potenciar el nivel del holand¨¦s, que est¨¢ m¨¢s en contacto con el bal¨®n. En ocasiones, se recrea en las conducciones de bal¨®n, pero suele darle una salida limpia y es fiable. Vivi¨® sus mejores d¨ªas en el Ajax en esa posici¨®n de doble pivote, con Lasse Sch?ne guard¨¢ndole la espalda.
La incorporaci¨®n de Christensen al centro del campo tambi¨¦n ha permitido adelantar unos metros la posici¨®n de G¨¹ndogan, que por circunstancias del guion ha tenido que jugar m¨¢s retrasado durante muchos momentos de la temporada. El alem¨¢n tambi¨¦n puede actuar en la ¡°base de la jugada¡±, como le gusta decir a Xavi, pero pierde dos de sus grandes virtudes: ¨²ltimo pase y gol. Desde la mediapunta, est¨¢ generando juego. Es un futbolista que puede hacer n¨²meros (lleva diez asistencias esta temporada) y que el curso pasado firm¨® un final de temporada espectacular. Con la Eurocopa al fondo, en el Bar?a hay esperanzas de que ¡®Gundo¡¯ haga un ¨²ltimo tramo sobresaliente.
En la historia reciente del Bar?a hay numerosos casos de peque?os toques t¨¢cticos que han funcionado con ¨¦xito y han dado t¨ªtulos. Empezando por Cruyff en la temporada 1993-94, cuando prescindi¨® de Laudrup para jugar con Koeman, Stoichkov y Romario como extranjeros titulares (s¨®lo pod¨ªan jugar tres de inicio). Arrop¨® m¨¢s al equipo despu¨¦s de un 6-3 en Zaragoza, (jug¨® m¨¢s partidos con cuatro defensas), cambi¨® a Stoichkov a la banda derecha y le dio toda la izquierda a Sergi. El Bar?a le remont¨® la Liga al Depor y lleg¨® a la final de Champions. Van Gaal tambi¨¦n necesit¨® retoques para llevarse las Ligas de 1998 y 1999. En la ¨¦poca de Rijkaard, la llegada de Edgar Davids en el mercado de invierno enderez¨® a un equipo que de estar en los s¨®tanos de la clasificaci¨®n, termin¨® segundo en la Liga; y de ah¨ª, vol¨® en los dos a?os siguientes. Luis Enrique se la jug¨® cambiando a Xavi, el mito, para que Rakitic se convirtiese en titular fijo en la temporada 2014-15: resultado, el triplete. En la era Valverde, la marcha de Neymar, que dej¨® al Bar?a sin tridente, oblig¨® al Txingurri a ejecutar un cambio t¨¢ctico severo. Los azulgrana pasaron a jugar con un doble pivote (Rakitic-Busquets) y cuatro centrocampistas (Iniesta a la izquierda, y Paulinho o Sergi Roberto a la derecha; a mitad de temporada lleg¨® Coutinho). Messi y Su¨¢rez resolv¨ªan arriba. Co el 4-4-2, el Bar?a gan¨® Liga y Copa. Finalmente, con el mismo Xavi, sacrificar a un extremo para incorporar a un cuarto centrocampista fue clave en el t¨ªtulo de Liga de la temporada pasada. Veremos hasta d¨®nde llega el experimento Christensen.