El Espanyol es ¡®tripolar¡¯
Desperdici¨® el equipo una nueva oportunidad de oro, tras dos victorias. Sucumbi¨® ante un rival directo y deja el descenso a dos puntos. Todo comenz¨® en una banda, por la lesi¨®n de Oliv¨¢n.


De 100 a 0. Eligi¨® Diego Mart¨ªnez mal d¨ªa para cumplir 100 partidos, como dir¨ªa aquel m¨ªtico personaje de ¡®Aterriza como puedas¡¯, una pel¨ªcula que le va como anillo al dedo a este Espanyol, que provoca emociones encontradas y que es capaz de pasar de alegr¨ªas reconfortantes como las dos victorias consecutivas con las que llegaba a Valladolid, aunque milagrosa la de Elche, a momentos irrisorios como la derrota en Pucela, con un espejismo (el gol de Braithwaite) como en el choque ante la Real Sociedad pero m¨¢s semejante a la debacle de semanas atr¨¢s en Almer¨ªa. A ambas las une un denominador com¨²n: que deb¨ªan convertirse en el tercer triunfo seguido y que acabaron constituyendo un naufragio. En realidad, la peli tambi¨¦n podr¨ªa ser ¡®Un, dos, tres... Splash¡¯. El Espanyol, definitivamente, no es bipolar... Sino ¡®tripolar¡¯.
Una sola pieza, un castillo de naipes. Presentaba Diego Mart¨ªnez el que probablemente sea a estas alturas su once de gala, con el regreso de Joselu a la titularidad. Pero le dur¨® nueve minutos. Lo que tard¨® en producirse la marcha de Brian Oliv¨¢n, golpeado por Plata en los primeros compases. Una sola pieza que, sin embargo, removi¨® todos los cimientos, as¨ª de importante es en el Espanyol el ex del Valladolid. Y as¨ª sus reemplazos, con Pedrosa desaparecido en combate desde hace m¨¢s de diez meses.
Una banda, o dos. Porque la lesi¨®n de Oliv¨¢n precipit¨® la entrada de Pierre-Gabriel, pero el entrenador no situ¨® en la zurda al polivalente lateral franc¨¦s sino que puso all¨ª a ?scar Gil. Y de una falta de ¨¦ste, con amarilla incluida, nacieron tanto el 1-0 del Pucela como otros dos movimientos: el cambio de bandas de ambos y la entrada al descanso de Rub¨¦n S¨¢nchez en su lugar. Pero ah¨ª no acabaron todos los males del Espanyol, que vio c¨®mo del desequilibrio tragic¨®mico de Plata sobre Pierre-Gabriel surgi¨® el segundo del Valladolid, en el que tambi¨¦n fallaron los centrales perdiendo la marca del reci¨¦n ingresado Aguado. El desprop¨®sito continu¨® con la marcha del galo a diez minutos para el final para apostar por carrileros.

Puado lo hace (casi) todo bien. Tuvo Puado la ocasi¨®n m¨¢s clara de la primera mitad para el Espanyol, al borde del descanso. Juego direct¨ªsimo desde Pacheco, notable control, carrera y lanzamiento tan potente como bien colocado. Bueno, esto ¨²ltimo por cent¨ªmetros. Porque impact¨® el balonazo en el larguero, casi en la escuadra, con lo que el canterano suma media docena de remates al palo, el jugador que m¨¢s en la Liga. Antes, a los 20 minutos, ya hab¨ªa gozado de una meritoria acci¨®n individual en que solo le fall¨® la definici¨®n. Porque Puado lo hace bien pr¨¢cticamente todo. Defiende como nunca, gana los duelos que antes se le resist¨ªan, se planta con facilidad en el ¨¢rea rival, pero le falta esa definici¨®n que le coronar¨ªa entre los grandes de Primera y con la que el Espanyol tendr¨ªa unos cuantos puntos m¨¢s.
Gan¨® Pacheta. Si alguna lectura positiva deja para el perico esta derrota es que el tanto tard¨ªo de Braithwaite iguala el ¡®goal average¡¯ con el Valladolid (1-0 fue el resultado en el RCDE Stadium), as¨ª como el ¨¦xito de alguien que tanto se signific¨® con el sentimiento del Espanyol como lo es Jos¨¦ Rojo ¡®Pacheta¡¯, un entrenador honesto, natural, quien gan¨® la partida. Pero ni por ello puede alegrarse el hincha blanquiazul, que ve c¨®mo queda el descenso a dos puntos, con el Bernab¨¦u asomando en el horizonte. Estabilidad total.