El efecto Sampaoli dura menos de un mes
La derrota ante el Rayo Vallecano evidencia que los problemas del Sevilla esta temporada no se solucionaban ¨²nicamente con un cambio en el banquillo
Menos de un mes y siete partidos despu¨¦s, el efecto Sampaoli se ha disuelto en Nervi¨®n. La derrota ante el Rayo Vallecano evidenci¨® que los problemas del Sevilla no se resolv¨ªan ¨²nicamente con un cambio en el banquillo. Los resultados cosechados por Lopetegui, tanto en el inicio de esta temporada como en el final de la anterior, evidenciaban que la relaci¨®n entre el vasco y la entidad sevillista debi¨® concluir mucho antes. Pero las carencias de la plantilla no se han resuelto, porque es imposible con el mercado cerrado, est¨¦ quien est¨¦ al frente de la misma.
Los n¨²meros de Sampaoli son de un triunfo, dos empates y tres derrotas en los cinco partidos de Liga dirigidos por el argentino, mientras que en la Champions el balance es de una victoria y un empate. No se puede culpar al argentino de demasiadas cosas en esta segunda etapa en el Sevilla. Si acaso, que el tino y el acierto demostrados anteriormente a la hora de gestionar los cambios no se est¨¢n viendo en la actualidad. Pero con Lopetegui ya suced¨ªa que las variantes que se introduc¨ªan a lo largo del partido empeoraban al equipo en la mayor¨ªa de las ocasiones. Por tanto, cabe preguntarse si el problema es de acierto de los t¨¦cnicos o de los mimbres de los que disponen.
Con Sampaoli se pretend¨ªa ¡°limpiar las mentes¡± del vestuario. Sacar al equipo de la depresi¨®n en la que estaba sumido. Pero eso ha tenido una fecha de caducidad que ha llegado muy pronto. Tan pronto como han vuelto a dar la cara la falta de velocidad, fuerza y gol de la plantilla. Si se buscaba un cambio de mentalidad, s¨ª se explica la llegada de Sampaoli, pero los jugadores con los que cuenta el Sevilla en la actualidad est¨¢n en el polo opuesto del tipo de futbolista que el argentino necesita para desarrollar su propuesta futbol¨ªstica.
Y as¨ª, el Sevilla sigue vagando como alma en pena con el fantasma de un batacazo hist¨®rico cada vez m¨¢s presente.