El depredador de Ancelotti
Más cerca del área ha llegado la mejor versión de Bellingham. Sus siete goles, desde dentro del rectángulo y los seis de liga, al primer toque.
En los últimos diez partidos, siete goles. Todos desde dentro del área. Seis de ellos, consecutivos en Liga además, al primer toque. Cifras de ‘nueve’, pero no lo es aunque lo parezca. Tampoco es un ‘cuatro’, ni un ‘ocho’, ni un ‘diez’, por mucho que le retiraran su 22 en Birmingham, la suma de los tres. “Porque podía hacer de todo”. Es Bellingham. Todo a la vez y en todas partes. En cuanto se ha acercado a territorio enemigo, boom. Bye, bye al apagón del comienzo de curso (12 partidos sin marcar). Jude se ha puesto de nuevo el traje de cazador. El que mejor le sienta.
El Madrid fichó al box to box del futuro, pero Ancelotti entendió que había que rascar la superficie. Le acercó al área, porque bajo su porte de todocampista visualizó unos colmillos. Un futbolista diferencial y con olfato. Su arranque Cristianesco lo confirmó. La base de una temporada dorada que le llevó al Balón de Bronce: 23 goles y 13 asistencias. El grueso, en el inicio, cuando más cerca tuvo el área. En modo depredador.
Vuelta al comienzo
Esta temporada, Mbappé cambió la concepción. También la marcha de Kroos. Y se buscó un Bellingham más violinista que pistolero. Su brega seguía (y sigue: madridista con más duelos ganados, con 136) intacta, no su puntería. Una rémora para el inglés y para el equipo. Porque el mejor Bellingham mejora al Madrid. Tardó 13 partidos en marcar. Pero desde Osasuna, todo cambió. A sus siete goles (sumen Leganés, Getafe, Athletic, Girona, Atalanta y Rayo) en los últimos 10 duelos debe a?adir tres asistencias (lleva seis en total). Desde su despertar, participa en un tanto cada 79 minutos. Y no todo es el haber recalibrado el rifle, también su reencuentro posicional. Ancelotti ha devuelto a Bellingham a la mediapunta. Incluso en los últimos encuentros ha dise?ado un 4-2-3-1 donde el de Stourbridge ejerce de ‘diez’... y por momentos de ‘nueve. Porque el italiano no se plantea volver a alejar al inglés de tierra hostil.
No es baladí que esos siete tantos llegasen desde dentro del área. Menos aún que los seis ligueros fueran a un toque. El ‘rara avis’, su excelente desmarque y movimiento de cintura con el que desnudó a la defensa del Atalanta. El resto, uno de penalti (Getafe), dos remates de killer (Osasuna y Rayo) y tres de cazagoles, tras un rechace (Leganés, Athletic, Girona). Un maestro del remate, casi quirúrgico. A lo Hugo Sánchez. Para esos seis goles sólo necesitó ocho tiros. Siete de ellos dentro del área, seis entre los tres palos y uno bloqueado. El único lejos del rectángulo salió desviado. Un 75% de acierto. Casi nada.
De momento, Bellingham aún no alcanza las cifras del curso pasado. Ya no en goles, sino en zonas de remate: en la 2023-24, 69 de sus 95 tiros fueron desde dentro del área (72,63%); en la 2024-25, 17 de 27 (62,96%). Pero van in crescendo. Sensaciones y rendimiento. Desde las entra?as del Lusail, en la víspera de la Intercontinental, verbalizó el cambio: “Estoy muy contento, atacando el área y recibiendo en situaciones peligrosas. Jugar así me encanta. Espero poder seguir haciéndolo”. Espejo, apoyado por unos mapas de calor que exponen una presencia creciente en el último tercio del campo, de su cambio de tendencia. El Hey Jude vuelve a sonar a todo trapo.
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