El Copenhague espera por Delaney
El club dan¨¦s, que ya tante¨® al centrocampista en el pasado mercado de invierno, puede volver a la carga para hacerse con uno de los descartes del Sevilla.
Thomas Delaney est¨¢ en una situaci¨®n similar a la de un pu?ado de futbolistas de la plantilla del Sevilla. Su rol perdi¨® peso en la ¨²ltima campa?a hasta marcharse como cedido al Hoffenheim alem¨¢n. No logr¨® protagonismo tampoco en la Bundesliga y su regreso a Nervi¨®n parece condenado a una salida este mismo verano. Es uno de los descartes de una plantilla con numerosas piezas y la necesidad de que aparezcan nuevos jugadores en escena para disparar el plan de Jos¨¦ Luis Mendilibar. Y uno de los pretendientes de Delaney sigue siendo el Copenhague: el club dan¨¦s ya trat¨® de llevarse al jugador en el mercado invernal, aunque perdi¨® esa batalla ante el conjunto alem¨¢n.
Peter Christiansen, director deportivo del Copenhague, trat¨® de responder a la duda de un posible inter¨¦s por el medio centro durante unas palabras con el medio tipsbladet. ¡°Tenemos que estudiarlo. Queremos asegurarnos que algunos talentos de nuestro equipo tengan minutos, como William Clem. Adem¨¢s, tenemos jugadores j¨®venes haciendo la pretemporada, as¨ª que veremos si reforzamos el centro del campo¡±. De esta forma, los interrogantes se multiplican en torno a uno de los equipos que siempre vigila de reojo a Delaney. El deseo de apostar por la juventud es un contratiempo en esta historia de esperanzas cruzadas.
La realidad es clara en torno a la hipot¨¦tica salida de Delaney. En Nervi¨®n quieren alg¨²n ingreso si se marcha, pero esa posibilidad parece m¨¢s lejana en estos momentos. Con V¨ªctor Orta ya al mando de las operaciones, el objetivo principal es aligerar de momento la larga n¨®mina de futbolistas que tiene a su disposici¨®n Jos¨¦ Luis Mendilibar a las puertas del arranque de la pretemporada. Delaney ya brome¨® el pasado a?o sobre un cambio de rol en Nervi¨®n cuando lleg¨® Mendilibar: ¡°A lo mejor soy su jugador favorito...¡±. No se antoja probable, de momento, que el dan¨¦s tenga un sitio en su plan. Y el Copenhague vuelve a estar alerta ante ello.