Hasta el Cholo-Taka se durmi¨®

Mientras ustedes dorm¨ªan, el Cholo-Taka tambi¨¦n, aunque fuera por la tarde en M¨¦xico, donde Atl¨¦tico y Real se citaron a 9.000 kil¨®metros de casa. Cosas del f¨²tbol moderno, y el perseguir los pasos Premier para calar igual en los afectos del mundo, que hace ocho a?os este mismo partido se jugaba en el verano de Alicante. Madrugada en Espa?a, media tarde en Monterrey, los dos se encontraban en un partido 67 d¨ªas despu¨¦s del ¨²ltimo en el que se hab¨ªan encontrado para dirimir sus caminos para la 23-24, ambos por Champions aunque el Atleti con el a?adido de Riad. En una madrugada como aquella de hace no tanto, en la que Jo?o apuntaba a hist¨®rico en un 7-3 al Madrid. Un Jo?o que volvi¨® a no jugar. Sus molestias parec¨ªan superadas pero ni se visti¨®. A cero en tres de tres. As¨ª es complicado que alguien recuerde lo bueno que es para que venga a comprarlo.

Tanto Simeone como Imanol saltaron al partido a LaLiga Summer como si fuera ya LaLiga a secas. El primero con otros due?os en sus carriles, Riquelme y Carrasco, Savic de vuelta y lo dem¨¢s igual. Su primer once titular parece claro. Imanol, igual. Con su 4-3-3, Traor¨¦ en el lateral y Zubimendi sopl¨¢ndose las botas ante un Simeone que busca para su equipo lo que ¨¦l tiene, un pivote que camina sobre agujas de reloj, marcando todos los tiempos. Comenz¨® el partido intenso, a pesar de que la hierba que se levantaba a cada carrera. Un error de Hermoso, que corrigi¨® Witsel, antes del minuto, llev¨® a la Real ante Oblak. Un Morata que se quedaba solo ante Remiro, tras recibir una pelota tensa y perfecta de Grizi al desmarque, para comprobar que ante la Real tambi¨¦n: el mayor de los frontones es el que crece en su cabeza. Volvi¨® a estamparse en ¨¦ste otro d¨ªa m¨¢s. A quien m¨¢s desespera es a ¨¦l.

?lvaro Morata

• Atl¨¦tico
• delantero
• Espa?a

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La Real quiso adue?arse pronto del bal¨®n y jugar por las bandas. El Atleti trataba de impedir su habitual verticalidad sin terminar de renunciar al bal¨®n. Pero, tras el inicio con chispa, la botella se qued¨® abierta sin que ning¨²n otro futbolista pisara las ¨¢reas para volver a agitarla. Y, claro, se le fueron las burbujas. En Espa?a, por eso de la hora, mantener los ojos abiertos comenz¨® a resultar un m¨¦todo de tortura moderno. Ustedes, mientras, segu¨ªan durmiendo. Comenz¨® a no pasar nada, como si en vez de a f¨²tbol, Atleti y Real jugaran a recitarse nanas.

Rodrigo Riquelme

• Atl¨¦tico
• centrocampista
• Espa?a

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Un ca?o de Riquelme y un mexicano cantando el himno del Atleti como si fuese el As¨ª Fue de Juan Gabriel, a pleno pulm¨®n era lo m¨¢s interesante que ocurri¨® durante muchos minutos. El c¨¦sped cada vez m¨¢s levantado, lleno de mordiscos de bota. El Cholo-Taka (?gran t¨¦rmino, @atl¨¦tico_stats!) tambi¨¦n se le hab¨ªan cerrado los ojos aunque Lemar llevara el metr¨®nomo para tratar de darle al Atleti salida precisa de bal¨®n. Todos dormidos menos a los que nos tocaba contarlo. Todos menos Riquelme, multiplicado y en todas partes. En la Real, Carlos Fern¨¢ndez era el que m¨¢s amenazaba, aunque no demasiado.

El penalti errado por Memphis

Al descanso, Simeone hizo diez cambios de golpe, otro Atleti, un B esta vez con Gal¨¢n, con buenos minutos, y muchos de los que son Unidad A. Imanol fue haci¨¦ndolo m¨¢s lento y empez¨® a mutar la piel de su equipo por la defensa, otra tras el reposo. Los dos equipos siguieron neutraliz¨¢ndose sin generar peligro. Para impaciencia del p¨²blico que a 9.000 kil¨®metros de Espa?a quer¨ªa goles de dos equipos de LaLiga y empez¨® a abuchear. Pero la Real, cuya primera ocasi¨®n de la segunda parte lleg¨® en el 80¡ä, acumulaba m¨¢s faltas que peligro. 19. La de Jon Mart¨ªn sobre Lino fue de naranja. Los pocos valientes que en Espa?a se manten¨ªan en pie ve¨ªan a Memphis tirar un penalti como en un chiste sin gracia. El ¨¢rbitro lo pit¨® y el neerland¨¦s lo pidi¨® para lanzarlo a lo panenka ante un portero que no se movi¨®. Grotesco. El gol de verdad solo lo acarici¨® Lino, en la ¨²ltima jugada del partido, pero se top¨® con los guantes de Marrero. El Cholo-Taka segu¨ªa profundamente dormido. Como todos ustedes.