El caf¨¦ Gij¨®n de Diego Mart¨ªnez
?scar Cano y Luis Fradua fueron los primeros maestros de un Diego Mart¨ªnez que era una ¡°esponja¡± en Granada, virtud que ha ido manteniendo y que le ha llevado a la elite.
En el oto?o de 2004 Diego Mart¨ªnez ten¨ªa 23 a?os. Estudiaba desde 2001 Ciencias del Deporte en la Universidad de Granada y jugaba como ¡°lateral y carrilero¡± en el Imperio de Albolote, un club situado en un municipio al norte de la capital de apenas 19.000 habitantes. El actual entrenador del Espanyol, quien con 17 a?os se fue de Vigo a C¨¢diz a proseguir su carrera y a estudiar, no inici¨® con buen pie aquella campa?a bajo las ¨®rdenes de ?scar Cano, un t¨¦cnico distinto por su conocimiento (ya en aquella ¨¦poca escrib¨ªa libros de f¨²tbol y colaboraba en revistas). Mart¨ªnez tuvo una grave lesi¨®n de rodilla. Decidi¨® colgar las botas pero no dejar el f¨²tbol. Su trampol¨ªn a Primera no hab¨ªa hecho nada m¨¢s que comenzar.
¡°Cuando jugaba ya ten¨ªa en mente ser entrenador. Ten¨ªa preocupaciones, inquietudes, preguntaba y estaba siempre relacionado con la gente de m¨¢s talento¡±, recuerda Cano, quien adem¨¢s era el coordinador del club y quien le abri¨® las puertas de los banquillos. ¡°Tuvimos a mitad de temporada una vacante en un cadete y le propusimos si la quer¨ªa cubrir. Acept¨® y lo hizo sensacional¡±, explica el t¨¦cnico granadino, que despu¨¦s ha entrenado a Castell¨®n o Badajoz, entre otros. Aquel Imperio de Albolote no era un club al uso. No solo por la presencia de un gur¨² como Cano, sino por contar con otros t¨¦cnicos con inquietudes como Jos¨¦ Alfonso Morcillo, que luego fue preparador f¨ªsico del Granada. Las meriendas de los viernes, antes de empezar la actividad, eran el caf¨¦ Gij¨®n de Diego Mart¨ªnez.
¡°Todos aprend¨ªamos de todos, est¨¢bamos enamorados de lo que hac¨ªamos. Confluimos en un tiempo gente que ten¨ªamos un denominador com¨²n: el amor por la gesti¨®n, por enriquecernos y algunos ten¨ªamos m¨¢s experiencias. Los veteranos aportamos un espacio de inquietud, como el que ten¨ªa lugar los viernes cuando intercambi¨¢bamos ideas a nivel metodol¨®gico y so?¨¢bamos con nuestro futuro a medio plazo¡±, relata Cano, quien ya destacaba la facilidad que ten¨ªa Mart¨ªnez para comunicar y para ser claro con los jugadores. La faceta te¨®rica de Mart¨ªnez se cultivaba a pocos kil¨®metros de Albolote. Luis Fradua, ex coordinador de la cantera del Espanyol tras la marcha de Jos¨¦ Manuel Casanova, en 2011-12, era otro generador de conocimiento.
¡°Mis clases son optativas y enfocadas a alumnos de tercer y cuarto curso. Diego Mart¨ªnez era un alumno aventajado. ?l ya entrenaba, sus preguntas ten¨ªan sentido. Part¨ªa con ventaja, era maduro, nunca faltaba a clase y absorb¨ªa todo como una esponja¡±, explica Fradua, profesor universitario, otro de los inspiradores de, por ejemplo, Dani Pastor, ex preparador f¨ªsico del Espanyol y tambi¨¦n de Granada. Fradua apunta otra cualidad de Mart¨ªnez: el inter¨¦s por otros deportes colectivos para nutrirse de ideas que pueda aplicar al f¨²tbol. ¡°Lo ve¨ªas en clases de balonmano o de hockey, estaba interesado en las teor¨ªas de Horst Wein. Los deportes colectivos comparten principios similares y todo puede servir. Sigue con el mismo esp¨ªritu. Me llama muchas veces, somos amigos¡±, repite Fradua.
Con la teor¨ªa de Fradua y la pr¨¢ctica de Cano, a Diego Mart¨ªnez se le aclar¨® el camino. En la campa?a 2005-06, el propio entrenador granadino fich¨® por el Arenas de Armilla de Tercera Divisi¨®n y se llev¨® a Diego Mart¨ªnez de ayudante. ¡°Ten¨ªa algo, se hac¨ªa entender, calaba lo que dec¨ªa, era natural. Lo dec¨ªa porque ¨¦l era as¨ª. Lo que m¨¢s le llenaba y lo que m¨¢s le hac¨ªa sentir es que no te va a fallar. No hab¨ªa sobreactuaci¨®n, todo era realidad y verdad. Me ayud¨® en el bal¨®n parado y cuando le dejaba el grupo demostraba facilidad. Aport¨® cantidad y calidad de trabajo¡±, detalla Cano, quien a final de temporada recibi¨® una oferta de un Segunda B, del CD Baza. Cano la acept¨® y se llev¨® a su ayudante habitual, Morcillo, quien no pudo sumarse a la etapa anterior. Pero lo tuvo claro cuando habl¨® con el presidente del Arenas: ¡°Mi sustituto lo tienes aqu¨ª, Diego Mart¨ªnez¡±.
Su ascensi¨®n fue mete¨®rica, precoz. Del Arenas al Motril para luego recalar en el Sevilla Atl¨¦tico. Osasuna y Granada, un estreno en Primera y un ¨¦xito sin precedentes a escasos kil¨®metros de ese Imperio de Albolote donde empez¨® todo, con ?scar Cano y Fradua como referentes. Y, ahora, el Espanyol. Un duro comienzo pero un ilusionante reto en la que carrera de un t¨¦cnico inusual que ha sorteado con rapidez el camino frondoso hacia la elite.