El Bar?a remata la Liga

El Madrid tampoco pas¨® esta pantalla. Una derrota merecida en el Camp Nou le dej¨® peor de lo que estaba. Esta Liga queda ya virtualmente fuera de su alcance porque doce puntos en doce jornadas son distancia imposible. El Bar?a tambi¨¦n fue mejor esta vez ante un adversario que escondi¨® demasiado su estado de necesidad. El equipo de Xavi le puso el coraz¨®n que le exigi¨® su p¨²blico y el Madrid, salvo en la recta final, pareci¨® resignado a su suerte. Una suerte que pudo cambiar un gol anulado a Asensio por el VAR. Uno de esos fueras de juego en que las l¨ªneas quedan demasiado juntas y las opiniones muy separadas.

El ¨²ltimo recuerdo de un Cl¨¢sico fue el pelmazo copero del Bernab¨¦u, donde se cruzaron un Madrid que mare¨® la perdiz y un Bar?a de las cavernas. Esto fue otra cosa, un pel¨ªcula de aventuras. A los 23 segundos Benzema ya hab¨ªa tirado a puerta. A los seis minutos el Bar?a se lamentaba tres veces de no haber marcado: Courtois par¨® remates de Lewandowski y Raphina y Sergio Roberto roz¨® el larguero. A los nueve ya estaba el Madrid por delante en un lance tan desdichado como el de Militao en la Copa. Vinicius pase¨® por la l¨ªnea de fondo, mand¨® un centro de exterior sin destino claro y Ara¨²jo meti¨® su cabeza fatalmente para firmar el autogol. Una extra?a versi¨®n del duelo m¨¢s esperado.

El tanto iba contra la din¨¢mica del encuentro, porque el Bar?a esta vez s¨ª fue el Bar?a. Apoyado en De Jong, resucitado de oro de esta Liga, escuch¨® el clamor del Camp Nou y meti¨® al Madrid en su ¨¢rea. El estadio hab¨ªa salido en manifestaci¨®n rectangular en defensa propia (o ajena) por el Caso Negreira a la llamada de Laporta.

Un empate psicol¨®gico

Ancelotti no hab¨ªa tocado una l¨ªnea de la alineaci¨®n de ¨¦xito del mi¨¦rcoles ante el Liverpool. En un partido a todo o nada entendi¨® m¨¢s ¨²til el atrevimiento de Camavinga que la falta de ¨¦l de Tchouameni con las contraindicaciones que ya conoce: el ex del Rennes juega a pecho descubierto en un puesto en el que no est¨¢ permitido pisar l¨ªneas rojas. Espera que entre Kroos, Modric y el tiempo le templen, porque del resto de materia prima que se necesita para esto le sobra.

Ese once acept¨® una sumisi¨®n que a veces pareci¨® obligada y a veces estrat¨¦gica. Porque ese Madrid encogido tambi¨¦n tuvo salida y sentido en cuanto super¨® la primera l¨ªnea del frente. Fue un equipo h¨ªbrido en su comportamiento y enchufable en cuando apareci¨® el espacio. En ese juego abierto Vinicius demostr¨® que Ar¨¢ujo es de este mundo. Lo que no tuvo el equipo blanco fue chispa en el ¨²ltimo tercio del campo.

El autogol, en cualquier caso, afect¨® a la fe del Bar?a, especialmente atr¨¢s, porque Balde ofrec¨ªa un ala al equipo con la pelota y se la quitaba sin ella. Y al otro lado Raphinha topaba con Nacho, ese muro invisible para tantos entrenadores del Madrid. A¨²n as¨ª, pasada la media hora, el brasile?o larg¨® un trallazo lejano con buena respuesta de Courtois.

Ese partido a toda pastilla no pasaba ni por Benzema ni por Lewandowski. El franc¨¦s llegaba una d¨¦cima tarde a casi todo. Y el polaco ha ido mermando su recorrido. Lo que se pierde en el ¨¢rea lo encuentra. Lo que sucede fuera de ella empieza a quedarle lejos.

El Madrid, que hab¨ªa resistido bien hasta el borde del descanso, cedi¨® al arre¨®n final del Bar?a, que empat¨® por insistencia. Hundi¨® al equipo de Ancelotti en su ¨¢rea a base de nervio y tras el ¨²ltimo rechace meti¨® su derecha Sergi Roberto en un bosque defensivo que ceg¨® a Courtois.

Aparece el VAR

Del vestuario el partido regres¨® como se fue. Un aceler¨®n de Vinicius acab¨® en un mal remate de Valverde. La mejor ocasi¨®n blanca despu¨¦s del gol. Y de inmediato Nacho le quitaba medio tanto a Raphinha. El reparto era de ocasiones, pero no de juego. Ah¨ª segu¨ªa mandando el Bar?a m¨¢s por fuerza que por ma?a. Nada hac¨ªa pensar que era el equipo de Ancelotti quien se arrojaba al vac¨ªo si no ganaba el partido. El gol de Sergi Roberto le hab¨ªa bajado mucho el volumen a los blancos.

A media hora del final y en situaci¨®n l¨ªmite, Ancelotti activ¨® el plan de emergencias. Con Nacho amonestado, meti¨® a Mendy en la izquierda, retir¨® a Kroos y coloc¨® a Rodrygo como mediapunta. Nada m¨¢s salir, el brasile?o se encontr¨® con un regalo de Busquets en el borde del ¨¢rea. Sin oposici¨®n, mand¨® un disparo a la grada. Y casi de inmediato Lewandowski pifi¨® una volea a diez metros de puerta. Los cambios tuvieron el resultado esperado: el partido se volvi¨® loco. Al Bar?a, que buscaba la puntilla, le iba el plan. Al Madrid no le quedaba m¨¢s remedio que entrar en ese juego que tan poco le apetece.

Todo lo rese?able suced¨ªa en el ¨¢rea de Courtois cuando en una contra Carvajal envi¨® un bal¨®n a Asensio, que remat¨® a la red. De Burgos dio gol y el VAR le corrigi¨®. Fue cuesti¨®n de cent¨ªmetros. Al Madrid, eterno superviviente, le entraron entonces las ganas. En los ¨²ltimos diez minutos encerr¨® al Bar?a y tuvo oportunidades suficientes como para ganar, pero acab¨® perdiendo con un gol de Kessi¨¦ en el descuento. Se le hab¨ªa hecho demasiado tarde en esta Liga.