De Paul, un a?o despu¨¦s
El argentino, uno de los futbolistas m¨¢s destacados de Simeone en la 22-23, ha logrado revertir su relaci¨®n con la grada del Atl¨¦tico despu¨¦s de los pitos.
Un tatuaje asoma vertical en el cuello de Rodrigo de Paul (Sarand¨ª, Argentina, 1994; 29 a?os). Tiene el trazo fino y la tinta reciente. Seis n¨²meros. 18, 12, 22. El d¨ªa que el mundo volvi¨® a pararse para ver como Argentina descolgaba una estrella del cielo, la tercera, en el Mundial de Qatar, 36 a?os despu¨¦s de la ¨²ltima vez, aquella de M¨¦xico 1986 cuando a¨²n faltaban ocho para que De Paul naciera. Un Mundial en el que la figura del rojiblanco fue fundamental, como ya lo hab¨ªa sido en la consecuci¨®n de la Copa Am¨¦rica conseguida por esa selecci¨®n capitaneada por Messi el verano anterior. Un centrocampista diestro y vers¨¢til, fuerte en la conducci¨®n de bal¨®n, con criterio y excelentes pases en largo y al espacio. Algo que, sin embargo, la afici¨®n del Atl¨¦tico ve¨ªa m¨¢s por televisi¨®n, en los partidos de Argentina, que en su propio campo, el Metropolitano, donde De Paul no terminaba de asentarse en el equipo, de agarrar la titularidad.
Aquel invierno, de hecho, su nombre estaba en el escaparate del mercado. Una buena oferta y... Y que, cuando el 21 de enero de 2022 los tres argentinos del Atl¨¦tico que estaban en esa selecci¨®n campeona de Scaloni salieron a ofrecer su Mundial al p¨²blico del Metropolitano, se escucharon aplausos a Nahuel Molina y ?ngel Correa pero tambi¨¦n pitos. Los ¨²ltimos con un destino. Rodrigo de Paul. Un a?o despu¨¦s la afici¨®n le elige el jugador Cinco Estrellas del Atl¨¦tico en enero, el mejor, y todos aquellos pitos se han convertido en flautas.
Rodrigo de Paul es, con Griezmann, el futbolista m¨¢s destacado de la temporada del Atl¨¦tico. Omnipresente, dirige, juega y manda. Recupera, genera, centra, pasa y regatea. A la afici¨®n rojiblanca ya no le hace falta prender el televisor para ver al mejor De Paul, el futbolista que el Atl¨¦tico fich¨® en el verano de 2021 desde Udinese y que ya era en la Serie A italiana el centrocampista que m¨¢s goles generaba en el campeonato, con un 46% de participaci¨®n en los de su equipo. Llegado en 2014 a Valencia, cuando ten¨ªa 20 a?os, desde Racing no triunf¨® entonces y tras ese largo viaje en el f¨²tbol estaba de regreso en Espa?a con el cuerpo sembrado de tatuajes y hechuras de Simeone del siglo XXI. Pero su propio camino en el Atl¨¦tico ser¨ªa un largo viaje lleno de curvas.
El cambio
La primera, que lleg¨® y no encaj¨® del todo en el vestuario, con Luis Su¨¢rez y Correa como casi los ¨²nicos compa?eros con los que ten¨ªa relaci¨®n en la caseta. Varias cenas de grupo aquel enero limaron aquello y De Paul fue enraizando en el Atleti. Un viaje a su pa¨ªs solicit¨® permanecer m¨¢s d¨ªas por permanecer al lado de su padre enfermo pero en realidad estaba en Miami, acompa?ando a su pareja entonces, una cantante argentina, a los premios Billboard, con la torpeza de que alguien de la propia familia de ella lo mostr¨® en su Instagram, en una stories en las que se ve¨ªa al rojiblanco de fondo. El runr¨²n comenz¨® a su alrededor. El nombre en el escaparate. Argentina como Zihuatanejo, un lugar al que escapar y donde siempre ser feliz. El Mundial. La lluvia de pitos al regreso. Su resurgir. Agarrado al cuero.
El argentino ha llevado al Atl¨¦tico todo el mando y las hechuras que ya mostraba todo este tiempo de Argentina. Con claridad en el juego, sin errar un pase, todo cuanto hace sobre la hierba tiene sentido, sin equivocarse nunca. Es un faro, una gu¨ªa, el hombre que maneja siempre el juego, se mueve por todo el campo y no se arruga, pierna dura, canchero, un ¨ªdolo. ¡°Este a?o me siento mucho m¨¢s importante¡±, le confesaba el argentino a Valdano en un Universo Valdano emitido en diciembre. Importante en el Atleti. Tras lo pitos, que fueron una motivaci¨®n, para virarlos. Cuando ese tatuaje ya luce vertical en su cuello, como un gui?o a la historia del f¨²tbol.