Dani Raba, desencadenado

Dani Raba es la esperanza. El clavo ardiendo al que se agarra un Leganés con otros talismanes fugaces orbitando a su alrededor. Pero ninguno está manteniendo la regularidad en su condición de amuleto para el deseo pepinero como este cántabro al que, curiosamente, siempre se le achacó una tenaz irregularidad como su principal defecto. El fútbol y sus paradojas: en el escenario más duro, Dani se está luciendo como un eficaz recurso recurrente.

En lo goleador, sus números impresionan. Al menos si se comparan con su habitual rendimiento ante las metas rivales. Ya acumula ocho goles (siete en Liga, uno en Copa), que son los mismos que firmó la temporada pasada… pero en Segunda. En la máxima categoría hasta su vuelta con el Leganés sólo había marcado dos dianas, ambas con el Villarreal en la 17-18.

Ahora, además, está en racha. En las últimas tres jornadas, Raba ha marcado cuatro goles: dos le hizo al Betis (de jugada), uno al Real Madrid (también de jugada) y otro a Osasuna (éste de penalti) para sumar en estos cuatro encuentros uno más que los que había marcado antes en los 46 anteriores que había disputado en la élite. Llamativo.

Máximo goleador de 2025

En 2025, además, está empatado con Ferrán Torres, Sancet y Kike García como máximo goleador espa?ol de las cinco grandes ligas europeas, por delante de jugadores como Mikel Merino (cinco dianas en Premier), Ayoce (cuatro tantos en Liga) o Asensio (tres goles en la Premier). Un récord al que Raba también puede sumar el del ser el único jugador en la historia del Leganés que ha marcado dos goles de penalti en un mismo partido en Primera División. Sucedió hace poco ante el Alavés en Butarque (3-3).

“Supongo que le damos mucho cari?o. Tiene mucho talento. Desde el cuerpo técnico sólo intentamos que él se encuentre cómodo”, respondía el pasado sábado Borja Jiménez sobre qué ingredientes aporta el banquillo para este rendimiento desatado de un jugador que, además, está encontrando el gol fuera de su zona de influencia.

Mejor fuera de sitio

Con Juan Cruz ejerciendo de extremo derecho, la posición que más le gusta a Raba, ahora el cántabro juega casi siempre de mediapunta o bien de falso nueve, un espacio que le permite aprovechar más sus llegadas por sorpresa y también su visión de juego. Esta temporada acumula ya cuatro asistencias de gol. La temporada pasada llegó a dar siete pases finales.

Un rendimiento excelente que mantiene viva la esperanza de un Leganés famélico de fe y agitado por problemas extradeportivos que podrían afectar al futuro de muchos integrantes de la plantilla pepinera. Entre ellos, a un Raba que todavía no tiene oferta alguna de renovación encima de la mesa y que apunta, salvo sorpresa, a una salida cantada del Leganés, eso sí, tras intentar dejarlo en Primera División una temporada más.

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