Bromas, un avi¨®n, 26 soldados y un capit¨¢n impecable
El Atl¨¦tico se entren¨® por ¨²ltima vez antes de descansar d¨ªa y medio para afrontar la segunda semana de la estad¨ªa en San Rafael. Oblak, Jo?o y Felipe, ausentes. Remate, despejes y cabeza en el madrug¨®n.
¡°Se acab¨® la hora de dormir, ocho menos dos de la ma?ana¡±. La voz del Profe ruge en el campo de f¨²tbol de Los ?ngeles de San Rafael, a modo de despertador. Y eso que los chicos, a los que va dirigido su mensaje, hace ya un rato que se arrancaron el sue?o de los ojos y visten de corto para afrontar el tercer y ¨²ltimo madrug¨®n de la primera semana de estad¨ªa en Segovia, cimiento de la temporada por venir. Faltan tres, Felipe, Oblak y Jo?o que, por reparto de cargas, sobrecargas que arrastran estos d¨ªas van a otro ritmo y se entrenar¨¢n despu¨¦s ah¨ª en solitario, cuando se marchen los dem¨¢s.
Ahora son las ocho menos dos de la ma?ana, el sol a¨²n bajo, entre reflejos anaranjados, la brisa corriendo, cuatro estaciones que esperan con sus cartelitos sobre el c¨¦sped a que los 26 soldados que est¨¢n terminen de calentar. Entonces les tocar¨¢ salir en la foto. A las porter¨ªas peque?as, los chalecos con peso, a los muelles, a las plataformas oscilantes. Cada una de ellas destinada a trabajar un aspecto. Despejes, remates de cabeza, pases, disparo. Los futbolistas se reparten en grupo e inician el circuito. En una de ellas, Gustavo L¨®pez cierra su primera semana en el Atl¨¦tico en contacto con eso que m¨¢s le gusta, el bal¨®n de f¨²tbol. Se encarga de lanzar tiros para que los futbolistas despejen forzados. Koke en el primer grupo, con su inseparable Grizi, con Hermoso, con Lodi) hace de capit¨¢n y lo clava, tres de cuatro despejes sobresalientes: su ejercicio es el camino a seguir por los dem¨¢s.
Correa sobresaliente, Gim¨¦nez avi¨®n
La segunda estaci¨®n es la de las gomas atadas a la verja para perfilar los remates de cabeza. ¡°El mejor, el mejor¡±, bromea Griezmann despu¨¦s de rematar perfecto cada bal¨®n. ¡°S¨ª, pero mira como te lo tiro¡±, responde Koke con un metr¨®nomo en las manos tambi¨¦n. Al rev¨¦s fue menos. Los dos r¨ªen. En otro de los grupos, Correa se luce en los despejes, cada bal¨®n repelido, yendo al suelo como si esto no fuera pretemporada sino un partido, Gim¨¦nez en los remates de cabeza. No es un armario, no es un avi¨®n, es Josema, y como si fuera ambos. Su saltos son medidos y sus cabezazos feroces. Simeone, que departe con Norma Becerra, la coach, durante parte del entrenamiento, puede irse satisfecho de esta primera semana. A los cuarenta y cinco minutos, cuando los 26 han pasado una vez por cada estaci¨®n y han repetido los ejercicios cuatro veces, arranca el autob¨²s.
Juan G¨®mez, tercero del Profe, ha ido futbolista a futbolista sacando como una tarjeta de su cuello. All¨¢ donde est¨¢n los datos de sus ejercicios que luego se volcar¨¢n al ordenador, para analizar, para saber, para ponerle nota real a unas sensaciones que ya son buenas en general. La imagen recuerda a esas viejas pel¨ªculas de robots cuando se desconectan. Ahora toca gimnasio y luego descansar d¨ªa y medio, para que los m¨²sculos sumen las agujetas y se fortalezcan. El sol ha perdido ya los reflejos naranjas cuando el autob¨²s se marcha del campo de f¨²tbol, despu¨¦s de que varios aficionados se vayan del entrenamiento con un tesoro, los ojos llenos de Atleti, las manos con fotos y camisetas firmadas. Aqu¨ª Koke, por cierto, es capit¨¢n intachable. Siempre ah¨ª, siempre dispuesto, siempre par¨¢ndose, ni?o a ni?o, padre a padre. A las once de la ma?ana, a las diez, a las tres o las cinco. Como ahora, cuando las agujas del reloj marcan las ocho y cuarenta del ¨²ltimo madrug¨®n. De momento.