Camello, de canterano rojiblanco a campe¨®n ol¨ªmpico con el Rayo

Sergio Camello (Madrid, 2001) vive un sue?o del que no quiere despertar. Lleg¨® a los Juegos Ol¨ªmpicos el pasado verano como reserva y se convirti¨® en el h¨¦roe inesperado de la final ante Francia con dos goles en la pr¨®rroga que valieron su peso en oro. Espa?a no se colgaba este metal desde Barcelona 92 y el delantero de repente puso el foco en el Rayo, su equipo. Ese con el que, a la vuelta, marc¨® en Anoeta. Ese con el que derrocha trabajo y entrega, ingredientes que le han convertido en uno de los jugadores m¨¢s queridos por la hinchada. De ah¨ª que Camello haya ejercido de pregonero en las fiestas de Villa de Vallecas.

¡°Desde que llegu¨¦ supe que este era un lugar para cumplir sue?os, porque este distrito tiene alma. El de un barco pirata que surca casi siempre por aguas turbulentas en el gran mar de Madrid. Para m¨ª, el f¨²tbol es un bal¨®n desgastado, una calle, muchos ni?os y una porter¨ªa hecha con chaquetas sobre el suelo. El f¨²tbol de barrio es el origen de todo. Vallecas me acogi¨® sin preguntarme de d¨®nde ven¨ªa o qui¨¦n era. Me dio una camiseta y toneladas de cari?o. A Vallecas no le gustan los ¨ªdolos. A m¨ª tampoco. Vengo aqu¨ª a entregaos con humildad algo que tambi¨¦n es vuestro, esta medalla de oro. Este sue?o es de todos¡±, dec¨ªa emocionado.

Porque Camello parec¨ªa predestinado para el Rayo. Sergio se crio en el madrile?o barrio de Rejas ¡ªforma parte del distrito de San Blas¡ª, junto a su hermano mellizo Gonzalo, en el seno de una familia trabajadora. Su madre Sonia es dependienta en una tienda de ropa en el centro comercial de Plenilunio y su padre est¨¢ en el departamento de marketing de una empresa de etiquetas adhesivas. ?l, Juanjo, coquete¨® con el f¨²tbol, pero no despunt¨®. S¨ª lleg¨® m¨¢s lejos su hermano Mauri, un lateral izquierdo que entr¨® en los juveniles del Atl¨¦tico y promet¨ªa, pero el infierno de las lesiones le impidi¨® dar el gran salto. Otro de los hermanos, Josechu, tambi¨¦n canterano colchonero, falleci¨® con 17 a?os en un accidente de tr¨¢fico.

De familia futbolera y rojiblanca, Sergio dio sus primeros pasos en Las Encinas de Boadilla para entrar, posteriormente, en las categor¨ªas inferiores del Atleti. All¨ª se fijaba en Falcao, con quien lleg¨® a compartir vestuario a?os despu¨¦s, en Fernando Torres y en Ra¨²l. El delantero debut¨® con el primer equipo un 18 de mayo de 2019 y le marc¨® un gol al Levante. Ten¨ªa mimbres, pero para coger rodaje lo cedieron al Mirand¨¦s (2021-22) y consigui¨® 15 tantos en Segunda. De ah¨ª que el Rayo solicitase el pr¨¦stamo del madrile?o para la 2022-23, en la que anot¨® seis dianas en 2.412 minutos. A Vallecas le conquist¨® su manera de vaciarse sobre el campo. Su continua pelea. ?l sent¨ªa que hab¨ªa encontrado su sitio y se identificaba con los valores del barrio y del equipo. Por eso, ten¨ªa claro que si el verano siguiente sal¨ªa s¨®lo ser¨ªa al Rayo. Dio su palabra y la cumpli¨® para enfado del C¨¢diz, que le quer¨ªa.

Camello firm¨® con la Franja hasta 2027 por cinco millones de euros y el club rojiblanco se guard¨® una opci¨®n de recompra hasta 2026 cuya cuant¨ªa va ascendiendo cada verano. Una posibilidad que no se coment¨® durante la 2023-24, cuando los goles no llegaban y termin¨® el curso con tres dianas. Sin embargo, Sergio abraz¨® m¨¢s fuerte si cabe el m¨¦todo Kaizen, esa filosof¨ªa japonesa basada en peque?as y continuas mejoras para alcanzar grandes metas. As¨ª es como lleg¨® el oro. Su ansiada recompensa. Este loco de la m¨²sica indie y de su Escarabajo de segunda mano, que suma ya casi 300.000 kil¨®metros, huye de la fama y los focos. Por algo prefiere los conciertos en las peque?as salas que los grandes festivales y los tatuajes que le recuerdan qui¨¦n es y de d¨®nde viene. Esos que le hace su amigo Cos en Vallecas.

Su piel luce una camiseta tendida, con el dorsal 55, con el que debut¨® en Primera y marc¨® en el Ciutat de Val¨¨ncia. Tendida, como la ropa que forma la ic¨®nica imagen de los aleda?os del estadio de Vallecas. Su lugar en el mundo. ¡°No me ver¨¢s compr¨¢ndome una camiseta de 600 euros, cuando mi madre gana 700€ al mes¡±, reflexion¨® en una entrevista a ABC para orgullo de su afici¨®n. La de ese Rayo que ha dado un h¨¦roe por accidente, acostumbrado a brillar a base de sacrificio y esfuerzo, de goles y de valores, con un compromiso de m¨¢s quilates que la medalla.

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